HO NO HANA SAMPOGYO

Comenzaremos por hablar de su líder. Teruyoshi Fukunaga nace en Yamaguchi, al Oeste de Japón, en abril de 1945 aunque muy pronto su familia se muda a Ube, en la misma prefectura, donde viven el final de la guerra con sus terribles bombardeos aéreos. Según los escritos de Fukunaga, su padre murió en el frente sin tener ocasión de conocerle ni a él ni a su hermana mayor que murió a los tres años.

Durante su infancia vivió con su madre, Fusako Imoto (1921-), en una especie de almacén junto a una familia compuesta por otra viuda y sus dos hijos. Según sus propias palabras nunca fue feliz en su niñez. Su madre, que actualmente es directora general de la secta y según muchos su verdadero cerebro, tuvo que dejar a su hijo viviendo con unos parientes durante varios años mientras estudiaba costura en Tokio. A la vista del papel jugado por su madre en la secta, y el número de estatuas dedicadas a su persona que adornan sus instalaciones, no es descartable que Fukunaga sufra algo parecido al complejo de Edipo.

Tras el regreso de Fusako Imoto de Tokio, Fukunaga y su madre se convirtieron en seguidores de un "Nuevo Movimiento Religioso" con base en la zona de Chogoku, en el Japón occidental. Sin duda, los dogmas de este NMR influirían más tarde en los de Ho no Hana Sampogyo.

Después de graduarse en una escuela nocturna de Ube parte hacia Tokio en busca de trabajo. Mientras trabaja en una fabrica de material eléctrico en Kawasaki consigue graduarse en los cursos de tarde de la Universidad. Años más tarde, cuando ya cuenta con 34 años, funda su propia compañía de material eléctrico, pero quiebra poco después.

Es en 1979 Fukunaga cuando afirma haber recibido una revelación ordenándole ayudar a los humanos en categoría de "enviado del cielo", como ya lo fueron Buda y Cristo, pero esta vez para ser el salvador final de la humanidad. En 1980 funda "Ho no Hana Sampogyo" y cambia su nombre por el de "Hogen" Fukunaga.

Comienza también a escuchar asiduamente la "voz del cielo", voz que tan solo él puede interpretar correctamente. En 1987 obtiene el estatus de religión y trato preferente en el pago de impuestos. La central la establece en Monte Fuji, Prefectura de Shizuoka, y la bautiza como "Tensei-mura", o sea "Villa de la voz celestial", aunque a veces la llama "Vox Dei", así como suena en latín.

Algunos de sus ex adeptos más cercanos piensan que la verdadera razón que animó a Fukunaga a fundar "Ho no Hana Sampogyo" fue el ansia de venganza por haber sido expulsado del NMR al que pertenecía junto a su madre, que se produjo cuando les causó ciertos descalabros financieros. De hecho las quiebras financieras parecen ser una rara habilidad de Fukunaga, ya que se sabe que ha hecho incursiones en los negocios de Supermercados, Karaokes, etc, pero todos ellos terminaron en fracaso a pesar de la inyección de capital que nunca faltó a través de su secta.

A pesar de ello, Fukunaga tiene fijada su residencia junto a su mujer y sus dos hijos en un lujoso apartamento de uno de los barrios más caros de Tokio. Además se sabe que con frecuencia pasa largas temporadas en una suite de un hotel de Tokio que cuesta 500.000 yenes la noche. Algunos ex adeptos afirman que ha llegado a tener hasta 30 amantes.

Fukunaga no tiene en absoluto el aspecto del Gurú clásico. Mide casi dos metros, viste impecablemente al estilo de los ejecutivos occidentales, lleva el cabello peinado hacía atrás con gomina y tiene la voz bronca; según parece el conjunto resulta muy carismático.

Como ya hemos dicho, en 1980 se funda "Ho no Hana Sampogyo". Aunque también lo he visto escrito "Sanpogyo", todas las fuentes que he consultado parecen estar de acuerdo en esta trascripción del japonés, sin embargo no se ponen de acuerdo a la hora de traducir su significado. Las versiones van desde "Flor de la enseñanza budista" a "Camino de enseñanza de las tres flores" pasando por "La flor y las tres leyes".

No hay estudios demasiado meticulosos sobre la doctrina de "Ho no Hana Sampogyo", probablemente porque la fama le ha venido por sus métodos de curación y no por la originalidad de su doctrina, pero podríamos resumir que se trata de uno de tantos sincretismos cristiano-budistas, con claro componente mesiánico en la persona de "Hogen" Fukunaga, que recibe "doctrina revelada" día a día a través de Fukunaga que es el único que puede entender la "voz celestial", y con una praxis enfocada a la sanación física y mental, y la solución de cualquier tipo de problema que afecte a aquellos que confían en el líder y, por supuesto, están dispuestos a pagar lo que se les pide.

