PADRE MARCIAL MACIEL

LEGIONARIOS DE CRISTO

Los legionarios de Cristo, una congregación ultraconservadora, con importantes vínculos con el poder político y el mundo de las finanzas, y con el apoyo de su brazo secular, el Regnum Christi, es uno de los nuevos movimientos con mayor ascenso y poder dentro de la Iglesia católica.

En sólo sesenta años los Legionarios de Cristo, que fundó el sacerdote mexicano Marcial Maciel, quien dirige la congregación desde Roma en estrecha relación con el Papa, y que en su día fue acusado de consumo de drogas y de abuso de menores, han logrado una importante presencia en América Latina, Estados Unidos y Europa, donde España desempeña un papel estratégico.

A través de una serie de selectos colegios y de un activo entorno universitario –en Madrid, Valencia, Cantabria, Salamanca, Barcelona y Sevilla-, donde captan gran parte de sus seguidores, este movimiento se está introduciendo en las familias y los círculos más poderosos e influyentes de la economía y la comunicación de nuestro país, y ha penetrado en lo más alto del ámbito financiero y empresarial.

Nombres como Koplowitz, Oriol, Villapalos... o entornos como el de La Moncloa (Aznar, Botella) han sido asociados a este grupo en diferentes medios de comunicación.

Fieles a la máxima que recomendó Pío XII a su fundador de «estar dispuestos en orden de batalla» para formar a los futuros líderes mundiales, los Legionarios de Cristo, con discreción y flexibilidad al medio social y cultural de cada país, avanzan imparables como el nuevo ejército del Papa.

BIOGRAFÍA DE MARCIAL MACIEL

El P. Marcial Maciel nació el 10 de marzo de 1920 en Cotija de la Paz, Michoacán (México). Sus primeros años de vida transcurrieron en medio de la crisis social y religiosa que sacudió a la población mexicana durante la década de los años 20. El contacto con el sufrimiento humano marcó en él, desde su infancia, una profunda preocupación por el hombre, en todas sus dimensiones.

En 1936 se trasladó a la Ciudad de México para empezar su formación sacerdotal en el seminario dirigido por el Obispo de Veracruz, Mons. Rafael Guízar y Valencia. A los 16 años de edad, recibió la inspiración de fundar una congregación religiosa destinada a extender el Reino de Cristo por todos los medios posibles, lícitos y buenos. A pesar de carecer de medios y  de su corta edad, con la ayuda de Dios logró cristalizar este proyecto, fundando el 3 de enero de 1941 la Congregación de los Legionarios de Cristo, y en 1949 el Movimiento de apostolado Regnum Christi.

Después de haber concluido con éxito sus estudios de filosofía y teología, el P. Maciel recibió la ordenación sacerdotal el 26 de noviembre de 1944, en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, en México. Dos años más tarde, con el fin de procurar a los miembros de la congregación una formación adecuada para su futura misión educativa, el P. Maciel se trasladó a España con el primer grupo de jóvenes que cursarían sus estudios humanísticos en la Pontificia Universidad de Comillas.

Cuando el P. Maciel visitó al Papa Pío XII en el año 1946, éste acogió con especial interés su proyecto apostólico y educativo, y bendijo la nueva congregación. Cuatro años más tarde, el P. Maciel instauraba el Centro de Estudios Superiores de la Legión de Cristo en Roma. Sería Pablo VI quien en 1965 concedería a la congregación de los Legionarios de Cristo el «Decreto de Alabanza», por el que la congregación era plenamente reconocida en el derecho universal de la Iglesia debido al trabajo desarrollado hasta entonces, particularmente en el campo de la educación.

Esta labor había iniciado apenas 11 años antes, cuando el P. Maciel erigió el Instituto Cumbres de la Ciudad de México, primera obra educativa de la congregación. A este colegio se añadiría, años más tarde, una amplia red de colegios y universidades instituidas por el P. Maciel y los legionarios en varios países del mundo: Argentina, Austria, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, España, Estados Unidos, Italia, Irlanda, México, Suiza y Venezuela.

Desde que el P. Maciel ingresó en el seminario, ha querido poner siempre a Cristo como centro y modelo de toda su vida y labor sacerdotal. Movido por un entrañable amor a la Iglesia y al Papa, y por una profunda caridad pastoral, el P. Maciel ha creado numerosas obras apostólicas dirigidas por los sacerdotes Legionarios de Cristo y por los miembros seglares del Movimiento Regnum Christi.

Entre estas obras se encuentran instituciones educativas al servicio de la niñez y de la juventud; una amplia gama de organizaciones para la promoción de los valores humanos y cristianos en la familia; centros para la formación de catequistas y misioneros; iniciativas destinadas a la promoción integral de los grupos sociales más desamparados. De particular importancia, ante el reto de la nueva Evangelización, son el Pontificio Ateneo Regina Apostolorum y el Colegio Maria Mater Ecclesiae, en Roma, dedicados, en colaboración con los Obispos, a preparar futuros formadores de Seminarios diocesanos.

El P. Marcial Maciel nació en Cotija de la Paz (México), el 10 de marzo de 1920. Una de las notas dominantes de la vida del P. Maciel ha sido, y es actualmente, su compromiso en favor de la familia. Por ello, directamente y a través de los legionarios y miembros del Movimiento de apostolado Regnum Christi ha creado cientos de centros destinados al fomento de los valores de la familia, fundaciones para la promoción del auténtico feminismo, instituciones especializadas en programas de desarrollo humano integral y la superación personal de jóvenes y adultos, especialmente en el mundo obrero.

