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LOS UCORNOS
RAZA: Es el nombre genérico de una raza.
Entre los olvar más antiguos que habitaban en Arda se encontraban los árboles de los grandes bosques.
Durante muchas edades crecieron tranquilamente, pero en la Tierra Media, al iniciarse las Edades de
las Estrellas, aparecieron entre los árboles grandes espíritus, llamados ents, los Pastores de Árboles.
Estos protectores aparecieron porque en aquel momento llegaron al mundo muchas otras razas y Yavanna
temía que los bosques fueran destruidos. Con el tiempo, algunos ents se convirtieron en algo parecido
a árboles, y algunos de los antiguos árboles se hicieron un poco más parecidos a los ents, capaces
de ciertos movimientos. Al igual que los ents, aprendieron a hablar. Ya fueran ents o árboles en
un principio, al llegar la Tercera Edad existía una raza distinta de estas dos, la de los ucornos.
En su mayoría, los ucornos se alzaban como árboles oscuros en lo más profundo de los bosques, retorcidos
e inmóviles, pero siempre atentos y vigilantes. Cuando se desataba su ira, se movían rápidamente, como
envueltos en sombras, y caían sobre sus enemigos con una fuerza sin compasión. La historia de la
Guerra del Anillo cuenta que los ucornos, junto a los ents, marcharon sobre Isengard como un gran
bosque y bajo la dirección de los ents de Fangorn, exterminaron a toda la legión orca en la Batalla
de Cuernavilla. Los ucornos eran muy antiguos y muy melancólicos, y algunos tenían el corazón
corrupto y estaban podridos. Uno de estos espíritus arbóreos con sentidos habitó en el Bosque
Viejo, a orillas del Tornasauce. Era el Hombre-Sauce, a quien algunos llamaban Viejo Hombre-Sauce.
El Bosque Viejo no era más que un resto del bosque más antiguo de la Tierra Media, y el
Viejo Hombre-Sauce estaba decidido a impedir que se abrieran más caminos en sus dominios.
Mantenía todo el Bosque Viejo sometido a un encantamiento mediante el poder de su canto
y atraía a todos los viajeros hacia sí, para acabar con ellos gracias a sus raíces y ramas,
móviles y ágiles.
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UGLÚK
RAZA: Uruk-hai. Durante la Guerra del Anillo era el capitán de la
banda de orcos que capturó a los hobbits Meriadoc Brandigamo y Peregrin Tuk en Rohan.
Poco después la banda fue masacrada por los Jinetes de Rohan. El grado de Uglúk se debía
seguramente al hecho de que era más grande, fuerte y peligroso que los orcos normales.
Uglúk resultó muerto por Éomer, mariscal de la Marca de los Jinetes.
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UINEM
RAZA: Espíritu Maia del mar. Era la Señora de las Calmas y la esposa de Ossë,
el Señor de las Olas. Ambos servían a Ulmo, el Señor del Océano, quien era el
señor del agua en todas sus formas. Uinen eran tan querida por los que se aventuraban
en el mar como temido era Ossë. Los marinos rezaban a Uinen para que les diera una
travesía segura.
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ULMO
RAZA: Espíritu Vala, Señor del Océano. Su nombre significa "señor de las aguas". Ordena el movimiento
de las aguas en la Tierra Media: desde sus mares, lagos y ríos a sus lluvias, nieblas
y rocíos. Durante las Edades de las Estrellas, Ulmo ayudó a los elfos a llegar a las
Tierras Imperecederas y a menudo les enseñó cosas sobre música y sobre el mar.
No se manifestaba a menudo, pero, cuando lo hacía, generalmente era como un gigantesco
rey marino que surgía de las aguas con un yelmo con cresta de olas y una cota de mallas
de plata y esmeralda. Su voz es profunda y potente y cuando sopla sus blancas caracolas,
las ulumúri, los mares retumban con su sonido.
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UNGOLIANT
RAZA: Araña.
En sus inicios debió de ser un corrupto espíritu Maia.
Fue el mayor de todos
los entes que adoptaron la forma de araña. Era un espíritu poderoso y malvado
que entró en el mundo antes de la creación de los Árboles de los Valar. En la región
desolada de Avathar, entre las montañas Pelóri y el triste mar gélido del sur, Ungoliant
vivió sola durante mucho tiempo. Era terrible y vil, y poseía una telaraña de oscuridad,
llamada la No-Luz de Ungoliant, que ni siquiera los ojos de Manwë podían atravesar.