Su Canon o libro fundamental en lo referente a doctrina es el "Tensei Seisho" (Escritura de la voz celestial) que es doctrina revelada a Fukunaga, pero su libro más difundido es el "Byoku Koeru Saigo no Tengyoriki" que es algo así como "Lo último en Poder celestial para vencer las enfermedades", que es libro que repartían por los hospitales, especialmente en las salas de espera donde había más posibilidades de encontrar personas sufriendo a causa de una dolencia propia o de un ser querido. En este último se nos dice que en cada uno de nosotros hay un flujo de energía que recorre nuestra columna vertebral, pero que a veces se interrumpe y entonces se producen problemas que van desde el cáncer a la bancarrota. Ante esto la única solución es olvidarnos de nuestra mente y escuchar la "voz celestial".

¿Pero qué es lo que tenía esta secta para hacer durante una temporada las delicias de la prensa? Pues que cuando un incauto decidía acercarse a una de las sedes de "Ho no Hana Sampogyo" atraído por su mensaje de sanación y paz espiritual, lo primero que tenía que hacer era someterse a un minucioso examen de las plantas de los pies. La prensa japonesa está llena de relatos de personas, víctimas de la secta, en los que describen con todo lujo de detalles como Fukunaga, o alguno de sus colaboradores más cercanos, les examinaban los pies y como iban prediciendo todo tipo de catástrofes futuras o justificando las pasadas a partir del tamaño de sus dedos, de como auguraban un cáncer o un hijo delincuente a la vista de un juanete, y de como presentían un divorcio, que se iban a quedar parados o que iban a contraer el SIDA debido a cierta línea interrumpida por un callo en una planta de pie demasiado oscura.

A partir de aquí, la única posibilidad de salvación que se le ofrecía al aterrorizado paciente era participar en los seminarios o cursillos que se impartían en alguna de sus 73 sedes repartidas por todo Japón. Pero, como no, estos cursillos costaban auténticas fortunas que en muchos casos obligaban a los crédulos pacientes a vender sus pertenencias o pedir un crédito.

Los cursillos en principio duraban 5 días y costaban unos 2 millones de yenes, pero por supuesto nunca resultaban suficientes debido a la falta de concentración de los pacientes, que recibían terribles críticas, gritos e insultos por su falta de fe. No obstante, y para no desmoralizar demasiado a la tropa, se solía ofrecer una forma de completar el cursillo en casa, que consistía en comprar una serie de "rollos colgantes sagrados" de papel en los que se escribía aquello que la voz celestial dictaba a Fukunaga acerca de cada paciente. Pero a los menos afortunados, que solían ser los más pudientes, se les amenazaba con desgracias fulminantes si en 48 horas no reunían el dinero necesario para realizar otro cursillo.

¿Y en qué consistían básicamente estos cursillos? Pues en sesiones en las que se repetían durante horas y con los ojos vendados mantras tales como "Saiko-desu" (Me siento realmente bien) o "Okane ga tamarimasu" (Voy a ganar muchísimo dinero) etc. También tenían que copiar a mano unas "sutras" llamadas "Hannyatengyo" que son tan solo una burda copia de otras conocidas como "Hannyashingyo". Durante el cursillo solo se hacía una comida al día y al finalizarlo tenían examen que como ya hemos dicho solía tener resultado negativo.

Por supuesto, cuando los sectarios sentían que un paciente estaba poniéndose pesado y quería ver los resultados de su esfuerzo, le decían que había nacido "bajo estrellas de la mala suerte", que su caso no tenía y remedio y adiós muy buenas váyase a su casa.

De todos modos, y en honor a la verdad, hay que decir que Fukunaga y sus secuaces nunca engañaron a nadie diciendo ser médicos o tener algún tipo de conocimiento en medicina, sencillamente aseguraban tener "tengyo-riki", osea "poderes celestiales".

La Policía japonesa calcula que más de 30.000 personas presentaron sus pies a Fukunaga y sus ayudantes, y que dejaron en caja unos 81 billones, "con b", de yenes. En este plan, la secta vive una auténtica época dorada entre 1987 y 1996 en los que llegó a tener hasta 2.000 miembros fijos, la mayoría ex captados. En estos años se reparten hasta 10 millones de ejemplares de su "Byoku..." en los principales hospitales de Japón.

Los captadores disponían de un magnífico manual en el que, además de las direcciones y descripciones de los 120 principales hospitales de Japón, tenían detalladas instrucciones para reconocer y captar a los llamados "corazones", o sea gente que estaba pasando por circunstancias difíciles y por tanto eran susceptibles de ser captados. Por cada "corazón" captado los reclutadores podían recibir hasta 90.000 yenes. Ni que decir tiene que algunos de los mejores captadores eran "ex corazones" que habían sido arruinados por la secta.

Mientras, Fukunaga no para de infiltrarse en fundaciones benéficas y viaja por todo el mundo consiguiendo, a base de dólares, audiencias con personas tan relevantes como el Papa, la Madre Teresa, Gorbachev, Margaret Thatcher, Sai Baba etc. Hay que imaginarse el efecto que las fotografías de estos encuentros producían en los potenciales "pacientes".

