El panorama económico actual presenta
connotaciones muy variadas. El Estado participa activamente en
la economía de la nación. Las relaciones internacionales se
han estrechado gracias al progreso de las comunicaciones. La
caída del Muro de Berlín ofrece la posibilidad de abrir nuevos
mercados. Las empresas buscan nuevas estrategias para que sus
productos sean más competitivos. La formación de los
trabajadores ha de ser altamente especializada ante las
necesidades del mercado laboral existente... Ante estas
expectativas y exigencias, la información solicitada es muy
diversa y variada. Por ello se pueden distinguir las
siguientes áreas contables, tomando como base los ámbitos de
aplicación que estableció Richard Mattessich.
A
continuación, someramente se analizan estas áreas.
1. Microcontabilidad
Emite información de las familias, empresas, sector público
y organizaciones sin fines de lucro, es decir, de las
distintas unidades que componen el sistema económico.
1.1. Contabilidad de las unidades de
consumo o familias
Se ocupa de la distribución de la renta familiar
entre los miembros que la integran. Apenas tiene
importancia ya que para su elaboración no se precisa
organización contable.
1.2. Contabilidad de las
organizaciones sin fines de lucro
Cuanto más avanzada está una sociedad más se ocupa de
actividades de interés general como educación, investigación,
deportes, asistencia sanitaria y social, o cualesquiera otras
que tiendan a promover el bien común. Así, en los últimos
tiempos, en los países más adelantados, estas organizaciones
-fundaciones y asociaciones- han proliferado considerablemente
y la gama de servicios que prestan cada vez es más extensa.
El aumento de su peso específico en la economía ha
fomentado el desarrollo de esta rama de la contabilidad. Cada
día son más numerosos los grupos y personas que muestran
interés por la misma: donantes, órganos de control,
beneficiarios, Administración Pública, etc., ya que les
orienta sobre su funcionamiento y la eficacia de su gestión.
Estas entidades destinan sus recursos a prestar bienes y
servicios sociales, pero no para lucrarse ellas, sino para que
el mayor sector posible de la sociedad disfrute de sus
“cualificadas” prestaciones. De tal modo, que el éxito o
fracaso de la gestión de estas organizaciones obedece a la
cantidad de necesidades que hayan cubierto y a la calidad de
los servicios prestados. Para conocer en qué medida, la
organización, ha cumplido su misión se requiere un sistema
contable que indique los objetivos a alcanzar (número de
servicios sociales a prestar y calidad de los mismos),
compruebe periódicamente los recursos disponibles y la
correcta gestión de éstos para el logro de los objetivos
establecidos.
1.3. Contabilidad de la
empresa
Esta área siempre ha ocupado un lugar destacado, tanto a
nivel doctrinal como profesional, debido al vital papel que
desempeñan las empresas en la realidad económica. El hecho de
que estas unidades creen más o menos riqueza repercute en la
totalidad de la economía. De ahí que sea considerada el núcleo
de la contabilidad.
La información relativa a la empresa puede ser objeto de
difusión al mundo exterior o ser utilizada por la propia
entidad, principalmente por sus estamentos directivos. La
primera pertenece al marco de la contabilidad financiera
y, en cambio, la segunda se refiere a la contabilidad
de costes.
1.3.1. Contabilidad
financiera
La contabilidad financiera, también llamada contabilidad
general o contabilidad externa, es la que se ocupa de
registrar aquellas operaciones que relacionan a la empresa con
el exterior y suministra datos a los usuarios externos.
La contabilidad financiera emite datos que se plasman en
estados contables que son objeto de difusión pública. En
éstos, la empresa ha de informar del patrimonio, constituido
por recursos económicos y financieros, con los que cuenta en
una fecha determinada y del beneficio, o pérdida, obtenido en
cierto período de tiempo. De esta información se derivarán
decisiones por parte de los inversores, la Administración
Pública, los Sindicatos, etc.
Indudablemente, en una determinada fecha, la empresa
dispone de cierto patrimonio, pero éste se ve modificado tras
la realización de una serie de operaciones como pueden ser la
venta de sus productos, que le concedan un préstamo o alquile
un local. Por este motivo, y dada la incidencia que estas
variaciones pueden tener en la riqueza de otros, la unidad
empresarial ha de difundir esta información con carácter
periódico.
Para la elaboración de estos datos, expresados en unidades
monetarias, se sigue un método específico. Partiendo del
patrimonio que tiene en un momento 1, registra todas aquellas
transacciones que la relacionen con el entorno desde el
momento 1 al momento 2 y así poder calcular el beneficio, o
pérdida, logrado en ese intervalo de tiempo y el patrimonio -o
riqueza- con que cuenta en el momento 2.
Son requisitos primordiales la objetividad y la
credibilidad. Para que la información jurídica sea útil
y consensuada es imprescindible que esta información sea
objetiva, ya que son muchos los contables que la elaboran y
muchos los usuarios que la toman como punto de referencia.
