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Fue
por drogas, fue por drogas... decían
con pasmosa convicción gente que ni siquiera lo conocía; fue
un ajuste de cuentas, fue un ajuste de cuentas... dijeron otros, con todo
el regodeo de cosa-mafiosa-oculta- que el rótulo tiene... el se lo
buscó, el se lo buscó... dijeron inmaculados pontífices
y vestales justificando un asesinato por eso de quien mal anda mal acaba...
habrá sido lo que habrá sido, pero hizo cosas buenas! trajo
artistas para nuestra diversión!... dijeron los más comprensivos...
¿Cómo podía haber sido un vulgar asalto? Una muerte,
un asesinato en estas circunstancias y teniendo en cuenta de quien se trataba
no podía ser considerado como un insulso y doméstico robo, no
podía desperdiciarse así nomás la generosa leña
de este árbol caído.
Fue
por drogas, fue por drogas... quienes se acercaron a su velatorio eran
traficantes junto a sus clientes adictos, su parrilla se convirtió
en un centro de distribución y sus contactos políticos le sirvieron
para poder comercializarla bajo protección... la delirante historia
pronto se marchitaría para todos aquellos que -muchísimos por
décadas- conocieron y frecuentaron a Rafael Navarro, quien al respecto
fue siempre tajante
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Hasta
su parrilla era aburrídima para quienes buscaran emociones fuertes:
ni peleas, ni caras raras, ni borrachos, ni siquiera mujeres... tediosamente
familiar, porque allí estaba la de él.
Fue por deudas, fue por deudas... ¿Acaso en General Rodríguez
están hoy matando por deudas? hoy mismo no podríamos dar dos
pasos sin tropezar con cadáveres por toda la ciudad. Cierto que las
tenía, emprender un negocio no es tarea fácil; pero varias las
estaba pagando y una vez estabilizado no había contraído nuevas.
Si alguna vez cometió desaciertos en la función pública,
fue porque no tenía la artera deshonestidad que bien saben disimular
muchos, enmendando por completo su momento de inconciencia.
Comerciante común con las mismas y diarias angustias de cualquiera
de ellos, contando al final del día los pesos para mantener a su familia,
en su desvencijado automóvil y con su casa standard recién comprada
a través de un plan de viviendas.
La vida de Rafael Navarro resulta exasperadamente cotidiana y hasta decepcionante
para el morbo público.
Cierto es que no pudo cumplir con algunas personas, pero sin la premeditación
ni voluntad perversamente entusiasta que demuestran otros muchos a nuestro
alrededor.
Un hombre común y corriente, ni más ni menos.
¿Pero que clase de monstruo era este, del que tanto hablan, al que
nunca se le negó la entrada a algún lugar o se le decretó
persona no grata o se le dio vuelta la cara, que entraba en nuestras casas
y conversaba diariamente con cualquiera en cualquier parte?.
¿Cuál era y en qué consistía el tremendo costado
oscuro y siniestro de Rafael Navarro? ¿No pagar algunas deudas?. Apenas
unos meses atrás dos relumbrantes apellidos de esta ciudad defraudaron
a cientos de comerciantes con cifras con otros tantos ceros, sin embargo sus
cuerpos no aparecieron flotando en el arroyo La Choza. Ni por tan nimio detalle
vieron empañar su imagen social o perder sus puestos de relevancia
dentro de la comunidad. ¿O acaso la venganza por deudas solo tiene
determinado status?.
Una muerte violenta, política y negocios: El caso Navarro resulta un
plato irresistiblemente tentador a la hora de lanzar temerarias e ignorantes
especulaciones al proponer las causas, sin sentimientos al lacerar sádicamente
el dolor de una familia.
Muchos de quienes lo necesitaron, muchos de sus "amigos",
y muchos de quienes lo usaron se hicieron a un lado o atacaron directa e impúdicamente
su memoria. Quienes algún día pudieron comer gracias a su generosidad
no estaban para agradecércelo. Sí estaban todos aquellos -y
eran muchos- hombres y mujeres comunes y corrientes -como él- que realmente
lo conocían y querían.
La muerte de Rafael Navarro sirvió como exorcismo a todos nuestros
demonios y zonas sombrías, como chivo expiatorio de todos nuestros
prejuicios e hipocresías.
La hipócrita sociedad en la que deambulaba todos los días como
cualquier otro, ya lo ha condenado. La hipócrita sociedad ya ha justificado
una muerte por deudas. La hipócrita sociedad ya se ha declarado santa.
La sociedad y Rafael Navarro ya descansan, por fin, en paz.
Acción,
viernes 5 de febrero de 1999
(En
la foto, Rafael Navarro y la Sra. Estela Ramírez durante "Tiempo
de Gauchos")
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Crónica
de una muerte
«El
miércoles 27 de enero de 1999 poco después de la medianoche
Rafael Navarro propietario de la Peña y Parrilla "Lo del
Negro", luego de cerrar, regresaba a su casa por la ex ruta 5.
Versiones confiables cercanas a los investigadores indican que no había
realizado más de tres cuadras en su viejo Opel K 180 cuando dos
individuos en moto se le pusieron a la par solicitandole que detuviera
la marcha, mientras lo amenazaban con una escopeta de doble caño.