Como dato anecdótico decir que la entrevista que más parece haber gustado a Fukunaga fue la que mantuvo con el Papa. Con mucha frecuencia hablaba de ella y de como el Papa le había encargado que "cuidara de las cosas cuando él se fuera" (casi nada), y como después le había regalado un anillo.

Sobre el encargo del Papa no me molestaré en hacer comentarios, pero se sabe que Fukunaga vendió a su regreso el famoso anillo a un rico miembro de la secta por una auténtica fortuna. Que fuera del Papa no solo es dudoso sino que parece que poco después el anillo papal se reprodujo milagrosamente, ya que aparecieron bastantes más todos ellos comprados a precios escandalosos.

Como se va Fukunaga no tenía demasiados escrúpulos a la hora de timar incluso a los suyos. En esos años el descaro de "Hogen" Fukunaga llegó hasta el punto de presentarse a los alcaldes de ciudades cercanas a volcanes a punto de hacer erupción y decirles que la única forma de evitar el desastre era que un determinado número de ciudadanos se convirtiera.

Una de las muestras de su poder era que todos los años (hasta 1999) celebraban en uno de los principales estadios de Tokio "El gran festival del Poder Celestial" que duraba tres días. A lo largo de esos tres días, Fukunaga no paraba de repartir "energía cósmica" a diestro y siniestro entre los asistentes, que solían ser entre 6.000 y 10.000, y que habían pagado 20.000 o 50.000 yenes por su entrada dependiendo de si eran miembros de la secta o no. Y para aquellas personas que por cualquier razón no podían acudir a Tokio en esas fechas, Fukunaga aseguraba la misma "energía cósmica" si enviaban una foto y el importe de la entrada por correo. Todo un detalle.

Sin embargo en noviembre de 1996 parece que comienza el principio del fin para "Ho no Hana Sampogyo". Ese mes 291 de sus antiguos pacientes presentan una querella por fraude y por daños psicológicos producidos por los tremendos diagnósticos. Para mayor desgracia de Fukunaga y los suyos, algunos meses antes la secta "AUM" había cometido el terrible atentado con gas sarín en el metro de Tokio, por lo que la opinión pública japonesa estaba hipersensibilizada con todo lo referente a las sectas, y el gobierno no estaba dispuesto a pasar ni media, por lo que, rápidamente, los problemas se multiplicaron para los examinadores de pies.

En pocas semanas la policía consigue orden de registro para todas sus sedes y proceden a requisar enorme cantidad de documentación a pesar de que hay evidencias de que muchas pruebas fueron destruidas. A partir de ahí se generan numerosas querellas por evasión de impuestos de sus compañías satélites, incumplimiento de leyes urbanísticas, sobornos a políticos etc.

En 1999 el número de demandantes particulares por fraude y daños psicológicos se eleva hasta 1.100 y la suma reclamada a unos 53 millones de dólares. La secta intenta seguir actuando con normalidad para no perder su fuente de ingresos, y, ante las acusaciones que se amontonan contra su líder, en enero del 2000 nombran nuevo jefe de la secta a Ichiro Takeda, de 50 años, que pasa por encima del entonces teórico número dos Yasumoto Hoshiyama que también está en el ojo del huracán.

Pero todos, incluidos los fiscales, saben que no es otra cosa que una triquiñuela legal y una cortina de humo para alejar los escándalos. Una táctica que por cierto copiaron de "AUM", que supuestamente cambió de líder y su nombre por "ALEPH".

Los juicios siguen adelante y a finales de abril del 2000 pierden el primero contra 27 ex pacientes y son condenados a pagar 227 millones de yenes. El 9 de mayo del 2000 Hogen Fukunaga es finalmente arrestado junto a 11 de sus más directos colaboradores. En su declaración inicial afirma que ya no tiene relación alguna con la dirección de la secta, pero que el cielo sigue llevando las riendas. También declara "Ho no Hana Sampogyo" era una "Organización Misionera" guiada por la "voz celestial" y que todo el que dio dinero lo hizo voluntariamente, y que no puede devolverlo porque el dinero se fue al cielo.

Desgraciadamente para él, la policía japonesa no parece tener demasiado sentido del humor. Los arrestos de los principales colaboradores de Fukunaga han continuado, y en las últimas semanas han sido arrestados otros 12, entre los que se encuentran Michiaki Shiraishi y su mujer Kaori, Chiyo Matsumoto, Yasunori Ri, Atsushi Yamaguchi y Machiko Sato.

Para terminar, decir que aunque hoy por hoy la estrella indiscutible de las sectas japonesas es "AUM", con sus juicios en los que no paran de caer cadenas perpetuas y condenas a muerte, conviene no perder de vista a estas otras que quizás no parecen tan letales, pero que sin duda han arruinado la vida de miles de familias.