Además, este rasgo permite comparar datos entre distintas
empresas y entre fechas diferentes. La veracidad de los datos
es fundamental para cualquier destinatario, por eso ha cobrado
tanta importancia en nuestra sociedad la figura del
auditor.
1.3.2. Contabilidad de costes,
contabilidad previsional y contabilidad de gestión
Cierta información puede transcender al exterior de la
unidad económica, pero normalmente sólo es utilizada
internamente para que tomen decisiones sus gestores.
Contabilidad de costes
Cualquier empresa para llevar a cabo su actividad ha de
consumir materias primas, electricidad, mano de obra, utilizar
determinadas máquinas e instalacio-nes... Gradualmente,
mediante la realización de distintas actividades, todos estos
factores que han intervenido en el proceso productivo se han
ido transformando hasta lograr los productos o servicios
deseados. Más tarde, estos productos o servicios se colocarán
en el mercado a través de su venta.
La contabilidad de costes -conocida también como analítica,
industrial o interna- proporciona a la organización datos
periódicos sobre las materias primas empleadas, el desgaste
experimentado por las máquinas, las horas de mano de obra
empleadas, tiempos ociosos, precios de venta, stocks
existentes en almacén en su proceso productivo, etc. De este
modo, los responsables de la empresa podrán conocer el coste
de los productos fabricados o de los servicios prestados, los
costes correspondientes a cada departamento y sección, así
como los resultados logrados por cada línea de productos y en
cada departamento.
Esta información pretende medir la productividad lograda
por la unidad empresarial en un intervalo de tiempo y orienta
a los responsables de la misma ante cuestiones como: si debe
aceptar o no un pedido, si sería rentable lanzar un nuevo
producto o comercializar en nuevos mercados..., de cara a
controlar y delimitar responsabilidades.
En esta área, la comparación de datos pasados con datos
actuales y la previsión del futuro son fundamentales. En
función de la experiencia se pueden establecer para cada
período unos límites en los consumos que no deben
sobrepasarse, de forma que se frene el alza de los costes
y se vigile su evolución. De otro, apoyándose en datos de
períodos anteriores puede presupuestarse la actividad
futura con suficiente antelación. Si, más adelante, los
costes reales no coinciden con los previstos, habrá que
proceder a analizar sus causas, por ello las diferencias valen
como instrumento de control.
Contabilidad Previsional
La unidad empresarial proyecta ciertos objetivos -como
puede ser obtener determinado excedente o alcanzar cierto
volumen de ventas-, está claro que para lograrlos ha de
disponer de ciertos recursos económicos y que su logro
implicará cambios en su estructura organizativa. La empresa
especifica las operaciones a realizar por cada centro de
responsabilidad para alcanzar las metas planeadas mediante
el presupuesto, que servirá de soporte para prever el
futuro patrimonio empresarial y el beneficio que se alcanzará,
que se plasmarán en estados contables previsionales. En
definitiva, la contabilidad previsional emite información
relativa al futuro.
Contabilidad de Gestión
El entorno económico en el que nos encontramos sumergidos
se caracteriza por la creciente competencia, la progresiva
descentralización y profesionalización y la gradual
internacionalización.
Ante estas perspectivas tan cambiantes e inciertas, la
contabilidad de costes, al centrarse en los costes, resulta
insuficiente a la dirección de la empresa de cara a establecer
políticas eficaces que resuelvan sus problemas. Para una
adecuada planificación y correcto control, se hace patente la
necesidad de sistemas de control y dirección más avanzados, a
lo que han contribuido en un grado elevadísimo los
ordenadores, que garanticen a la unidad económica su
supervivencia en un entorno tan fluctuante. Por ello, se
desarrolla la contabilidad de gestión, que engloba tanto a la
contabilidad de costes como a la contabilidad previsional,
cuya finalidad -como dice el profesor José Luis Iglesias - es
apoyar todo el proceso de toma de decisiones económicas en una
organización.
Los responsables de la empresa han de lograr una eficiente
asignación de los recursos en el seno de la unidad
empresarial, matiz fundamental de la contabilidad de gestión,
para garantizar su competitividad. Para ello, los directivos
han de conocer todas aquellas cuestiones concernientes al
proceso de toma de decisiones, y no limitarse a las contables,
válidas para la elección entre diferentes alternativas en un
horizonte temporal a corto plazo.
Dado su fin, la contabilidad de gestión selecciona datos
contables actuales y planeados, información no contable
relativa al entorno y a la organización, datos cuantitativos y
cualitativos, financieros y no financieros. Con esta
información podrá conocer los gastos e ingresos relevantes de
cada una de las alternativas por las que puede optar, cómo
está organizado su proceso productivo, qué actividades son
“eliminables”, cómo es el equipo humano con que cuenta, a
quién le asigna determinada responsabilidad, por qué se han
producido diferencias entre datos reales y planeados, cómo
combinar y coordinar óptimamente las actividades y recursos,
etc.
