GICIN

Que gran maestro...

Me enamoré de un sueño... inexistente
volví a sentir lo que creí estaba dormido
me enamoré no de tus ojos, de los míos
recuperando la visión que había perdido.
Me enamoré no de palabras dibujadas
me enamoré del poder que ellas tenían
con cada una renacía mi confianza
recuperé los sentimientos que dormían.
Me había jurado permanecer en el silencio
oculta para siempre sin amar
me había obligado a no sentir y tan idiota,
caí otra vez en la trampa de soñar.
Hoy aprendí la lección que me enseñaste
a no entregarme nunca más, a no creer
un gran maestro he tenido, te agradezco
las lecciones de traición llegué a aprender
Hoy la alumna supera al maestro
pues todo aquello que dolía olvidó
de su mirada quitó toda dulzura
de sus sueños sus recuerdos arrancó...
No te deseo ningún mal, te he perdonado
para que guardar por ti algún sentimiento
ni amor ni odio ni rencores, solo olvido
Dios te perdone...porque hoy te olvido yo...