RICARDO MILLÁN

Recorrí una llanura
real e imaginable
cubierta por sus prados,
cálidos y tiernos,
húmedos y suaves.


Caminé lento y seguro,
tranquilo y sin apuro.
Besé su suelo,
dormí en su nido.


Hice con mis manos
en su sima: un nicho.
que quedará por siempre
como recinto, como templo
homenaje al amor
que por ti , hoy siento.


Recorrí la llanura
real e imaginable..
de tu vientre.