Desde los primeros años, el P. Maciel procuró que su empeño en favor de la formación de la niñez y juventud llegase a los estratos sociales más desheredados. De ese interés, surgió la creación de la cadena de instituciones «Mano Amiga». Este programa, sostenido y financiado por los colegios de cuota dirigidos por los Legionarios, no sólo desarrolla una amplia labor educativa, a través de una red de colegios y centros de enseñanza técnica-profesional gratuitos, sino que también ofrece servicio médico en poblaciones marginadas, distribución de alimentos, construcción de viviendas, consultorios familiares, cursos de paternidad responsable, formación humana y social para amas de casa y elementos básicos de pedagogía para la educación de los hijos.

Desde que Marcial escuchó por primera vez el mandato de Cristo de predicar el Evangelio, lo sintió como dirigido a él personalmente. Ese ardiente deseo misionero que había abrigado a lo largo de sus años de seminarista y de sacerdote, se vio culminado cuando en 1970 el Papa Pablo VI encomendó personalmente al P. Maciel y a los Legionarios de Cristo, la atención de las poblaciones del estado de Quintana Roo, que entonces se encontraba en una situación de lamentable abandono.

Siguiendo fielmente las pautas de la doctrina social de la Iglesia, los Legionarios de Cristo han llevado a cabo, desde entonces, una intensa labor de evangelización y de promoción humana entre la población indígena maya, en un clima de completa paz y armonía social. En este territorio de misión trabaja el 10% de los sacerdotes Legionarios de Cristo.

El principio rector de la obra educativa, cultural y social del P. Maciel ha sido siempre la formación y promoción integral de la persona humana, cuyo destino y realización depende del desarrollo de sus aptitudes, talentos y potencialidades, en todos las dimensiones del ser y del obrar. De ahí que el impulso apostólico del P. Maciel haya desembocado también en la creación de centros e instituciones de naturaleza muy variada y complementaria: obras destinadas a la formación de obreros y campesinos, centros de especialización profesional para empresarios e intelectuales, instituciones destinadas a la difusión de los valores humanos, culturales y religiosos, centros de atención para familias en crisis, proyectos destinados a fomentar el progreso moral y material de las poblaciones que padecen mayor escasez de recursos, etc.

Para el P. Marcial Maciel, las obras no son fines, sino medios. Por eso, el esfuerzo de más de medio siglo de historia que ha marcado el derrotero de su vida, no ha tenido otro fin que el de colaborar profundamente en la forja de un futuro mejor para la humanidad entera. La predicación y extensión del Reino de Cristo ha sido el ideal que ha inspirado y dirigido la gran labor apostólica del P. Maciel. Siempre ha buscado hacer que Jesucristo reine en los corazones y en las sociedades, y crear así la civilización de la justicia y del amor.

El primer grupo de legionarios vivió en un sótano prestado de esta casa, en la calle Turín 39 de la Ciudad de México. El P. Maciel ha acompañado al Santo Padre en los viajes que realizó a México en 1979, en 1990 y en 1993.

En los últimos años, Juan Pablo II ha nombrado al P. Maciel miembro de la Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos sobre la formación de los candidatos al sacerdocio en las circunstancias actuales (1991), miembro de la Comisión Interdicasterial para la justa distribución del clero (1991), miembro de la IV Conferencia General del Episcopado Latinoamericano (1992), miembro del Sínodo de los Obispos sobre la Vida consagrada y su misión en la Iglesia y en el mundo (1993), consultor permanente de la Congregación para el clero (1994) y miembro de la Asamblea especial para América del Sínodo de los Obispos (1997).

Entre los múltiples escritos del P. Maciel, cabe destacar el libro "La formación integral del sacerdote católico", publicado en 1990 por la B.A.C (Biblioteca de Autores Cristianos). Esta obra recoge la rica experiencia del autor, como formador de candidatos al sacerdocio. El libro ha sido acogido con interés y ya se ha publicado en inglés, francés, italiano y portugués.

El 3 de enero de 1991, el P. Maciel, junto con todos los Legionarios y miembros del Movimiento Regnum Christi, celebró con inmensa gratitud y gozo los cincuenta años de vida de la Congregación. Con motivo de esta celebración y como gesto de benevolencia, ese mismo día, el Santo Padre Juan Pablo II ordenó 60 nuevos sacerdotes Legionarios, en la Basílica de San Pedro.

La Legión de Cristo comenzaría en noviembre de 1992 su segundo Capítulo General Ordinario. Dos días después del inicio, tanto los Legionarios como los miembros del Movimiento Regnum Christi, recibieron con gran alegría el anuncio oficial de la reelección del P. Marcial Maciel como Superior General de la Congregación y del Movimiento Regnum Christi. El 18 de diciembre, una vez concluido el Capítulo, el Santo Padre recibió en audiencia a los padres capitulares.

En noviembre de 1994 el P. Maciel celebró sus bodas sacerdotales, cincuenta años al servicio de la Iglesia y de la Legión. El culmen de este año de celebración fue la ordenación de 57 sacerdotes Legionarios en la víspera del aniversario. Con motivo de este aniversario, el Santo Padre le envió al P. Maciel una carta de felicitación que se leyó durante la acción de gracias de la Celebración Eucarística.

Actualmente, el P. Maciel es el Gran Canciller del Ateneo Pontificio Regina Apostolorum de Roma. Y en el último capítulo general celebrado en Roma, en enero de 2005, renunció a la reelección de los padres capitulares dejando la dirección general de la Legión y del Movimiento Regnum Christi a su sucesor y poder así acompañarlo en sus primeros pasos.