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Capítulos
1.- Prólogo
2.- ¿Qué es la Contabilidad?
  Necesidad de Información económica
  Concepto Actual de Contabilidad
  Áreas de la Contabilidad
3.- El método Contable
4.- Gastos e Ingresos. Determinación del Resultado del Ejercicio
5.- Periodificación Contable
6.- El Inmovilizado Material
7.- El Inmovilizado Inmaterial
8.- Inversiones Financieras (I)
9.- Inversiones Financieras (II)
10.- Existencias
11.- Derechos de Cobro Originados por operaciones de tráfico
12.- Fondos Propios
13.- Pasivo a Largo Plazo
14.- Pasivo a Corto Plazo
15.- Moneda Extranjera
16.- Impuesto sobre el valor añadido
17.- Impuesto sobre beneficios
18.- Cuentas Anuales
19.- Análisis de Estados Financieros
¿Qué es la Contabilidad?

Áreas de la Contabilidad
Por Mercedes Cervera Oliver y Javier Romano Aparicio

El panorama económico actual presenta connotaciones muy variadas. El Estado participa activamente en la economía de la nación. Las relaciones internacionales se han estrechado gracias al progreso de las comunicaciones. La caída del Muro de Berlín ofrece la posibilidad de abrir nuevos mercados. Las empresas buscan nuevas estrategias para que sus productos sean más competitivos. La formación de los trabajadores ha de ser altamente especializada ante las necesidades del mercado laboral existente...
Ante estas expectativas y exigencias, la información solicitada es muy diversa y variada. Por ello se pueden distinguir las siguientes áreas contables, tomando como base los ámbitos de aplicación que estableció Richard Mattessich.

Areas de la contabilidad
A continuación, someramente se analizan estas áreas.

1. Microcontabilidad

Emite información de las familias, empresas, sector público y organizaciones sin fines de lucro, es decir, de las distintas unidades que componen el sistema económico.

1.1. Contabilidad de las unidades de consumo o familias

Se ocupa de la distribución de la renta familiar entre los miembros que la integran. Apenas tiene importancia ya que para su elaboración no se precisa organización contable.

1.2. Contabilidad de las organizaciones sin fines de lucro

Cuanto más avanzada está una sociedad más se ocupa de actividades de interés general como educación, investigación, deportes, asistencia sanitaria y social, o cualesquiera otras que tiendan a promover el bien común. Así, en los últimos tiempos, en los países más adelantados, estas organizaciones -fundaciones y asociaciones- han proliferado considerablemente y la gama de servicios que prestan cada vez es más extensa.

El aumento de su peso específico en la economía ha fomentado el desarrollo de esta rama de la contabilidad. Cada día son más numerosos los grupos y personas que muestran interés por la misma: donantes, órganos de control, beneficiarios, Administración Pública, etc., ya que les orienta sobre su funcionamiento y la eficacia de su gestión.

Estas entidades destinan sus recursos a prestar bienes y servicios sociales, pero no para lucrarse ellas, sino para que el mayor sector posible de la sociedad disfrute de sus “cualificadas” prestaciones. De tal modo, que el éxito o fracaso de la gestión de estas organizaciones obedece a la cantidad de necesidades que hayan cubierto y a la calidad de los servicios prestados. Para conocer en qué medida, la organización, ha cumplido su misión se requiere un sistema contable que indique los objetivos a alcanzar (número de servicios sociales a prestar y calidad de los mismos), compruebe periódicamente los recursos disponibles y la correcta gestión de éstos para el logro de los objetivos establecidos.

1.3. Contabilidad de la empresa

Esta área siempre ha ocupado un lugar destacado, tanto a nivel doctrinal como profesional, debido al vital papel que desempeñan las empresas en la realidad económica. El hecho de que estas unidades creen más o menos riqueza repercute en la totalidad de la economía. De ahí que sea considerada el núcleo de la contabilidad.

La información relativa a la empresa puede ser objeto de difusión al mundo exterior o ser utilizada por la propia entidad, principalmente por sus estamentos directivos. La primera pertenece al marco de la contabilidad financiera y, en cambio, la segunda se refiere a la contabilidad de costes.

1.3.1. Contabilidad financiera

La contabilidad financiera, también llamada contabilidad general o contabilidad externa, es la que se ocupa de registrar aquellas operaciones que relacionan a la empresa con el exterior y suministra datos a los usuarios externos.

La contabilidad financiera emite datos que se plasman en estados contables que son objeto de difusión pública. En éstos, la empresa ha de informar del patrimonio, constituido por recursos económicos y financieros, con los que cuenta en una fecha determinada y del beneficio, o pérdida, obtenido en cierto período de tiempo. De esta información se derivarán decisiones por parte de los inversores, la Administración Pública, los Sindicatos, etc.

Indudablemente, en una determinada fecha, la empresa dispone de cierto patrimonio, pero éste se ve modificado tras la realización de una serie de operaciones como pueden ser la venta de sus productos, que le concedan un préstamo o alquile un local. Por este motivo, y dada la incidencia que estas variaciones pueden tener en la riqueza de otros, la unidad empresarial ha de difundir esta información con carácter periódico.

