MIGUEL29R

 

Una bandada de pájaros

anidó en nuestras ideas,

de camino a cualquier sitio

conocimos a no sé quién.

 

Éramos niños del destino,

saltamontes sin manos que nos retuviesen,

caracoles rápidos del asfalto;

valientes enamorados al peligro.

 

El veneno del miedo,

saltábamos sin más que imaginación.

Fuimos tan decididos aquel día,

 tu la dama y yo el vagabundo

de una noche que nos disparaba,

 en tus ojos aún se escapan balas de nostalgia.

 

Repetimos tantas veces

las aventuras de policías y piratas;

tu, cofre de deseos, caja de Pandora,

yo, libertino del pecado,

jugador de póquer

sucio amigo del diablo.

 

Este y aquel fueron nuestros techos,

el Martes tu casa

al jueves posada barata,

sábanas que vestían nuestros cuerpos,

árboles donde dormir despiertos.

ese al que todos tenían respeto

nosotros sabíamos tutear;

corríamos en nubes de fuego

escondíamos las manos por debajo,

tu en mis pantalones

yo, jugador arriesgado,

quizá más allá de los botones.

 

Y mira ahora:

casada, sin hijos,

condenada al paso del tiempo

 rezando los Domingos.

En fiestas,

cocinera de regimientos ,

tus ojos ya no se acuerdan del peligro,

entre cinco paredes tabicadas

el paso de los días te apuñala.

 

Pero yo, peor que la muerte;

Predicando en papel robado

versos de ayer, mes pasado,

de un antiguo camino que compartimos;

escupiendo a la cara del odio por haberte querido,

y ahora, todavía más;

condenado como la memoria

a recordarte por siempre jamás.

 

 Lo peor del desamor,

es abrir los cajones

 y no encontrar su ropa;

cerrar las ventanas del desván

 y que el frío sigue viviendo

en tus pasillos.

Es dulce la soledad

 si la sabes tutear,

si a su compañía

no muere la calma.

Lo peor del desamor,

es sentarse en el precipicio de los suspiros quebrados,

dormir tan solo, tan necio,

tan vacío y desnudo.

Lo peor del desamor,

no es que te falte la semilla

que te empuja a renacer,

 que se escapen a tus ojos

los sueños del corazón.

 Lo peor del desamor,

son las bocas abiertas separadas,

sin besos y palabras,

 los otoños que te pintan el la piel,

con hojas secas su nombre en lágrimas.