1.4. Contabilidad pública o
contabilidad del sector público
De una forma genérica se podría decir que el sector público
está constituido por las empresas públicas y las
Administraciones Públicas. La contabilidad pública se ocupa
del sistema contable de estas últimas, que al prestar
servicios públicos sin afán de lucro, presenta notables
diferencias con respecto a la contabilidad de la empresa.
La pieza clave de la contabilidad pública es el
presupuesto, concretamente en España el Presupuesto General
del Estado, en el que se plasman cifras previsionales de
ingresos y gastos, así como su posterior realización. Pero
esta área no debe limitarse al presupuesto, lo que ha venido
sucediendo durante mucho tiempo, su campo de aplicación
debería extenderse a niveles similares a los de la
contabilidad de la empresa, puesto que un gran colectivo
precisa información de esta índole para adoptar decisiones
económico-financieras.
En el ámbito político, económico e institucional, interesa
-igual les ocurre a las empresas y a los ciudadanos en
general- conocer el resultado y el patrimonio nacional, y
saber cómo se redistribuyen éstos, puesto que la mayor parte
de su financiación proviene de impuestos y otros pagos
obligatorios en los que todos colaboramos. Una peculiaridad
muy importante es que hay que rendir cuentas del
presupuesto realizado, del patrimonio y de los resultados ante
un órgano de control externo; en nuestro país es el Tribunal
de Cuentas.
Los directivos de los entes públicos, para gestionar más
eficazmente los recursos y controlar, necesitarían que la
contabilidad pública les proporcionara mayor infor-mación.
Dado el número de entes públicos existentes y las demoras
que se producen al emitir datos significativos, el soporte
informático juega un importante papel en esta rama contable.
2. Macrocontabilidad
Si la información económica tiene presentes a todas las
unidades económicas -familias, empresas y sector público- que
integran dicho sistema económico, entonces se habla de
macrocontabilidad. Puede referirse a una economía nacional o
regional en su conjunto.
Los datos que proporciona la macrocontabilidad valen a los
responsables de la política económica para tomar decisiones
que potencien la expansión económica de la nación o de la
comunidad autónoma; aunque también son útiles a los
ciudadanos, a los demás países y a las restantes regiones.
Los fines perseguidos por la macrocontabilidad y la
microcontabilidad son análogos, pero entre ambas áreas existen
grandes diferencias, que principalmente radican en el campo de
estudio y en la aplicación del método contable.
La macrocontabilidad aborda y estudia aspectos concretos de
la realidad económica, con el fin de dar respuesta y
contribuir a tomar decisiones de distinta índole. Así, se
distinguen modelos contables macroeconómicos relativos a la
renta nacional, las transacciones interindustriales, los
flujos monetarios y crediticios y a la balanza de pagos; cada
uno de ellos contempla la parcela referida en su denominación
y para su obtención se siguen procesos distintos.
La diferencia fundamental entre el ámbito micro y
macroeconómico radica en los datos contables, que en el caso
de la macrocontabilidad son las magnitudes macroeconómicas. En
principio y teóricamente, estos datos se podrían obtener
sumando todos los provenientes de las unidades económicas que
componen el sistema, pero dada la heterogeneidad del proceso
de captación en cada una de ellas, la dificultad que entraña
la obtención de datos de las unidades de consumo, etc., se
recurre a estimaciones estadísticas y métodos econométricos.
Para la obtención de las macromagnitudes, se divide la
economía en ramas de actividad que engloban unidades
productivas homogéneas, y en sectores institucionales,
compuestos por las diversas instituciones existentes en la
economía. La macrocontabilidad se ocupa de informar acerca de
las transacciones económicas habidas entre los sectores desde
una óptica dinámica y no estática.
A fin de que la exposición resulte más clara, se va a hacer
una breve referencia al modelo de las transacciones
interindustriales o modelo input-output, formulado por W.
Leontief en 1941, que describe las interdependencias
existentes entre los sectores que componen la vida económica
nacional o regional, así como las que se prevén en un futuro.
Así, si se programa un aumento en la construcción de casas,
de una forma más o menos directa, se está planeando también un
incremento en la producción de cemento, de vigas de acero, de
madera y, en una palabra, de cualquier materia prima necesaria
para edificar. Pero, a su vez, la creciente demanda de todas
estas mercancías va a provocar una mayor producción de las
mismas, y así sucesivamente. De lo anteriormente expresado, se
deduce que los distintos sectores productivos están
interrelacionados.
Este modelo resulta un instrumento adecuado y correcto,
siempre que se analice a lo largo del tiempo, para programar
el desarrollo económico de un país, ya que indica, en cierto
grado, los sectores que deben potenciarse y la dirección que
hay que imprimir a la economía nacional para que ésta resulte
competitiva. |