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PUBLICACIONES
"Gestión del cambio en los campus: transformación de una
paradoja en un paradigma".
Revista
electrónica Tendencias, (1995).
Dr. Enrique
Rubio Royo (rubio@cicei.ulpgc.es) Dr. Antonio Ocón
Carreras (ocon@cicei.ulpgc.es)
CICEI -
Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.
Si en el
presente tránsito hacia la economía de la información, cualquier
tipo de organización para poder cumplir con su misión se enfrenta en
la presente década a un escenario caracterizado por la consolidación
de un nuevo paradigma que exige adecuar sus estructuras y
comportamientos, así como definir una estrategia de competitividad
basada fundamentalmente en la innovación tecnológica y en la
información … si esto es así, debería ser axiomático que las
instituciones académicas fueran profundamente modificadas, dada la
misión de las mismas: "la creación y transmisión de conocimiento",
lo que conlleva, amen de las comunes potencialidades relativas a la
optimización de la productividad y calidad de los servicios, la
posibilidad de transformar la organización del conocimiento,
propiciando nuevas culturas de enseñanza y aprendizaje
independientes del modelo tradicional.
En realidad, aún
cuando no son siempre evidentes los cambios o transformaciones
organizacionales a gran escala, las Tecnologías de la Información
están cambiando, en general de manera poco metódica, la vida de los
"campus universitarios". En efecto, durante la última década, por
una parte el porcentaje de profesorado, personal de administración y
servicios, y de alumnos que dependen de las TIs ha crecido
notablemente; y, por otra parte, si analizamos la evolución de la
llamada "computación académica" (docencia e investigación), podemos
comprobar que, en general, ha sufrido notables cambios y
desplazamientos.
Así, de una
informática basada en miniordenadores y terminales "tontos" se ha
pasado a una informática basada en ordenadores personales o
estaciones de trabajo (informática de sobremesa); de una computación
orientada casi exclusivamente a cálculo científico y a los
correspondientes lenguajes de programación, a una computación basada
en herramientas de producción (procesadores de texto, hojas de
cálculo, gráficos, CAD, etc.); de sistemas propietarios a sistemas
abiertos basados en pseudo-estándares; de una informática personal a
una informática departamental; de una informática departamental a
una informática corporativa; de una informática de gestión a una
gestión de la información; de una comunidad reducida de usuarios a
una masiva demanda de recursos en todos los ámbitos; de una gestión
de sistemas de computadores a una gestión de redes de
comunicaciones; de una computación centralizada a otra distribuida;
de una computación centralizada a otra distribuida; de una presencia
localizada de las tecnologías de la información (nichos
tecnológicos) a una presencia ubicua; etc., de tal modo que, si los
cambios están siendo notables, no parece que vayan a decrecer, sino
todo lo contrario.
A la luz de
todos estos cambios, se detectan en la actualidad una serie de
tendencias (que como más tarde veremos, evidencian la necesidad de
una mayor coordinación a nivel de "campus") tales como:
- Informática
de usuario final, con el objetivo de proporcionar a los diferentes
estamentos (profesorado, alumnado, y personal de administración y
servicios) un nivel de acceso a los servicios y recursos de
información como no ha sido posible hasta ahora.
- Computación
de "campus" descentralizada y distribuida en múltiples centros a
lo largo del "campus".
- Gestión de la
red de comunicaciones, como uno de los retos actuales más
críticos.
- Desplazamiento de la orientación de los centros de
computación hacia servicios y soporte al usuario final, cambiando
su denominación y funciones a "sistemas y servicios de
información".
- Evolución de
los servicios de biblioteca hacia fuentes de información
electrónicas y, en particular, acceso a recursos remotos a través
de la correspondiente red.
- Problemas de
financiación con la utilización creciente de las Tecnologías de la
Información en los diferentes ámbitos del "campus" (departamentos,
centros, bibliotecas, administración,…), sin un proceso claro de
planificación de las mismas.
