Cinema
Paradiso
Los
vecinos de Villa Lugano recuperaron un cine historico.
Se
movilizaron para que el Gobierno porteño lo restaurara; la sala "El
Progreso" fue inaugurada en 1945, estuvo mucho tiempo cerrada y los ultimos
cinco antes de su reinauguracion la habian usado pastores evangelistas. El
trabajo costo 70 mil pesos.
Durante
los años 40 y 50, en la pantalla del cine El Progreso de Villa Lugano
asomaban los rasgos de la enigmatica Zully Moreno en Dios se lo pague y las
proezas de baile de Gene Kelly en Cantando bajo la lluvia. Años despues,
el cine cerro y el encanto de las estrellas de celuloide fue reemplazado por
el discurso frenetico de varios pastores evangelistas.
A
iniciativa de los vecinos, la Secretaria de Cultura del Gobierno porteño
recupero el espacio para hacerlo funcionar nuevamente como cine.
En
el corazon de Villa Lugano -avenida Riestra 5653- una austera construccion,
hoy reciclada, apenas insinua lo que hay del otro lado: el cine El Progreso,
el unico del barrio, con sus 500 butacas de cuerina marron y macizas patas
de hierro.
Su
reapertura, llevada a cabo en la primera semana de agosto de aquel año,
formaba parte del programa de recuperacion de cines de barrio, fomentado por
la Secretaria de Cultura de la ciudad. La remodelacion de El Progreso costo
70 mil pesos y fue financiada por AUSA (Autopistas Urbanas S.A.)
Lejos
del Obelisco, los vecinos de Lugano no tuvieron su primer cine sino en 1933.
Doce años despues se mudo adonde esta actualmente, a dos cuadras de
su sede original.
En
julio de 1945, el barrio estuvo de fiesta: el dia 8 inauguraron la Biblioteca
y la sede social de la Sociedad de Fomento El Progreso y el 19 fue la primera
proyeccion. La funcion de ese dia ofrecio dos peliculas: la argentina Su mejor
alumno con Enrique Muiño y Angel Magaña y la mexicana Corsario
Negro.
"En
ese entonces la salida era con la familia completa. Nos pasabamos la tarde
entera en el cine viendo tres peliculas", cuenta Livio Lazzarini, presidente
de la Sociedad de Fomento y habitante de Lugano desde hace 70 años.
Los vecinos recuerdan que los martes y jueves pasaban peliculas romanticas
porque eran los "dias de damas" y los miercoles, con 20 centavos,
los chicos entraban a la matine a ver las aventuras de Buffalo Bill y El Zorro.
Esa
era la epoca en que habia un solo proyector, que funcionaba a carbon, y habia
que interrumpir la proyeccion y encender las luces en la sala mientras se
cambiaba el rollo. "A la gente eso no le gustaba y silbaba. Por eso,
nuestros viejos hicieron un esfuerzo y compraron otro proyector, para no tener
que interrumpirla", dice Lazzarini.
Segun
recuerda Enrique Bonserget, presidente de la Junta de Estudios Historicos
de Villa Lugano, donde vive hace 65 años, "en el cine pasaba de
todo porque era el lugar de reunion de todo el barrio los sabados a la noche.
Las mujeres se ponian lo mejor que tenian y ahi nacieron muchos romances"
La
entrada costaba 40 centavos y en los intervalos, muchos salian a tomar un
cafe.
"Para
volver a entrar se mostraba un papelito: era la contraseña que te daba
el boletero antes de salir", cuenta Bonserget.
La
situacion economica a partir de 1980 le impidio a la Sociedad de Fomento mantener
el cine. entoncs decidieron alquilarlo. Al principio siguio funcionando como
cine pero mas tarde y durante los ultimos cinco años, varios pastores
evangelistas usaron el escenario como pulpito".
"Cuando
se termino el contrato de alquiler, mediante un convenio con la Direccion
General de Promocion Cultural del Gobierno porteño, lo recuperamos
como cine-teatro", comenta Lazzarini
Para
ponerlo a punto hubo que reconstruir todo el techo que estaba carcomido por
la humedad y sacar las tres primeras filas de butacas para agrandar el escenario.
Tambien se acondiciono el hall de entrada y se hicieron a nuevo los baños,
la boleteria y la sala de proyeccion. "La sala fue equipada con sistema
de sonido Dolby estereo y con un proyector de 35 milimetros", contaba
por su parte Ricardo Manetti, director de Promocion Cultural de la Ciudad.
El
viejo aparato en el que se proyectaron peliculas como Ladrones de bicicletas,
Duelo al sol, Las aguas bajan turbias y otros clasico fue expuesto en el hall
del cine, junto a afiches de la epoca dorada del cine argentino y fotos del
barrio, de varias decadas atras.
"Queremos
hacer de este lugar un Centro Cultural General San Martin en chiquito:
cine, teatro, talleres, conferencias, biblioteca", expresaba ilusionado
Lazzarini
Clarin, 4 de julio de 1999
|