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LA REVISTA ON LINE DE LOS HINCHAS DEL FÚTBOL Marzo 2001 - Número 1

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Aquel 23 de agosto de 1998...

Protagonizaron riña en la Penitenciaría

Violentos incidentes de"garreros" en Mendoza (Argentina)

Autoridades resolvieron sacarlos del penal. Un hincha chileno resultó con un brazo fracturado en la reyerta con reclusos locales. Por Alexis Cares.

Violentos incidentes protagonizaron los 34 hinchas chilenos que fueron detenidos en Mendoza. Cuando ya habían sido trasladados hasta la penitenciaría local, se trenzaron con reclusos locales en una pelea que dejó varios heridos leves de ambos bandos y un "garrero", el más grave, que resultó con una fractura de brazo, según informaciones que emanaron desde la enfermería del recinto de reclusión donde fue atendido el joven, quien tampoco fue individualizado por las fuentes carcelarias. Según testimonios del personal que intervino para terminar con la riña, los problemas entre los adeptos colocolinos y parte de la población penal del pabellón número 11 comenzaron en los tribunales de justicia cuando concurrieron a declarar ante el juez Marcos Pereyra, momento en el que se insultaron a viva voz. La situación se agravó con la llegada de los barristas nacionales hasta el penal mendocino. "Gritaron consignas anti argentinas y mostraban una clara actitud desafiante", dijo un testigo. Según los periodistas que estuvieron cerca de este caso, los hinchas chilenos mantuvieron esa postura desde el inicio del conflicto, cuando se les acusó de agredir a policías de guardia en la localidad de Maipú y, prácticamente, tomarse el cuartel uniformado por algunos instantes.

Máxima seguridad Tras la reyerta, los miembros de la Garra Blanca fueron trasladados al pabellón número 7 de máxima seguridad y encerrados en celdas de a dos. Posteriormente, y sólo cuando concluyó el horario de visita de rigor, fueron sacados de la penitenciaría y derivados hasta la Escuela de Cadetes de Villa Hipódromo en Godoy Cruz. Allí quedaron con custodia interna a cargo del servicio penitenciario y bajo vigilancia policial en lo que respecta al sector exterior. Reporteros policiales del diario Los Andes afirmaron que el cónsul de Chile en Mendoza, Felipe du Muncau, estuvo presente durante los traslados. También dieron fe de las inútiles gestiones que realizó el diputado chileno Alejandro Navarro, del PS, quien intentó, derivar el enfoque de este conflicto hacia la figura de los apremios ilegales en contra de los barristas nacionales. También se sabe de la especial atención que la agrupación de reporteros gráficos transandinos puso en el caso de su colega Luis Alexis Hidalgo, uno de los 34 detenidos.

En la Escuela de Cadetes de la policía mendocina y con guardia reforzada pasaron la noche los hinchas chilenos detenidos por los incidentes, después de ser trasladados desde la penitenciaría.

Denunciaron la desaparición de un hincha

La desaparición de un menor que integró el grupo viajero de la Garra Blanca a Mendoza denunciaron sus padres en una conferencia de prensa ofrecida por integrantes de esa barra. Aquel día, según Renato Loayza, obrero de la construcción, declaraba que no ha podía dar con el paradero de su hijo Marco Antonio, de 15 años, que no figura en la lista de detenidos que entregó la policía mendocina ni tampoco regresó con los liberados. En cambio, otros siete menores que estuvieron en el cuartel policial fueron devueltos a Santiago. "Yo lo ví en la "peni argentina y después se perdió, no sé qué pasó. Iba detrás mío y se esfumó", dijo Pedro Fuentes, amigo del quinceañero. "Nos llevaron a un hogar y Marco no estaba. Nosotros (los menores) estamos todos en Chile y sólo falta él", argumentó. Los padres de Marco Antonio Loayza recurrieron al club Colo Colo en busca de ayuda. "Ojalá que la "secre del Colo pase luego el dato para que me auxilien.", dijo el padre del menor, quien explicó que le extendió el permiso notarial porque "es un niño tranquilo que no le hace mal a nadie". Cinco parlamentarios, un dirigente (el vicepresidente Raúl Labán) y dos integrantes de la barra viajaron a Mendoza para asesorar a los detenidos. Aseguraron que llevarían fotografías y radiografías para demostrar que la policía transandina actuó con brutalidad. "Queremos justicia. A nosotros nos provocaron y nos golpearon innecesariamente. Eso lo vamos a demostrar para que nunca pase esto", relató un barrista que no reveló su identidad.