En general todos
estos cambios y tendencias, están siendo gestionados en las
Universidades durante las crisis del día a día, sin que se disponga
de tiempo para reflexionar acerca del proceso de cambio generalizado
presente en el entorno próximo o remoto, y con las capacidades y
modelos organizacionales (y de soporte) propios de esquemas y
planteamientos anteriores, y por tanto inadecuados, de modo que el
verdadero reto que se presenta a las instituciones de enseñanza
superior es el de: desarrollar modelos sostenibles para
verdaderamente gestionar los cambios que se están experimentando. En
este sentido, la cuestión fundamental que se plantea es la
siguiente.
"¿Pueden
desarrollarse nuevos paradigmas para financiar, planificar, integrar
y administrar los recursos de información de forma tal que
facilitan, de manera sostenible, las misiones docente y de
investigación de la Universidad?"
El concepto de
paradigmas tecnológicos emergentes, asociado al cambio continuo y
creciente de las Tecnologías de la Información, encapsula y propicia
un número de cambios substanciales que están comenzando a suceder de
manera simultánea, tales como: necesidad de un rápido reajuste de
nuestras estructuras organizacionales, tal como se adaptan a la
necesidad de suministrar nuevos servicios en un entorno electrónico.
Una segunda área de cambio es el creciente interés en el proceso
instruccional, en la calidad de la docencia. Un tercer cambio que
está ocurriendo bajo el "paraguas" de las Tecnologías de la
Información es el relativo al incremento de trabajo colaborativo
entre los profesores, entre los alumnos. Usando redes sobre una base
local, nacional o internacional, los profesores, (los alumnos) son
capaces de trabajar juntos de manera como nunca antes ha sido
posible. Aunque este modelo colaborativo está sólo recientemente
alcanzando el entorno instruccional (usando métodos electrónicos),
se aventura que este uso de redes en la enseñanza (en la I+D) podría
llegar a ser muy significativo tal como él madure. La explosión de
información que estamos experimentando está provocando un cambio
tremendo en la calidad total y en los medios de acceso a la
información potencialmente disponible a estudiantes y profesores.
Por último, estos cambios tecnológicos deben provocar un enorme
impacto en la conducta del saber, del aprendizaje. En esencia,
podría argumentarse que no tanto existe un cambio tecnológico, sino
más bien que los cambios tecnológicos fomentan un número de cambios
más bien revolucionarios en nuestras universidades, que configurarán
un verdadero cambio cultural en el sentido que propiciarán nuevas
perspectivas, nuevas formas de interpretar nuestras misiones
educacionales en términos de culturas de información y de gestión de
información, así como nuevos planteamientos en cuanto a costes y
organización.
Junto a todos
los mencionados cambios incipientes y potencialidades proporcionados
por la integración de las tecnologías de la información en el
campus, debemos hacer notar a los responsables y gestores de la
instituciones de enseñanza superior, una serie de aspectos o
consideraciones derivadas de esa misma integración de las TIs en el
campus:
- El
tradicional modelo burocrático diseñado para soportar una
economía industrial, debe dar paso a un nuevo modelo (basado en
red) para la economía de la información. Muchos cambios se
necesitan para ello, aunque no pueden suceder sin la integración
de las TIs en la infraestructura de la red.
- El nuevo
modelo de red de información compartida, significa mayor
descentralización; potencialización del usuario final; estimular
la participación y colaboración; y mayor autonomía en la toma de
decisiones.
- En la
organización basada en la información, la gestión orientada a
control no puede mantenerse por más tiempo, el control se asocia
a los procesos. De nuevo, la integración de las tecnologías de
la información lo hace posible.
- Expectativas de incremento espectacular y continuo en la
demanda de servicios de información, cada vez más sofisticados
tecnológicamente, por parte de la comunidad
universitaria.
- La
complejidad de un campus requiere análisis "cros-funcional" para
llevar a cabo adecuadas tomas de decisión. Cada vez más,
trabajadores del conocimiento que no son ejecutivos se les
requiere que tomen decisiones en la actividad diaria,
facilitándolo de nuevo la integración de las TIs.
- Hasta
ahora, se ha prestado muy poca atención a los procesos de
planificación de recursos de información en nuestros campus. Las
Universidades más que gestionadas (en cuanto a resultados,
compromisos, objetivos, etc.) son administradas. No existe
cultura de planificación estratégica.
