Los diferentes estilos del Tango
(1ª versión:
Junio de 2003)
por Alfonso Sotelo
García.
Envidiaban los blancos
de los puertos del Río de la Plata los movimientos de los negros en el Candomblé o Ritmo de Tangó
(tambor) pero éste les resultaba entonces demasiado complicado.
Así que aplicaron los movimientos a la Milonga Pampera que hasta
entonces se bailaba como contradanza (country dance). A esta fusión se
llamó en principio Tango de Milonga.
La Milonga tiene un
ritmo vivo que invita a botar y con el tiempo se suavizó permitiendo a
las parejas un mayor control del movimiento en el plano horizontal.
Nació así el Tango Canyengue, el primer Tango propiamente dicho.
Como la Milonga, las parejas lo bailaban con las cabezas juntas y los cuerpos
ligeramente separados vigilando los pies. Hoy esta postura se sabe perjudicial
para el equilibrio y sólo se la ve en exhibiciones.
Se bailaba el Tango
entonces en los burdeles y la buena sociedad rioplatense lo rechazaba, aunque
sus hijos lo practicaban a escondidas en escandalosas fiestas universitarias
que no ayudaban a mejorarle la imagen. Estos jóvenes acomodados y
algunos turistas europeos son los que llevan el Tango a París, donde sin
el lastre de su pasado hace furor en los salones y se extiende por el mundo.
Las largas figuras del
Canyengue son sistematizadas en el primer Tango de Salón y se adopta la
postura erguida. Con la cara lavada regresa al Río de la Plata, ahora a
los salones. Viva el esnobismo. El Tango de Salón todavía se emplea
hoy como iniciación en las academias del cono sur. Sus giros se ajustan
por cuartos, y a las figuras se las referencia por su número de pasos.
Tras la pausa obligada
de la Gran Guerra el Tango reaparece en París, pero se le aplica ahora
la sistematización Internacional: las figuras complejas se descomponen
en otras más cortas para facilitar la conducción. Tenemos ya al
Tango Europeo.
Pero los rioplatenses
se vuelven ahora celosos de su paternidad y en los años 30 reaccionan
pretendiendo volver al origen del Tango. Las zancadillas y patadas que
ocasionalmente se habían producido en los burdeles se incorporan ahora a
una coreografía que representa una pelea entre dos amantes (según
algunos, una prostituta y su chulo) y la posterior reconciliación. En el
mundo se le conoce como Tango Argentino, para pesar de los uruguayos.
El Tango Europeo, que
crecía entonces en paralelo con el Vals y el Foxtrot, asume
también una personalidad: la de una pareja en tensión celosa que
alternativamente se rehuye y se busca con la mirada.
Mientras tanto los
norteamericanos han desarrollado su propia versión. A medio camino entre
el Tango de Salón y el Europeo, el Tango
Americano es el único que incorpora además figuras de pareja
abierta.