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¿Recuerdan
ustedes los momentos finales de la pelicula "Anatasia", cuando
la anciana emperatriz dice a una atribulada Ingrid Bergman "Dicen que
todo esta como solia ser, en el salon... es tonto, el mundo sigue andando,
nos subimos a el o nos quedamos enterrados en el pasado... Nadie puede culparme
por vivir con mis fantasmas... yo soy el pasado, me gusta, es dulce y conocido...
el presente es frio y desconocido y el futuro, lamentablemente, no me incumbe
a mi, pero si a ti... es tuyo"?
Como si fuera una joya guardada en un cofre al que se abre despues de decadas, han llegado a nosotros unos cuantos numeros de "Reflejos", el periodico local de los barrios Almagro y Flores, ¿el año? el segundo lustro de la decada del veinte. Plegados cuidadosamente, estas fragiles y ondeantes hojas han atravesado casi un oceano de tiempo... casi ochenta años y asi, se diria, reverencialmente, nos atrevemos a abrir sus paginas de gran tamaño para, de repente, transportarnos hacia un mundo que se nos antoja lejano y, tambien, legendario... Para aquella gente, la caida de Rosas y la organizacion nacional se les semejaba tan lejana como ellos de nosotros y asi, la "Gran Aldea", con su estilo colonial, sus patios, sus calles pantanosas y vendedores ambulantes les era tan extraña como a nosotros, habitantes del III Milenio, sus vetustas victrolas y anticuados sombreritos 'cloche'. Y Sin embargo, un placer, un gozo indescriptible nos invade precisamente al retroceder tantos años y, como en aquellas peliculas en que los protagonistas reviven el esplendor pasado, de pronto vemos al presidente de la Republica, Don Hipolito Yrigoyen asomandose a los balcones de la Casa Rosada junto al intendente de Buenos Aires y funcionarios para presenciar los solemnes actos y desfiles celebrando la beatificacion de Don Bosco... no nos parece sino mas que la noticia del dia, mientras nos apoltronamos en un comodo sillon dejando el sombrero rancho a un lado mientras nos acompaña el zumbon eco del jazz desde una modernisima "victrola ortofonica"...
Ayer como hoy, los aspirantes a "estrellas" del cine, podian acudir a la invitacion del "Estudio Cinematografico Maiwand" donde podian concurrir los "aficionados" a participar de peliculas... quien sabe, quien sabe si alguna "estrella" -ya del pasado- no fue descubierta en esas circunstancias... Corre junio de 1925 y como periodico local, no es mucha la informacion politica y de actualidad, acotada a la tapa. ¿Deben votar las mujeres? se pregunta una columna, al lado de las quejas por el -mal- funcionamiento de las oficinas de la empresa de telefonos, como si ochenta años no hubieran sido suficientes para remediar tal estado... El resto, el resto esta dedicado a las noticias sociales: En las paginas centrales las señoritas de la parroquia exhiben candida e ingenuamente su belleza adolescente... quien sabe... las salidas al cine o reuniones sociales no son suficientes como para proclamar que las señoritas -de impecables modales y de buena familia- estan disponibles para que un galan las conduzca cuanto antes hacia los perfumados y floridos altares del matrimonio. Y si de penas amorosas se trata, siempre se cuenta con la columnita del "consultorio espiritual": "¡Pobre hija mia!" se conduele la "consejera" "...por lo pronto tienes un empleo que facilita tu independencia economica y en cuanto a los afectos, no te dejes guiar llevar por los impulsos de tu corazon y desconfia de todos" concluye con severa prudencia la "terapeuta" de entonces. De eso se trata, simplemente. Una breve nota despotricando contra los socialistas y la noticia de Amundsen regresado salvo reducen el mundo exterior; el resto, como dijimos, se dedicado a la publicidad y las noticias sociales, rubicundos niños vestidos de marineritos y rubicundas niñas con enormes moños en sus cabecitas; flamantes novias y novios, compromisos, idas y venidas de pasajeros y "mieleros", anuncios de fallecimientos, etc. etc. en fin, el "pequeño" pero intimo mundo de la parroquia, el querido barrio. Esta gente, conformada por prosperos profesionales y comerciantes se luce orgullosa y satisfecha, navegando entre los opulentos y altivos vecinos del Barrio Norte y los modestos arrabales y suburbios de la metropoli. Ellas visitan la "Maison Rubi", donde "Coiffeurs pour dames" las acicalan y consiguiendo doblegar rebeldes testas logran las famosas "melenas" de cabello corto a solo 1 peso; tambien, la "Maison Rubi" asegura servicios de manicura, masajes y depilacion. Ellos seran frecuentes habitues del cafe, bar y billares de sugerente nombre: "La Sonambula", en Rivadavia y Maza donde no falta la orquesta de jazz-band Americana "Pages" y tomaran cerveza Quilmes mientras degustan cigarrillos "43" de 20, 30 y 40 centavos; el transporte podra conseguirse en "Casa Barberis": carruajes, autos y, para las tristes ocasiones, servicios funebres. Y mientras ellos calzan unos comodos "Keds" ("de sport, playa, campo o uso diario") y preparan facilmente la "Vistina" ("goma fijadora del cabello) sonreiran ante la noticia del despacho favorable de la Comision de Codigos del Senado luego de estudiar el proyecto presentado por el Dr. Mario Bravo sobre el divorcio: "Estamos seguros de los inconvenientes de leyes demoledoras como la del divorcio absoluto en un pueblo de mente sana y de economia independiente" dira la cronica (octubre del '29), ¿que se piensan esos socialistas, caramba!?. Y ojo que se refire al "divorcio absoluto", pues la sociedad no es tan anacronica como para no considerar seriamente el divorcio, aunque no en terminos tan extremos, todavia... |
