Domingo 5 de enero de 2003
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PRIMER NIVEL
Gerencia de nuevo cuño
Transformar objetivos en resultados es la misión normal de la actividad gerencial, pero hoy, en las condiciones de la Argentina, se necesita otra calidad profesional. Héctor Larocca, profesor de la UBA, define los parámetros de un nuevo tipo de gerencia, la gerencia social, cuyo objetivo básico es la obtención de resultados administrando el capital social, articulando, al tiempo, un nuevo compromiso ético con la sociedad.

Héctor Larocca.

La gerencia representa un término instituido genéricamente en el lenguaje de las ciencias administrativas.

La posición gerencial siempre ha sido clave para la transformación de objetivos en resultados. Generalmente un proceso complejo que vincula los propósitos e intenciones, con las acciones necesarias para lograrlos, en el marco de un uso eficiente de los recursos.

América latina, y la Argentina en particular, enfrentan la crisis más aguda conocida de los últimos tiempos; nunca antes las dimensiones y facetas críticas abordaron tantos aspectos, tampoco presentaron al mismo tiempo una complejidad sistémica como presenta la actual crisis, en el sentido de un proceso de deterioro que alcanza a la persona holísticamente.



La suma de las crisis

En efecto, además de las clásicas categorías de crisis política, económica y social, particularmente esta última se manifiesta de una forma muy compleja, integral, en muchos casos con procesos de deterioro irreversibles (desnutrición, carencia de atención en jóvenes embarazadas, trabajo infantil cada vez a menor edad, calidad de la ingesta provista por los desechos de las bolsas de basura, mínimos tiempos dedicados a la escolaridad, insuficiencias en higiene y atención preventiva de la salud, etc.).

La actual convergencia entre complejidad e incertidumbre, ambas agudas, requiere nuevos perfiles y necesidades para los procesos de gerenciamiento, en términos de hacer eficientes los recursos, actuar ágil y rápidamente (muchas situaciones no pueden demorar la intervención) y un sentido de la responsabilidad absolutamente identificado y comprometido con el "objeto gerenciable".

De allí surgen especificidades que requieren una particular combinación entre aptitudes (saberes, formación, etc.) y actitudes (comportamientos), que articulados y fusionados puedan alcanzar niveles de excelencia en el ejercicio gerencial.

Perfiles con nivel de excelencia, es decir alta calificación, son hoy requeridos para tareas complejas, sin con ello dejar de lado, todo lo contrario, el enorme aporte del trabajo voluntario (hoy está vinculado a esta modalidad, en formas muy diversas, casi el 30% de la población).

Gerencia en tiempo de crisis sería relacionar la gerencia con un momento muy especial, "el tiempo de crisis", sin embargo se trata de algo más complejo y profundo, se trata de una nueva calificación profesional

Nada asegura que un buen gerente de empresa privada, por sólo ese atributo, será exitoso para alcanzar los objetivos de un programa social; de la misma forma, los gerentes públicos —funcionarios— no han demostrado precisamente una calificación que los habilita para ser los responsables de este tipo de gerenciamiento.

Por ello la necesidad impostergable de generar y formar hacia una gerencia en particular: La gerencia social, en términos de un instrumento tecnológico robusto para acelerar el proceso y desarrollo del capital social, que permita reconvertir, en el menor tiempo posible las agudas carencias del presente.

La profundización de las asimetrías en todos los ordenes ha llegado a degradar la dignidad humana, el concepto de persona, el respeto por los demás, etc.

Un lenguaje impropio comienza a instalarse en la sociedad argentina que ha ido cambiando el devenir cotidiano: desigualdad, corrupción, desempleo, desocupación, precarización del trabajo, pérdida de valores (ética) escasa formación de familias, disensos agudos en las formadas y disoluciones anticipadas de esta microorganización básica en la formación del tejido social.

En general un deterioro avanzado de los índices de desarrollo humano más elementales, han colocado a la Argentina en un límite que requiere de urgentes acciones de sus actores sociales principales.

La gerencia social, en términos instrumentales, aborda un conjunto de saberes cuyo perfil permite hacer frente con calidad y excelencia a la crisis multidimensional instalada, permitiendo un recupero de la esperanza y la ciudadanía plena.

Sin embargo no nos estamos refiriendo a una panacea mágica, sino a un verdadero esfuerzo constante que nos permita el desarrollo de esta modalidad gerencial en forma orgánica y sistemática, extendiéndola bajo una ingeniería social atomizada, allí, en el lugar específico donde las facetas de la dimensión social están carenciadas.

Argentina goza de un sistema educativo atomizado que abarca casi los primeros 25 años de la persona entre las instancias preescolares y universitarias y además existen una enorme cantidad de espacios educativos de diversos formatos, capital social que debe ser aprovechado eficientemente para el desarrollo de esta nueva identificación gerencial.



Qué es la gerencia social

Precisaremos algunas características específicas de la gerencia social que hacen a su complejidad y a la necesidad de focalización de esfuerzos y saberes en ella , para una formación sólida:

Gerencia Social es una gerencia de desafíos, una gerencia de complejidad propia, de frontera, una gerencia compartida, solidaria, transparente, ajena a intereses sectoriales o corporativos.

Una gerencia sensible e inteligente para priorizar la agenda social inmediata, con profesionalidad y foco en cada una de las necesidades que la demanda y deuda social contemporánea exigen.

En el nivel actual de la situación socioeconómica y humana, no hay más tiempo que perder, o más bien se nos está acabando el tiempo.

La gerencia social es una gerencia que desarrolla habilidades para la concertación, los consensos y los acuerdos, pues la variabilidad de involucrados es muy amplia (actores políticos en las instancias nacionales, provinciales y municipales, con lo que la compleja burocracia federal implica, la participación de los beneficiarios, etc.).

Es una gerencia participativa, y ello requiere de habilidades propias para administrar la participación de fondo y no meramente formal, no se trata de la participación del "buzón de sugerencias", sino de la participación efectiva del necesitado, pasar del discurso magistral y demagógico de lo que se debe hacer, a hacerlo con el otro, pasar de la oratoria a la "escuchatoria".

Esta Gerencia debe generar confianza, credibilidad, estar integrada a producir resultados para el bien común.

Los modelos de gerencia social, deben lidiar con intereses espurios e instalar una "cinta de plata", una "vía reggia" para estar en condiciones óptimas para transformar la exclusión en inclusión, la corrupción en ética total e incuestionable, la desvalorización en dignidad, las barreras en accesos, los límites cada vez más estrechos del encierro humano a la libertad plena, del foco economicista al foco humano.

También que el delito, la muerte y criminalidad, se transformen en una cultura del trabajo, la producción y distribución de riqueza, incrementar en forma sostenida la calidad de vida cotidiana para recomponer el tejido social y la cohesión para construir un proyecto que involucre a todos.


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