TUCKY

No nos daremos cuenta jamás de qué estamos haciendo

acabando con todo aquello que Dios nos puso alrededor

ya sea como protectores de la noche o como siervos del sol.

 

Tardaste amigo y padre días en hacer tanto arte

y nosotros tus hijos lo reducimos a desechos,

despojando de tu tierra aquello que con mimo colocaste.

 

¿Por qué acabamos con todo lo que nos representa

por el mero hecho de lucirlo y alardear de hombría,

pues yo hoy te digo cazador que recuerdes este día.

 

En la España que un tiempo fue mora,

la que paso de norte a sur por la reconquista

la invadida por franceses, persas y cristianos

dale hoy explicaciones del porqué la haces este daño.

 

Tú, hombre insensato solo estas de paso

¿Por qué quieres con ese cruel artefacto

con ese dragón forjado en acero y aliento de fuego

acabar con animales, montañas, bosques y senderos?

 

En los lugares mas hermosos de mi España

los que me han traído tantos buenos momentos

a lo que tantos versos ahora olvidados he recitado

¿Por qué quieres destruirlos con tu dragón infernal?

 

A veces cuando observándote y mirando tus trofeos

creo sentir el dolor de esos que con sus belfos te sonrieron

mostrándose majestuosos hasta que muertos fueron por tu acero.

 

Y tú,

¿Te atreves a decir cobarde torero que tu lucha es igual?

pues te digo, a ti que tanto pecho asomas

con tu picador con lanza de acero y tres banderilleros

 que te quitan valía y te roban tanto ego;

pues cinco sois contra uno valiente, puro y verdadero.

 

Quisiera verte encarcelado en anulares celdas

y humillado rianse de ti cuando vomites por la boca

en forma de sangre,

como corriste de pequeño y como te admiraban de mayor

y no comprendas el por qué ese metal atraviesa tu corazón.

 

No quiero que me digas, tu, cruel animal

que ésta que practicas es lucha a igual

pues igual seria si con cuernos salieras a lidiar.

 

¿Pero no te das cuenta tu que caballero te crees

que no le puedes mirar, al que provocaste su final?

pues el no comprende por qué moría si sólo salió a jugar.

 

Espero que Dios, cuando nos ponga delante de su altar

sepa juzgarnos a los hombres por nuestro mal

ya que ese, el cual corría por la tierra,

ese que al alba lucia su brioso semblante

ya tiene un lugar en el donde disfrutar de su libertad.