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Argentina rie y el champagne burbujea en las copas y motivos no le faltan, Buenos Aires se ha convertido en una de las mas avanzadas metropolis del planeta y el pais que preside y representa, uno de las primeras del mundo, se engalana con cupulas y fachadas art-deco; palacios y edificios publicos, recibe y asimila a miles de españoles, italianos, rusos, vascos, judios, arabes y mil mas de todos los confines del mundo, seducidos por las historias que circulan sobre esta austral parte del mundo, una region de leche y miel, donde esta todo por hacer y donde trabajaran, estudiaran y prosperaran en paz, pudiendo ejercer sus religiones y costumbres como en sus lugares de origen y donde no temeran persecuciones ni discrimaciones: una tierra de tanto respeto y tanta tolerancia como jamas se habia conocido antes; donde labraran la tierra o comerciaran y, lo mas importante, donde envejeceran placidamente viendo con orgullo como la progenie vuelve a sus hogares convertidos en abogados, ingenieros, arquitectores o doctores. Esa tierra, que segun se cuenta, exhibe verdes y fertiles llanuras hasta el infinito y aun mas, porque en la Argentina de las primeras decadas nada parece tener limites; y mas alla de aquellas, serenas sierras de cristalinas aguas y exuberantes selvas tropicales; hacia el norte, montañas y valles encantados de mil colores y pacificas comarcas; y hacia el oeste, una inextricable red de viñedos enguirnaldando las majestuosas y nevadas cumbres de los Andes, en fin, al sur, paisajes de incomparable, indecriptible belleza con mas montañas jalonadas de cristalinos y escondidos lagos lacustres reflejando el mecer de las ramas de milenarios bosques de pinos en sus aguas... Y un clima templado, que invita al gozo y jubilo de ver ondular dorados mares de trigo, el festivo azul de las flores de lino; interminables cultivos de alfalfares en cuyos claros pacen pacificas vacas y corretean bravios caballos; es simple y sencillamente el paraiso en la tierra presidido por la pareja presidencial mas glamorosa que nunca hubo: Regina y Marcelo. Si. Hubo un tiempo en que la Argentina fue feliz. Y con envidia observamos ese mundo, para nosotros, envuelto en una atmosfera casi naif como para ellos debio parecerle -y con la misma distancia de tiempo- la rustica y primitiva Buenos Aires de 70 años tras ellos. Alli estan, como hace setenta años, las señoritas Eileen y Moira Ussher bajo la atenta mirada de su madre, Emma y la señorita Alegre Guillamondeguy acompañada del joven Carlos A. Roche, tiesas algunas, indolentes las otras en medio de las columnatas del Majestic en torno a mesas engalanadas con claveles rojos dispuestas a tomar el te en finas tazas de porcelana; alli estan las señoritas de Winter y Perisse y tambien los señores Cordoba y Villapol siempre dispuestos a ofrecer galantemente la mano a las perfumadas damas invitandolas a la danza, de tipica o jazz. Y tambien, en esos mismos salones del Majestic escucharemos los afectados grititos de las jovencitas al distinguir al galan que recien llega de Europa: nada menos que el buen mozo de Alberto Zorrilla, flamante campeon olimpico; o podremos compartir tambien jocundas veladas a bordo del vapor "Conte Verde" adornado con flores, luces y guirnaldas y tomar un te y "refrescos" mientras platicamos con el consul de italia, Dn. Italo Capanni, acaso comentando el debut de la jovencisima damisela llamada Azucena Maizani aquel jueves 1 de noviembre de 1928 en el cine Presidente Roca de Rivadavia 3753... Pero ¡Ay! asi como el tiempo nos ha regalado estas escenas no podremos disfrutar de los dorados salones del Majestic, ni del rojo de los claveles que adornan sus mesas, ni tampoco del rubor y carmin de Eileen y Moira, ni sus boquitas pintadas ni de sus melenitas 'a la page'... Apenas sobreviven sus imagenes color sepia, tal vez, como pasara lo mismo con el pais que ellas vivieron. Acaso
ellas no lo sepan, pero las luces de ciertos despachos de la Casa de Gobierno
permanecen prendidas hasta altas horas de la noche, mientras flota en el aire
una densa y enmarañada red de conjuras e intrigas. En cambio, no lo saldria de aquella otra, aquella que marcaria -en el magnificente cenit de su esplendor- el principio de su decadencia: la interrupcion institucional de su gobierno. Y pocos, muy pocos espiritus clarividentes se darian cabalmente cuenta de lo que esto significaba. Empero, aun gozara Argentina de su bonanza, mientras comenzaban a germinar mientras tanto, las causas de su ulterior decadencia. La decada siguiente sera una bisagra en su historia y tanto habra cambiado la Argentina que ellos conocieron en su juventud que apenas la reconoceran. El resto de la historia, acaso no merezca que la llamemos asi, y menos, mucho menos "Argentina" |
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