AKESHA

Déjame llorar en silencio
sin intentar descubrir
la pena que me corroe
 por dentro.
 Deja que mis lamentos rocen
la más negra noche,
que sus estrellas se escondan
al pasar con mis reproches.
Olvida que en un momento
 un mundo termina y que su luz
 dejó de iluminar la tierra
y que la tierra dejó de vivir la vida.
Recoge los trocitos de suspiro
que caen de las piedras,
las gotas que corren al suicidio
por tu cara sin lavar...
Déjame que el rostro de la muerte
apiade mi último lamento,
corriendo tras el viento
para alcanzar el infierno.