El popular "Negro" habría intentado acelerar,
disparando los cobardes asesinos el primero de los dos tiros, al no dar
en el blanco, disparan el segundo que dio de lleno en el cuello del infortunado.
El vehículo no se detuvo inmediatamente sino que fue desplazandose
hacia la banquina hasta detenerse contra una alcantarilla, posiblemente
unos cincuenta metros.Ante el cariz de lo sucedido no habiendo logrado
que el vehículo se detuviera de inmediato y al observar que los
vecinos alertados por los disparos comenzaran a salir, los cacos se dieron
a la fuga antes que pudieran ser individualizados, de todas formas los
investigadores se mantienen optimistas en la resolución de este
caso.
EL SEPELIO
El cuerpo de la víctima fue entregado a sus familiares el miércoles
a las 18,30, siendo velado en la Cochería General Rodríguez
ubicada en Int. Manny y Benjamin Paez. A partir de las 19,00 se abrió
al público la capilla ardiente, siendo incesante el paso de gran
cantidad de personas de todas las condiciones que tributaron su último
adios
A media mañana del día jueves se hizo presente en la sala
mortuoria el Intendente Municipal Oscar J. Di Landro acompañado
de su gabinete y los Concejales del Bloque Justicialista.
Sus restos fueron trasladados después de las 15hs. al Cementerio
Privado Parque Colonial en la localidad de Ituzaingo, seguidos por una
extensa caravana integrada por más de un ciento cincuenta personas,
encontrándose presentes el Concejal Raúl Sotelo y el dirigente
justicialista Juan Arguisain
REPERCUSIONES
El caso fue tratado por los diarios nacionales Clarín, Crónica
y Diario Popular, aunque con manifiestas inexactitudes y temerarias versiones
que poco después quedaron totalmente desechadas.
Tanto desde las emisoras locales FM Radio Vall y Caramelo como desde AM
1170 Radio Mi País, Estirpe Nacional, y Radio Nacional, conocida
la noticia, fueron múltiples los recuerdos hacia su figura, estrechamente
relacionada con el folklore.
El "Negro" Rafael tenía 46 años, había
nacido en Metán, Pcia. de Salta. Hacia alrededor de veinte años
que vivía en nuestra ciudad. Tenía dos hijos de su primer
matrimonio Mariela de 21 años, quien le había dado su primera
nieta y Diego de 15.
Había llegado a Buenos Aires en 1966, solo y a probar mejor suerte,
cansado de las penurias en su Salta natal. Luego de deambular por las
calles, mientras lustraba zapatos y durmiendo donde podía, comienzó
a trabajar de lavacopas en el restaurant de Pascualito Perez quien se
convierte en su tutor. De esta forma logra poder volver a dormir en una
cama después de mucho tiempo. Más tarde se convierte en
encargado de la empresa de transportes ARO, que realizaba viajes de Salta
a Buenos Aires y conoce a su primera esposa María Mercedes Díaz,
cuya madre trabajaba de casera en una quinta en el Bo. Guemes en General
Rodríguez.
En 1980 ya radicado definitivamente aquí, comienza a militar en
el Partido Justicialista, Con la asunción de Di Landro en 1989
como Intendente se desempeñará como su Secretario Privado,
Jefe de Compras y finalmente como Delegado municipal en Las Malvinas.
Desde el 4 de septiembre de 1992 vivía con Silvia Mena con quien
tendrá dos hijos Ramiro y Paloma de tres y dos años respectivamente.
Macarena de siete años, hija de Silvia tenia apenas unos meses
cuando Rafael llegó a su hogar, por lo que, su relación
fue también la de padre e hija.
Por último Silvia Mena esta embarazada de ocho meses, estando previsto
que de a luz en los próximos días.
A partir de 1996 se dedicó por entero y con suerte diversa a su
sueño, la Peña "Lo del Negro", lugar por
el que pasaron en muy poco tiempo figuras inolvidables de nuestro folklore.»
Nunca
fueron descubiertos los autores del asesinato de Rafael Navarro; a su
sepelio, apenas concurrieron algunas pocas personalidades de la política
justicialista local, pese a los múltiples favores que de él,
habían recibido y los muchos beneficios que durante muchos años
habían recibido con su militancia. Hubo muchos que, cuando no tenían
-literalmente- que comer, acudieron a su local para conseguir un plato
de comida para ellos y sus familias. A ellos no se los vió en su
despedida. Sí acudió una multitud de gente humilde, la misma
que había tratado durante toda su vida Rafael y que, emocionada,
se hizo presente para brindarle su cariño y afectuoso recuerdo.
Su
violenta muerte, sus vinculaciones con la política local y sus
dificultades financieras (no más extraordinarias que las ordinariamente
vividas por la mayoría) dieron pávulo a infinidad de versiones
y rumores, disparatados y sin sustento que corrieron de boca en boca como
certidumbres indubitables. De todos modos lo más doloroso, fue
el inescrupuloso uso de su memoria como arma política para ser
usado en campañas de desprestigio hacia funcionarios, enzañándose
con las circunstancias de su muerte y su vida. Algo realmente despreciable,
cuanto que se trataba en su mayoría de mentiras o se trataba de
distorsionar tendenciosamente los hechos. |
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