El Baile deportivo y de salón

2. El sistema de competiciones

(1ª versión: Abril de 2003)

por Alfonso Sotelo García.

Como ya expuse en mi primer artículo, el baile deportivo no es una actividad opuesta ni alternativa al baile de salón, sino una forma de entender el baile de salón en la que el bailarín busca mejorar su nivel de baile y el entendimiento con la pareja apoyándose en una técnica sólida desarrollada específicamente para el baile de salón.

La competición no es el fín último del baile deportivo, aunque para muchos bailarines es un objetivo legítimo que sirve de incentivo en su aprendizaje. Además es una buena forma de medir los progresos mediante la comparación cualificada con otras parejas.

Para que pueda ser utilizada así, todos deben tener una oportunidad. Esto se consigue mediante una doble compartimentación: la primera en nueve grupos de edad con ocho transiciones en los 12, 14, 16, 19, 25, 35, 45 y 55 años. Se aproximan así las condiciones físicas y las posibilidades de despertar simpatías en el jurado.

La segunda es en cinco categorías de nivel. Cuando una pareja acumula en un año cinco resultados entre el mejor 10 a 20 por ciento según su categoría, promociona a la categoría siguiente, donde puede medirse con parejas de mayor nivel, mientras que los que permanecen en la categoría anterior ven aumentar sus posibilidades.

Un simple concurso en el que un reducido número de parejas de gran nivel acumulase las posibilidades de alzarse con la victoria desanimaría al grueso de los deportistas que podrían percibir como inalcanzable un objetivo demasiado ambicioso. Este sistema en cambio proporciona a los bailarines objetivos razonables: acceder a la final de su agrupación de edad y nivel, conseguir algún trofeo y eventualmente la promoción de categoría. Premiar la excelencia está bien, pero el reconocimiento del esfuerzo está aún mejor.

Todo deporte debe proporcionar una realimentación positiva a sus practicantes.

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