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Me da un yogur de frutilla y una leche Luis
María Hermida. Especial para Clarín.com
conexiones@claringlobal.com.ar
"Cumplimos
75 años ¿cuántos cumplimos con vos?".
El interrogante, imposible de responder, como corresponde a toda
pregunta existencial (o casi), cierra el comercial estrenado el
jueves pasado- que la agencia CraveroLanis Euro RSCG creó
para celebrar los 75 años de La Serenísima.
Siete
días de filmación, de Purmamarca a San Antonio de
Areco y de Mendoza a General Rodríguez, con fondo musical
del ex "Soda Stereo" Gustavo Cerati, fueron el marco elegido
para formular otras preguntas igualmente improbables de responder,
como ¿cuándo probaste la leche La Serenísima?
o ¿quién te sirvió un vaso por primera vez?
Está
claro que, más que respuestas, lo que busca el comercial
es activar el tándem nostalgia-emotividad, siempre tan agradecido
y que, en el caso de la leche, no es otro que el de niñez-madre.
Apelación primaria si las hay y que suele ser número
puesto cuando de publicidad lechera se trata. Sin embargo, en este
caso, por tratarse de un institucional, la cosa va más allá
de las bondades de tal o cual producto. Construye marca.
En
publicidad se llama institucional a la comunicación que hace
una empresa con eje en ella misma. Ya no se trata de la publicidad
de un determinado producto sino del posicionamiento de la empresa
-o marca- como institución. Resulta interesante ver de qué
manera diferenciada arma su comunicación publicitaria una
empresa que cuenta con varias marcas, como es el caso de La Serenísima.
Interesante y sencillo ya que por estos días, en pantalla,
conviven media docena (o más) de avisos de distintas marcas
de la empresa.
Veamos:
Línea
científico-testimonial. Producto: Actimel. Retirado Cacho
Fontana, nadie puede dar más garantía de confianza
desde una pantalla que Pancho Ibañez. Sobre todo cuando hay
que hablar de cosas como "fórmula exclusiva con L. Casei
defensis". Si a eso se le suman testimonios (serios, con DNI
y todo) y la afirmación de que el 98 % de quienes lo han
consumido lo recomendarían (andá a comprobarlo y traeme
el vuelto), no hay mucho que pensar. Deme 2. El comercial responde
al formato más tradicional del género: discurso científico
y lenguaje técnico en boca de alguien irreprochable.
Línea
científico-actoral. Producto: Yogurísimo. Las bondades
del Probio 2, que contiene el producto, puestas en escena a través
de un hombre mayor que recupera la vitalidad. Será bueno
señalar que el rubro lácteo y más específicamente
el de los yogures- ha sido uno de los de mayor incorporación
de "diferenciales". Basta pararse frente a la góndola
respectiva, atestada de variantes, para darnos cuenta de la distancia
que nos separa de los tiempos en que uno pedía "me da
un yogur de frutilla y una leche", a secas, y se iba. Con un
yogur de frutilla y una leche.
Línea
infantil con variante. Producto: Danonino. Variante 1) El dinosaurio
verde animado que identifica a la marca promocionando unos stickers
que se "encienden" en la oscuridad. Variante 2) Danonino
concentrado 4x4, con Dady Brieva haciendo de papá. Esta marca
también supo tener su comunicación científica,
seria e incuestionable, aunque no con Pancho Ibañez pero
sí con un pediatra, el Dr. Mercado que avalaba las bondades
nutritivas del producto. La diferencia está en el destinatario
del mensaje: si es el consumidor, el chico, nada mejor que un dibujito
simpático y querible (aunque ninguno como "Chuavechito"
de Vívere); si son los padres, nada mejor que, ¿un
pediatra?
Línea
goloso-humorística. Producto: Danette. El protagonista es
un chef que habla en francés mientras revuelve un chocolate.
Comercial para golosos en el que juega un papel muy importante,
desde la tentación visual, lo que en el cine publicitario
se denomina filmación de producto: la parte del comercial
específicamente destinada a "mostrar" el producto,
en oposición a todo lo que sea la acción propia del
aviso. Tanto constituye una especialidad casi aparte (que incluye
filmar el "pack", esto es: la caja, la lata, la botella,
el paquete o lo que sea que cierra el aviso) que en muchas películas,
directamente, lo hace otro director.
Línea
testimonial pero no tanto. Producto: Casancrem. Con Martiniano Molina
actuando lo rico.
Línea
institucional. Producto: La Serenísima. La última,
la que engloba a todas las anteriores, la del nuevo comercial con
que abrimos la columna. Son 75 segundos de niños y madres,
de campo y ciudad, de puna y montañas, de tambos y laboratorios,
de controles y pureza, de tuteos y multietnias, de brindis y amigos,
de familias y confianza. En otras palabras, 75 segundos de pura
publicidad.
Clarin,
28 de octubre de 2004 |