La Gran Araña Ungoliant fue la más infame de las criaturas, puesto que llegó a Valinor
con Melkor y destruyó los Árboles de los Valar. Y, al igual que devoró la Luz de los
Árboles intentó atrapar también a Melkor para devorarlo. De no haber sido por los
demonios de fuego llamados balrogs, que acudieron y la azotaron con sus látigos de llamas,
habría acabado devorando al mismísimo Señor de las Tinieblas. Pero los balrogs ahuyentaron
a Ungoliant. Y así llegó a Beleriand y entró en el lugar
llamado Nan Dungortheb, "el valle de la muerte terrible", donde habitaban otros monstruos
de su raza. Aunque no eran tan grandes ni tan poderosas como Ungoliant, estas arañas eran
de todas maneras inmensamente fuertes, porque Melkor las había criado largo tiempo atrás
junto con los otros monstruos que aparecieron antes de que se creara la Luz de los Árboles.
Ungoliant se reprodujo con ellas y pocos fueron los hombres o elfos que se atrevieron a
penetrar en ese valle.
Con el tiempo viajó más allá de Beleriand, a las regiones meridionales, persiguiendo todo aquello
que podía devorar, y se dice que en su hambre insaciable acabó devorándose a sí misma en los
desiertos del sur. En Nan Dungortheb, sus muchas hijas vivieron durante los años de la Primera
Edad del Sol, pero, cuando la tierra se hundió en la Guerra de la Ira, pocas pudieron salvarse
de las aguas. Pero entre esas pocas, una de sus hijas mayores, llamada
Ella-Laraña, y algunas
de las arañas menores, cruzaron las Montañas Azules y encontraron refugio en las Montañas
de la Sombra que encerraban el reino de Mordor. En los desfiladeros de esta maligna región,
las arañas volvieron a ser fuertes y en la Tercera Edad del Sol llegaron a Bosqueverde el
Grande. Lo convirtieron en lugar maldito con sus emboscadas de telarañas y Bosqueverde se
oscureció y fue llamado el Bosque Negro. Aunque las arañas del Bosque Negro eran pequeñas
si se las comparaba con sus antepasados, eran muy numerosas y sabias en el arte maligno
de atrapar víctimas. Hablaban tanto la Lengua Negra como la lengua común de los hombres,
pero a la manera de los orcos, con muchas palabras malignas y una rabia que deformaba
la pronunciación. Después de la Primera Edad del Sol, tan sólo Ella-Laraña se acercó
a la majestad de Ungoliant; moraba en un lugar llamado Cirith Ungol, el desfiladero
de la araña, en las Montañas de la Sombra.
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URUK_HAI
En el año 2745 de la Tercera Edad salió de Mordor una nueva raza de soldados orcos, a quienes se
llamó uruk-hai. Tenían la piel negra, al igual que la sangre y ojos de lince. Eran casi tan altos
como los hombres y no le temían a la luz. Eran más fuertes y resistentes que los orcos menores,
y más temibles en el combate. Llevaban armadura negra y escudos con el Ojo Rojo de Mordor.
La creación de los uruk-hai se contaba entre los actos más terribles de Sauron. No se sabe qué
método siguió éste para crearlos, pero demostraron estar bien preparados para su propósito.
Su número se multiplicó y se mezclaron con los orcos menores convirtiéndose en sus jefes
o formaron legiones propias, porque los uruk-hai estaban sumamente orgullosos de su gran destreza en
el combate y despreciaban a los siervos inferiores de Sauron. Cuando la hueste de uruk-hai cayó por
sorpresa sobre los hombres de Gondor con lanzas y espadas, derrotaron a los hombres y saquearon Osgiliath,
la incendiaron y derribaron su puente de piedra. De esta manera, asolaron la principal
ciudad de Gondor. Aquello no fue sino el principio del trabajo de los uruk-hai, porque
estos grandes orcos fueron apreciados por los Poderes Oscuros y se dedicaron a cometer
maldades. A lo largo de la Guerra del Anillo, estuvieron en las fuerzas que salieron de
Morgul y de Mordor. Y bajo el estandarte de la Mano Blanca de Saruman, salieron en gran número de
Isengard para ir a la Batalla de Cuernavilla. Pero, al llegar el fin de la guerra y la caída de Mordor,
fueron como paja ante el fuego pues, desaparecido Sauron, ellos junto con los orcos menores
y otras bestias malignas, vagaron sin amo y acabaron muertos u obligados a esconderse en lugares en los
que sólo podían alimentarse los unos de los otros, o morir.
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URULÓKI
Eran dragones de fuego, que en la Primera Edad del Sol surgieron de los Pozos de Angband,
formaban parte de la gran raza de los dragones. Estos urulóki o "serpientes ardientes", poseían
colmillos y garras y eran temibles por su inteligencia y por sus actos, llenos del aliento de la
llama y el azufre. El primero de su raza fue Glaurung, Padre de los dragones, pero tuvo mucha
descendencia que a su vez produjo muchas crías. De todas las criaturas, fueron la mayor
desesperación para hombres y elfos, y el azote de los enanos.
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