Ciberquímica


Introducción y Observación: La Autora de este ensayo es Físicamente IMPERFECTA! Si algún lector se siente aludido, debe saber que detrás de estas líneas hay un teclado y detrás del teclado está la Autora, la primera imperfecta, pero a conciencia. Jejejeje......

Ahora sí.

No pretendemos hacer una estadística, solo lanzar una retórica: A cuántos de ustedes les ha sucedido lo siguiente:

Conoces a alguien en el Chat, te imaginas que es... “WOW!!!”, se ponen de acuerdo para tener una cita y luego, en persona, te pasa cualquiera de las siguientes cosas:

- En el momento de ver a WOW, figurativamente te cae un edificio encima, con todo lo que implica ...
- En el momento de ver a WOW, dices: “...hm... nada mal”, te entusiasmas ligeramente, pero cuando te acercas un poco, figurativamente te cae un edificio encima, con todo lo que implica... no hay química.
- O tal vez descubres que WOW está demente, porque se enfrascaron en una pequeña diferencia acerca del tamaño perfecto de las hojas de la Hierbabuena (o cualquier otra trivialidad) y con mucho enojo, se levantó de la mesa rumbo a su renovado anonimato, sin siquiera pagar su parte de la cuenta.
- O tal vez, sus flirteos e insinuaciones de pronto no te resultaron tan emocionantes ni provocadores como lo eran en el Chat... más bien “ohhhhh! ¡Qué Cursi!”.
- Sin ir a extremos, simplemente te cayó bien, pero no tanto como para emprender, de allí en adelante, un camino común por el resto de sus vidas, como te imaginabas que sería.
- UN MIL DE POSIBILIDADES MAS, dentro de este rango (y sin incluir entre éstos los peligrosos casos de acoso, amenazas, Troyanos, Gusanos, tarjetas quemadas etc., etc., etc).

En todo caso, son decepciones y en una u otra medida desaniman. Nos hacen pensar en pérdida de tiempo y energía y dejan un sabor amargo. Volvemos a casa cabizbajos o, mínimo, enojadísimos.

Sería bueno mirar un poquito al fondo de esto y ver qué pasa. Mi punto de vista es el siguiente:

Cuando hay “química” entre dos personas es porque se provocan mutuamente ciertas sensaciones. Muchos de nosotros también nos enganchamos en prototipos “a mi me gusta el cabello rubio y los ojos negros, la piel blanca y las pecas... ah esas pecas son espectaculares” o “...la piel morena canelaaaaaaaa!
Uuuuuuuuuuy”. No importa si esas sensaciones surgen por retroalimentación (una paja mental en la que un individuo decide que tal y tal cosa le gusta hasta la locura y con solo escucharla se le prenden todos los Leds...) o si en realidad el estímulo vino del interlocutor. Se trata de sensaciones, que surgen internamente y se viven internamente.

Ahora bien. ¿Qué pasa en el Chat?
Si a ver vamos, la palabra, todo lo relacionado con el lenguaje y el mensaje, la creatividad, el sentido del humor, un buen intelecto, el conocimiento y la cultura, la soltura y desinhibición (resultantes de este maravilloso escudo que todos llevamos), toman el lugar del estímulo visual y son los que actúan en el Chat, los que provocan la química en este medio. Si en cambio, el primer contacto es visual y quien vemos es bien bien feo..., seamos sinceros, en la mayoría de los casos ni nos tomaremos la molestia de seguir explorando en esa persona. Mientras que en el Chat, inevitablemente, el primer contacto es el lenguaje escrito y este es el primer estímulo, por lo que en este caso los triunfadores (aunque a veces temporales), serán quienes manejen mejor el lenguaje.

De paso, hay quienes traen en su “paquete de personalidad” una serie de características descriptivas que por acuerdos sociales y conceptos convencionales de estética, provocan “química” en un mayor número de personas. Y algo que contribuye con este estímulo en el Chat es que cuando alguien da sus características descriptivas, probablemente no te dirá “bueno, pero con todo esto, tengo también una mirada de idiota y suelo andar por allí con la quijada caída y babeándome...”, porque lo más probable es que ni siquiera esté consciente de ello.

Una teoría interesante de la Gestalt (una de las Escuelas de la Psicología), sostiene que la mente humana tiende a completar datos faltantes. Si por ejemplo desde una esquina vemos a medias un cartel con letras rojas de Neón, a las 11:30 pm, y la parte que logramos leer dice ...”MACIA”, lo más probable es que estaremos seguros de haber hallado, por fin, la Farmacia de Turno que buscábamos. Nadie se imaginará que esta debe ser la poco conocida “Casa de Visitas de Madamme Guachimacia”.

Del mismo modo, si alguien omitió que tiene 20 kilos de más o que tiene una joroba o huecos en la cara o cualquier hemiplejia crónica o problemas con las encías, celulitis, flacidez, estrabismo, sudor en las manos, o cualquier otra característica que no cuadra dentro de la definición convencional de buen físico, siempre habrá la tendencia de completar, antes del encuentro, los datos faltantes con los datos deseados: excelente proporción peso-estatura, buen porte, tez perfecta, sonrisa Hollywood, todo está tonificado, mirada expresiva, un apretón de manos eléctrico y reconfortante etc., etc., etc., como para enamorarse!

En resumen, tratamos de vendernos de la mejor manera.

A agrégale a eso que aún cuando te topas con una persona físicamente “perfecta”, no necesariamente se marcará el sello final: la química.

El punto es que con frecuencia se confunde a la ilusión y aquellas sensaciones que nos causa, con la verdadera química, basada sobre información veraz. La mente trabaja muy bien... definitivamente.

Yo también me he ido de bruces unas cuantas veces... me encanta chatear y conocer personas; por otro lado, he hecho bellas amistades – hoy día nos visitamos, comemos juntos y compartimos de todo!

Pero mi consejo para evitar ese tipo de desilusiones, es el siguiente:

Cuando “vendes” una imagen de ti mismo recuerda:
ASÍ COMO TE VENDES, TE VAN A COMPRAR. Y SI TU TRABAJO DE VENTA ES IMPRECISO, TE COMPRARÁN DE MANERA IMPRECISA.

Y cuando estás “comprando” una imagen, recuerda:
NO TODO EL MUNDO SE VENDE DE LA MANERA QUE TU LO VERÍAS. NO COMPRES DESDE EL PUNTO DE VISTA SUBJTIVO DE UNA PERSONA SOBRE SÍ MISMA; LA MEJOR FORMA DE COMPRAR ES: VER Y CREER.

Todos nos movemos constantemente entre el papel de “vendedor” y el de “comprador”; si al desempeñar cualquiera de estos papeles tomamos en cuenta estas dos reglas, no tendremos que tomarnos la difícil tarea de pretender ser Objetivo, utópica pretensión, de paso, ya que, sea el que sea nuestro punto de vista, jamás logrará abarcar simultáneamente todos los puntos de visa posibles.

En próximas ocasiones comentaremos acerca de puntos de vista y cómo conocer mejor a las personas... antes de un encuentro.

Agradecimientos a Keops


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