Para la elaboración de estos datos, expresados en unidades monetarias, se sigue un método específico. Partiendo del patrimonio que tiene en un momento 1, registra todas aquellas transacciones que la relacionen con el entorno desde el momento 1 al momento 2 y así poder calcular el beneficio, o pérdida, logrado en ese intervalo de tiempo y el patrimonio -o riqueza- con que cuenta en el momento 2.

Son requisitos primordiales la objetividad y la credibilidad. Para que la información jurídica sea útil y consensuada es imprescindible que esta información sea objetiva, ya que son muchos los contables que la elaboran y muchos los usuarios que la toman como punto de referencia. Además, este rasgo permite comparar datos entre distintas empresas y entre fechas diferentes. La veracidad de los datos es fundamental para cualquier destinatario, por eso ha cobrado tanta importancia en nuestra sociedad la figura del auditor.

1.3.2. Contabilidad de costes, contabilidad previsional y contabilidad de gestión

Cierta información puede transcender al exterior de la unidad económica, pero normalmente sólo es utilizada internamente para que tomen decisiones sus gestores.

  • Contabilidad de costes

    Cualquier empresa para llevar a cabo su actividad ha de consumir materias primas, electricidad, mano de obra, utilizar determinadas máquinas e instalacio-nes... Gradualmente, mediante la realización de distintas actividades, todos estos factores que han intervenido en el proceso productivo se han ido transformando hasta lograr los productos o servicios deseados. Más tarde, estos productos o servicios se colocarán en el mercado a través de su venta.

    La contabilidad de costes -conocida también como analítica, industrial o interna- proporciona a la organización datos periódicos sobre las materias primas empleadas, el desgaste experimentado por las máquinas, las horas de mano de obra empleadas, tiempos ociosos, precios de venta, stocks existentes en almacén en su proceso productivo, etc. De este modo, los responsables de la empresa podrán conocer el coste de los productos fabricados o de los servicios prestados, los costes correspondientes a cada departamento y sección, así como los resultados logrados por cada línea de productos y en cada departamento.

    Esta información pretende medir la productividad lograda por la unidad empresarial en un intervalo de tiempo y orienta a los responsables de la misma ante cuestiones como: si debe aceptar o no un pedido, si sería rentable lanzar un nuevo producto o comercializar en nuevos mercados..., de cara a controlar y delimitar responsabilidades.

    En esta área, la comparación de datos pasados con datos actuales y la previsión del futuro son fundamentales. En función de la experiencia se pueden establecer para cada período unos límites en los consumos que no deben sobrepasarse, de forma que se frene el alza de los costes y se vigile su evolución. De otro, apoyándose en datos de períodos anteriores puede presupuestarse la actividad futura con suficiente antelación. Si, más adelante, los costes reales no coinciden con los previstos, habrá que proceder a analizar sus causas, por ello las diferencias valen como instrumento de control.

  • Contabilidad Previsional

    La unidad empresarial proyecta ciertos objetivos -como puede ser obtener determinado excedente o alcanzar cierto volumen de ventas-, está claro que para lograrlos ha de disponer de ciertos recursos económicos y que su logro implicará cambios en su estructura organizativa. La empresa especifica las operaciones a realizar por cada centro de responsabilidad para alcanzar las metas planeadas mediante el presupuesto, que servirá de soporte para prever el futuro patrimonio empresarial y el beneficio que se alcanzará, que se plasmarán en estados contables previsionales. En definitiva, la contabilidad previsional emite información relativa al futuro.

  • Contabilidad de Gestión

    El entorno económico en el que nos encontramos sumergidos se caracteriza por la creciente competencia, la progresiva descentralización y profesionalización y la gradual internacionalización.

    Ante estas perspectivas tan cambiantes e inciertas, la contabilidad de costes, al centrarse en los costes, resulta insuficiente a la dirección de la empresa de cara a establecer políticas eficaces que resuelvan sus problemas. Para una adecuada planificación y correcto control, se hace patente la necesidad de sistemas de control y dirección más avanzados, a lo que han contribuido en un grado elevadísimo los ordenadores, que garanticen a la unidad económica su supervivencia en un entorno tan fluctuante. Por ello, se desarrolla la contabilidad de gestión, que engloba tanto a la contabilidad de costes como a la contabilidad previsional, cuya finalidad -como dice el profesor José Luis Iglesias - es apoyar todo el proceso de toma de decisiones económicas en una organización.

    Los responsables de la empresa han de lograr una eficiente asignación de los recursos en el seno de la unidad empresarial, matiz fundamental de la contabilidad de gestión, para garantizar su competitividad. Para ello, los directivos han de conocer todas aquellas cuestiones concernientes al proceso de toma de decisiones, y no limitarse a las contables, válidas para la elección entre diferentes alternativas en un horizonte temporal a corto plazo.

