ÁGUILA MÍSTICA

"DESCENSO A LOS INFIERNOS"

CANTO I

Un temblor y al unísono...

En ritual mesiánico:

un águila su sangre derrama.

 

Con ígneo fuego...

Ungido por un celestial designio

en el abismo el pájaro irrumpe.

 

En silente eco

su estallido arroja

corazón del universo.

 

Por confines del Hades

el advenimiento del pájaro.

Un rojo líquido vierte

cual torrente que brama.

 

En solitario crepúsculo

bandadas de aves:

lavan las mercuriales alas

del hermafrodita pájaro.

 

Del Edén cae...

Semilla y dolor

es su profético parto.

 

En honduras abismales

el pájaro su entorno ilumina.

En el fuego de su espíritu

su viejo plumaje arde.

 

Trueno es su canto

que quiebra sus huesos

en el vacío de un oscuro arcano.

 

                                                                                                 1

En nocturno cántico

el águila cae al laberinto.

 

Desgarradas las carnes

del errante arcángel.

Clavada el águila:

 en la cruz de Azazel. 

 

Las espinas, sus alas quebraron.

A su alma una sombría lluvia inundó.

 

¿En sangre la milenaria águila?

Cual bautismal cascada

el corazón del pájaro.

 

Al Averno el retorno eterno

del noctámbulo ermitaño del destino.

 

Encadenadas las alas

del peregrino taciturno.

 

En dionisiaco arcano

ungido como rey de Pandemónium.

 

En llamas el águila

es el nuevo Lucifer.

 

CANTO II

 

En los abismos el enigma se devela...

el Cordero y el león,

crucificados se avizoran

en el alma de la Serpiente.

 

Desde gélidas cumbres

en colosal vuelo el cóndor Belcebú.

Su plumaje sacude:

remecido por vientos que azotan

los nevados picachos del Averno.

                                                                                                      2

Con sus garras el cóndor Panurgo

al Cordero y aguilucho:

los arroja cual peñascos

a hondonadas de sus valles.

 

En esos pastizales

...los aguajes de un pantano...

En las aguas aquellas

lava las pezuñas del león,

el dios muerto Macbeth.

 

Rotas las cadenas del león:

alas de aguilucho

sus entrañas heredan.

 

Cual ungidos olivos...

Un águila y un león

desde la eternidad aletean:

a la diestra  y siniestra

del glorificado Hijo.

 

Un rayo de luz

la manzana de Adán rompió.

En el fondo del fruto aquel,

cual feto que un cascarón triza;

un átomo parió:

un águila y un león.

 

En el Principio alquimias almas

el Verbo y el pájaro.

La mercurial ánima de un águila

al eterno fuego.

En primigenio oro:

transfigurado el pájaro heredero.

Por la sangre de un ave

en la cruz derramada:

es Verbo con alas el pájaro.

 

Volar a espesuras del Averno

                                       el arcano del águila.                                        3

 

En las alturas el Padre...

A la cruz de la tierra

un ave destinó.

 

En el madero el pájaro fue el calvario:

arrojaron al barro su corona,

en el  fuego sus alas quemaron.

Mustia el alma en la cruz

un albo polvo sus huesos borró.

 

CANTO III

En sinfónico himno...

Por el Hades

     sus plumas se esparcieron.                                

 

Del cuello del águila

una Serpiente irrumpió.

Tal Culebra:

Habitante solitario

de las llamaradas del Averno.

 

Tras la picadura de la Víbora

una agónica ave

de un Dragón sangre bebió.

Aquellos rojizos aguajes

reventaron las venas del plumífero.

Un corazón con alas

en pedazos al abismo cayó.

Fue el Infierno:

alma y fuego en la cruz del pájaro.

 

¡Abba Abba! exclamó el águila...

cuando las espinas hundieron

las carnes de su cabeza.

Por heredar, los pecados del mundo

un ave sangra...

 

Como el naciente Elihu:

                                       ungido el inmortal pájaro                                       3

 

El aguilucho voló

por los ventisqueros del Averno.

Sus alas rompieron

el séptimo círculo concéntrico.

 

La cósmica águila...

Con su tercer ojo de rapiña,

vio al Cordero encadenar

al príncipe Luzbel.

Tal Arcángel:

viejo dios

del Antiguo Testamento.

 

CANTO IV

 

Al pájaro engendró

con alas de agua

el Padre de la lluvia.

 

Por el Espíritu de los aguajes...

Cual torrentes de invierno

sus agitadas plumas.

 

Como hacedor de la obscuridad

el pájaro volaba por las rompientes del Averno.

Relámpagos eran sus alas

que en alborozado vuelo,

el Infierno rasgaban.

 

Encarnó en plumífero

con su alma de águila,

el hijo de las aves.

Para asumir pecados de la bandada

la sangre de Adán bebió del cáliz.

 

Con alas el Pheuma

sobre el pájaro desciende.

Ungido como águila coronada

                                       por el Verbo del Padre.                                         4

 

Por romper...

Designios del Paraíso,

como rayo de luz

a los Avernos cayó.

 

El pájaro

por la Palabra enviado...

Bautizar:

en agua y sangre

su profético arcano.

 

En honduras del Hades

errante luz el ave.

 

En la cruz desangra

por designios del Padre.

 

Por los pecados del mundo

agoniza el pájaro.

 

El suspiro último

con la estaca en un costado.

 

Cual hijo de las aves...

Arrojada el águila

a los infernales volcanes.

 

CANTO V

 

Arderán sus plumas...

Su sangre:

como torrentes de un río

sus venas romperán.

¡Ah!

El postrer estertor

de la encadenada alma.

El dionisíaco calvario

del mesiánico pájaro.

                                                                                                         5

En erupción milenaria

el Verbo en sus venas.

¡Cual lanza en sus carnes!

Y en sangre:

bautizada el águila..

 

Al Infierno caen

el águila y el Cordero.

Arrojados como copos de nieve

entre las llamas de los acantilados.

 

Para romper los siete Sellos

descienden a las simas del Averno.

Y del águila y el león,

del Crucificado y Elihu

sus arcanos develar.

 

En la cruz del humano dolor

¡cenizas!

las alas del pájaro.

En los tenebrosos infiernos...

Emerger como león desde el eterno fuego

el devenir de su sino.

 

Por los vientos...

De los ventisqueros del Hades

azotado:

el espíritu del águila.

 

En la pasión del madero

el taciturno pájaro.

Irrigadas sus plumas

en la sangre del firmamento.

 

¡Ah! vigilia del sempiterno vuelo...

¡Oh!... calvario del hombre en el pecado.

Crucificada el alma de Adán:

tras morder la Manzana

que Lucifer para él predestinó.

                                                                                                   6

¡Cual místico sino!..

En cada canto del pájaro,

en cada temblor de sus plumas

revelados los enigmas del Averno.

 

Olivo ungido, el águila coronada...

Rodó por el Hades

y a la tierra ascendió,

para bautizar:

las semillas del postrer invierno.

 

Poema del libro inédito

"Canto de Transformación"

http://orbita.starmedia.com/~aguila_coronada

 

Cesar Vásquez López

(Poeta de Chile)

 

Derecho Intelectual:

Inscripción: N°108.115