TOM_32
Entre bastidores opacos se cuecen los
entresijos
de una realidad interesada y mezquina
con pretensiones
altivas y deseos ruines. Y de esas
telarañas lúgubres
raptan ilusiones y sorben la vida de
inocentes almas
los mercenarios armados con invisibles
aguijones.
En la inmundicia de los cementerios de
hormigón
falsas especies de devoradores luchan
por la carroña
de la materialidad, hecha añicos en
nuestros tiempos.
Tras los cristalinos sin fondo,
pensamientos
escurridizos recorren con yerma
inocencia, víctima
de sus embriagadores venenos.
Y de una ilusión jovial ordeñan jugo
verde que
derraman al atardecer en las copas de
sus
despensas. Inundadas de codicia,
avaricia y odio.
Son esos devastadores hombres, los que
no miran
donde pisan, a quien pisan, o porque
pisan, los
que detesto y me producen la sensación
de crecer
en medio de un campo yermo, imposible
de rebrotar
Pronto quizás...llegará la poda. Y de
una flor
virgen y viva ordeñarán a un perfume,
violado
emponzoñado y muerto que servirá de
disfraz
natural al cuervo femenino del hombre
de negro.