LUIS
E. PRIETO
DIME,
AMOR...
Dime
tu:
¿para
qué quieres mis ojos nacarados
ahora
que ya son solo de tierra?
Quiero
beber tu tierra desbordada
por
miles de ríos imposibles.
Y
dime:
¿para
qué deseas mis fantasmas
si
han llegado las lluvias imprevistas?
Quiero
que tus lluvias y las mías
salgan
a conjurar eternidades.
Pero
cuenta:
¿qué
has hecho con los sueños
que
fui aparcando en tu memoria?
Quise
hacerme un laberinto
donde
perder mis miedos con los tuyos.
Confiesa:
¿por
qué tu piel es niebla dolorosa
si
llevo luceros en todos mis rincones?
Quiero
que los huecos de mi ausencia
te
sepan a flores tiernas y salvajes.
Mujer:
dame
siquiera la esperanza...
Luis
E. Prieto
lepv@inicia.es