- Para lograr
ventajas competitivas sostenibles mediante la integración de las
TIs en el campus, se deben dar una serie de circunstancias tales
como: la existencia de una determinada cultura organizativa con
respecto a las tecnologías de la información y de la
información, así como su planificación, que no pueden
conseguirse de forma inmediata.
Estas
consideraciones o desafíos derivados de la integración de las TIs,
una vez han alcanzado éstas un nivel de madurez y desarrollo que
excede en mucho las capacidades organizacionales y de soporte de la
mayoría de las Universidades, conducen a plantear (junto a las
potencialidades ya mencionadas) un conjunto de cuestiones o
problemas fundamentales a la mayoría de las instituciones.
Así:
- ¿Pueden las
universidades permitirse mantener substanciales inversiones en
TIs?, ¿los avances en calidad o productividad justifican tales
inversiones y, si así es, a expensas de qué otros programas y
servicios?
- ¿Qué
cambios organizacionales es necesario acometer para beneficiarse
de los avances tecnológicos?
- ¿Cómo
pueden integrarse la política e infraestructura de computación
para proporcionar servicios adecuados con los recursos
disponibles?
- ¿Qué
beneficios y visiones asociadas a los recursos de información
pueden anticiparse para los próximos años?
- ¿Qué
métodos de financiación pueden desarrollarse para hacer frente
al volumen e incremento de costes de recursos de información
para los próximos años?
- ¿Con la
velocidad a la que cambia la tecnología, qué planteamientos
pueden emplearse a la hora de planificar el modo que el campus
optimice el uso de sus recursos?
- ¿Cómo
pueden la universidades cooperar más efectivamente entre sí para
resolver todos estos problemas?
Todas estas
preguntas reflejan una paradoja potencial en el sentido de que: en
un momento en que las TIs ofrecen más posibilidades que nunca, que
avanzan más rápidamente que nunca, que plantean una serie de retos,
desafíos y oportunidades... no sabemos si tales cambios pueden ser
gestionados, asimilados adecuadamente en una organización tan
tradicional y lenta al cambio como la Universidad. La universidad es
increíblemente pesada y lenta al cambio. La Universidad no tienen
una estructura de gestión que pueda obtener respuesta de sus
"subordinados" de la misma manera que las organizaciones privadas
(autonomía universitaria, libertad académica). El gobierno del
profesorado puede ser conducido, pero no gestionado. Junto a un
estímulo de innovación en el profesorado, las Universidades son
altamente resistentes al cambio institucional.
El reto asociado
con la gestión del citado cambio, al que se enfrentan las
instituciones de enseñanza superior es más cultural que tecnológico;
implica una reestructuración fundamental del flujo de trabajo, de la
forma de llevar a cabo la misión docente e investigadora, y de
precedentes históricos que proporcionan estabilidad y estructura a
las personas y grupos que trabajan en dichas instituciones. Ello
implica que necesitamos identificar los valores culturales e
históricos asociados con la universidad en cuestión, en orden a
evaluar las posibilidades de éxito y a gestionar de manera efectiva
un proceso de cambio de tal magnitud y significación, mediante la
adecuada propuesta de innovación (basada fundamentalmente en la
consideración de la Información como recurso estratégico con los
correspondientes impactos organizacionales) que propicie "nuevas
culturas de enseñanza y aprendizaje independientes del modelo
tradicional".
En definitiva, y
como conclusión, se advierte la presencia de una serie de cuestiones
y retos a los que se enfrentan nuestras instituciones, que no son
cuestiones meramente tecnológicas, sino cuestiones relativas a
gestión, estructura organizacional y política, que deberán conducir
a una infraestructura organizacional efectiva (que permita acometer
los objetivos de docencia, aprendizaje e investigación que nuestros
campus han definido), desde la consideración de que los recursos son
limitados y la velocidad de cambio demasiado grande como para no
planificar y gestionar cuidadosamente no sólo las TIs, sino también
todos los recursos en el entorno de un campus, todo ello desde
nuevas perspectivas o paradigmas relativos a la financiación,
planificación, integración y administración de los recursos de
información del campus. |
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