IANzillo

 

Los pies descalzos y un mar de fondo que me arrulla.
Las lunas de los lentes empañados por la brisa marina
Y melodías que acompañan mi escritura en esta tarde soleada de otoño.

Arjona me recordaba que realmente no estoy tan solo...
...quien te dijo que te fuiste?
...si cargaste con el cuerpo pero no con el recuerdo...
...y a ti se te extraña tanto...

Palabras tan ciertas y tan difíciles de asimilar
o entender por parte de nosotros.
Partimos con el cuerpo pero los recuerdos del alma,
las alegrías y penas del corazón,
los recuerdos fotográficos de esos momentos especiales
en ese espacio tiempo de conjunción perfecta de las almas queda
y no se van aunque el pensamiento lo niegue.

¿Qué hacer entonces?
Esperar que el tiempo mate los recuerdos?
La clásica respuesta:
el tiempo se encargara de borrar las heridas, aun tiene validez acaso??
Acaso el tiempo se encargo de borrar nuestras heridas?
Quizás las calmo,
quizás vino un alma buena y nos las curo,
pero los recuerdos siempre quedaron por el largo de los años
y todo el tiempo que nos envolvió.

Acaso borramos de nuestra mente el primer amor?
Acaso nos volvimos amnésicos?
y nunca más recordamos los lindos momentos vividos alguna vez?

Quizás las neuronas mueran
y entonces los recuerdos nunca más sean presentes.

Pero que hay del corazón?
Quizás este nivel sea más complicado.
Aquí llegamos a una parte muy sensible.
Esto ya no es solo un juego de palabras que vienen y van.
En algunos momentos va muy unido al juego con el alma.
En otras ocasiones pasajeras solo fue un pequeño roce
y un caminar juntos en un pequeño recorrido real o virtual.

Y que decimos del alma?
Alguna vez realmente nos sentimos rozados por las almas?
Alguna vez sentimos eso inexplicable y que nos lleno de vida?
Alguna vez alcanzamos el cielo o creímos haberlo tocado?
Quizás muchas veces pensé que lo toque,
pensé y me ilusione y creí que mi momento había llegado,
pero cada vez aprendí que el limite parece ser un infinito inalcanzable.

Siempre había una meta mas alta,
siempre había algo, un pequeño detalle,
siempre había ese “pero” que me hacia sentir como un soñador empedernido
que solo soñaba con la perfección.

Quizás es que no conocía la esencia real de las almas,
quizás fue que tuve que pensar antes que sentir.
Quizás fue que trate de interpretar la felicidad
y trate de adaptarla a mi mejor realidad
o quizás trate de auto engañarme y crear mi propio mundo de ilusión y felicidad
para entonces sentirme protegido y vivir con estabilidad emocional.

Quizás fue que pensé demasiado, que trate de interpretarlo todo
y buscar las razones o el génesis de los sentimientos
y buscar explicaciones terrenales en un territorio que no conocía.

Hoy sé que las almas no pertenecen a este mundo,
están mas allá de todo este día a día
sobrepasan las fronteras de nuestra soledad diaria
y todos los parámetros de lo materialmente concebible.

Esto es una historia muy diferente, es esencia pura,
es el sentir sin estar contaminado de prejuicios,
ni valores racionales ni nada alrededor,
es solamente compartir de manera natural
y sin barreras pensantes lo mejor de nosotros

Alguna vez lo vivieron?,
alguna vez creyeron tocar el cielo y luego se vinieron en picada?.
Alguna vez entregamos el alma y partimos con el cuerpo?

Quizás muchos dirán que sí.
Quizás algunos nos quedamos en la tranquilidad de vivir
las emociones que el mundo terrenal nos brindó
y nunca arriesgamos el dar una paso al mas allá.

Quizás otros preferimos nuestra soledad
y morir de los recuerdos antes que vivir muriendo de amor cada día.
Quizás fue una postura más segura.
Posiblemente no fue la más satisfactoria,
ni la más completa pero fue una opción cómoda.

Y entonces pregunto otra vez?
Es que siempre fuimos felices?
Es que siempre la felicidad lleno nuestras vidas?
O es que nos resignamos con la felicidad que nos limitamos a recibir.

En más de un caso escapamos,
tratamos de llenar ese vacío con otras soluciones.
Tratamos de llenarla con el estudio, los hijos tan lindos que tenemos,
con el marido o la esposa maravillosa que alabamos,
o buscamos la religión como una forma de entregar el alma a dios
y saber que esta en buenas manos.

En fin, tantas soluciones al problema de la soledad.
A ese gran problema que es nuestra soledad que nos llena cada día
y que nos invade a diario y aparece en los momentos que estamos libres de toda rutina.

Decimos que somos felices gozando nuestra realidad solitaria:
Decimos y decimos. Hablamos por que tenemos boca.
Nos convertimos en actores que aparentamos felicidad y reímos
Quizás por dentro seamos los verdaderos actores de nuestro drama
Quizás seamos como el gran dilema del payaso que llora mientras el publico ríe

No lo sé.
Quizás quise ir lejos con este escrito.
Quizás solo quise nuevamente llegar a reinterpretar lo inexplicable.
Quizás quise llegar a saber cual es la clave de mi felicidad
y escribí con si hablara en voz alta
y tire la botella al mar en busca de aquel que la recupere
y me diga: yo tengo la clave.

En fin,
Mis pies descalzos caminaron por la orilla del mar,
se mojaron, vi el sol radiante y las gaviotas en un vuelo de otoño.
Estuve con el alma en realidad presente y fui feliz nuevamente.

Quizás esa sea mi felicidad eterna,
tan simple como estar descalzo y despojado de todo,
quizás sea que la felicidad es tan sencilla
y nosotros buscamos el camino complicado de la vida.

La felicidad no se piensa ni se planifica, solo llega, y llega sola.
Llega en la soledad o en la compañía,
pero llega y muchas veces se nos va de las manos
Entonces que hacemos?
La añoramos, la soñamos, le lloramos
y le escribimos para que permanezca latente en el recuerdo?

Quizás sí, quizás no.
 


Solo sé que escribí estas líneas para compartirlas,
para llevarles una esperanza,
para ahorrarles un camino tan complicado en la interpretación
de nuestros sentimientos que no entendemos
y que hoy trato de reinterpretarlos de manera racional.

Quizás mi estado adulto floreció hoy
y me convertí en el ser pensante que a veces suelo ser.

Como fuera, agradezco a mis padres haberme dado la vida,
y agradezco que el sol salió un miércoles del otoño e ilumino mis pensamientos
y me dio la oportunidad de caminar,
ver el mar y nuevamente sonreír.