Carmen Diez Torio
Pobre
árbol hoy ya sin hojas,
pobre reloj sin manillas,
pobre lluvia ya sin agua,
pobre vida ya sin vida.
Apagaron se sus ojos,
surcos se le hizo la cara,
se le quedo el cuerpo roto,
y secas ya las entrañas.
Camina pasos de muerte,
de recuerdos y de olvidos
y pregunta él a las sombras:
¿Donde fueron mis amigos?
Se fue quedando tan solo
ese corazón tan viejo
que en ese anochecer gime
y no escuchan su lamento.
Mira a su amor ya tan lejos
ella besa dulce su alma,
extiende sus viejas manos
quiere volar con su amada.
¡Mas! tiene el equipaje
hecho
para marcharse mañana.