    Dado su fin, la contabilidad de gestión selecciona datos contables actuales y planeados, información no contable relativa al entorno y a la organización, datos cuantitativos y cualitativos, financieros y no financieros. Con esta información podrá conocer los gastos e ingresos relevantes de cada una de las alternativas por las que puede optar, cómo está organizado su proceso productivo, qué actividades son “eliminables”, cómo es el equipo humano con que cuenta, a quién le asigna determinada responsabilidad, por qué se han producido diferencias entre datos reales y planeados, cómo combinar y coordinar óptimamente las actividades y recursos, etc.

    1.4. Contabilidad pública o contabilidad del sector público

    De una forma genérica se podría decir que el sector público está constituido por las empresas públicas y las Administraciones Públicas. La contabilidad pública se ocupa del sistema contable de estas últimas, que al prestar servicios públicos sin afán de lucro, presenta notables diferencias con respecto a la contabilidad de la empresa.

    La pieza clave de la contabilidad pública es el presupuesto, concretamente en España el Presupuesto General del Estado, en el que se plasman cifras previsionales de ingresos y gastos, así como su posterior realización. Pero esta área no debe limitarse al presupuesto, lo que ha venido sucediendo durante mucho tiempo, su campo de aplicación debería extenderse a niveles similares a los de la contabilidad de la empresa, puesto que un gran colectivo precisa información de esta índole para adoptar decisiones económico-financieras.

    En el ámbito político, económico e institucional, interesa -igual les ocurre a las empresas y a los ciudadanos en general- conocer el resultado y el patrimonio nacional, y saber cómo se redistribuyen éstos, puesto que la mayor parte de su financiación proviene de impuestos y otros pagos obligatorios en los que todos colaboramos. Una peculiaridad muy importante es que hay que rendir cuentas del presupuesto realizado, del patrimonio y de los resultados ante un órgano de control externo; en nuestro país es el Tribunal de Cuentas.

    Los directivos de los entes públicos, para gestionar más eficazmente los recursos y controlar, necesitarían que la contabilidad pública les proporcionara mayor infor-mación.

    Dado el número de entes públicos existentes y las demoras que se producen al emitir datos significativos, el soporte informático juega un importante papel en esta rama contable.

    2. Macrocontabilidad

    Si la información económica tiene presentes a todas las unidades económicas -familias, empresas y sector público- que integran dicho sistema económico, entonces se habla de macrocontabilidad. Puede referirse a una economía nacional o regional en su conjunto.

    Los datos que proporciona la macrocontabilidad valen a los responsables de la política económica para tomar decisiones que potencien la expansión económica de la nación o de la comunidad autónoma; aunque también son útiles a los ciudadanos, a los demás países y a las restantes regiones.

    Los fines perseguidos por la macrocontabilidad y la microcontabilidad son análogos, pero entre ambas áreas existen grandes diferencias, que principalmente radican en el campo de estudio y en la aplicación del método contable.

    La macrocontabilidad aborda y estudia aspectos concretos de la realidad económica, con el fin de dar respuesta y contribuir a tomar decisiones de distinta índole. Así, se distinguen modelos contables macroeconómicos relativos a la renta nacional, las transacciones interindustriales, los flujos monetarios y crediticios y a la balanza de pagos; cada uno de ellos contempla la parcela referida en su denominación y para su obtención se siguen procesos distintos.

    La diferencia fundamental entre el ámbito micro y macroeconómico radica en los datos contables, que en el caso de la macrocontabilidad son las magnitudes macroeconómicas. En principio y teóricamente, estos datos se podrían obtener sumando todos los provenientes de las unidades económicas que componen el sistema, pero dada la heterogeneidad del proceso de captación en cada una de ellas, la dificultad que entraña la obtención de datos de las unidades de consumo, etc., se recurre a estimaciones estadísticas y métodos econométricos.

    Para la obtención de las macromagnitudes, se divide la economía en ramas de actividad que engloban unidades productivas homogéneas, y en sectores institucionales, compuestos por las diversas instituciones existentes en la economía. La macrocontabilidad se ocupa de informar acerca de las transacciones económicas habidas entre los sectores desde una óptica dinámica y no estática.

    A fin de que la exposición resulte más clara, se va a hacer una breve referencia al modelo de las transacciones interindustriales o modelo input-output, formulado por W. Leontief en 1941, que describe las interdependencias existentes entre los sectores que componen la vida económica nacional o regional, así como las que se prevén en un futuro.

    Así, si se programa un aumento en la construcción de casas, de una forma más o menos directa, se está planeando también un incremento en la producción de cemento, de vigas de acero, de madera y, en una palabra, de cualquier materia prima necesaria para edificar. Pero, a su vez, la creciente demanda de todas estas mercancías va a provocar una mayor producción de las mismas, y así sucesivamente. De lo anteriormente expresado, se deduce que los distintos sectores productivos están interrelacionados.

    Este modelo resulta un instrumento adecuado y correcto, siempre que se analice a lo largo del tiempo, para programar el desarrollo económico de un país, ya que indica, en cierto grado, los sectores que deben potenciarse y la dirección que hay que imprimir a la economía nacional para que ésta resulte competitiva.

  • El método Contable
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