Fábula: El cisne y su dueño 

Se dice que los cisnes cantan justo antes de morir. Un hombre vio en venta a un cisne, y habiendo oído que era un animal muy melodioso, lo compró. Un día que el hombre daba una cena, trajo al cisne y le rogó que cantara durante el festín. Mas el cisne mantuvo el silencio. Pero un día, pensando el cisne que ya iba a morir, forzosamente lloró de antemano su melodía. Al oírle, el dueño dijo: -Si sólo cantas cuando vas a morir, fui unn tonto rogándote que cantaras en lugar de inmolarte. 

 

Moraleja: A veces hacemos a la fuerza lo que no quisimos hacer a la buena. 

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