HADA

 

La tristeza de mudanzas

Ya está de nuevo aquí,

la he visto mudarse

y creo que esta vez sí

que viene para quedarse.

 

Esa tristeza traía consigo

sus maletas más pesadas,

sus lágrimas en cajones,

sus miedos a montones

y yo, no le he dicho nada.

Simplemente le abrí la puerta,

cuando llamó al timbre, descarada.

 

Ya está de nuevo aquí,

la he visto mudarse

otra vez a mi alma,

se ha echado a dormir

arropándose en  mi calma.

 

La he visto instalarse,

deshacer su equipaje,

examinar todo el paisaje

y sonreír satisfecha

demostrando toda su entereza

al ver mi vida deshecha.

 

Y yo, me he quedado maltrecha,

callada, como un mudo testigo,

¿Qué iba a decirle a la tristeza?

Si quizá sea un castigo

que por algo me merezca.

 

Creo que quizá vaya a saludarla,

a decirle: claro que sí,

anda pasa, pasa,

siéntete como en tu casa,

sabes que eres bienvenida

(Si total, ya estás aquí de nuevo)

pero esta vez, te lo ruego...

No olvides donde está la salida.