SANTO GRIAL

  Según la leyenda, el Santo Grial era el cáliz, copa o vaso que usó Jesucristo en la Última Cena. El término «grial» proviene de graal, en inglés medio (1150-1475), del francés antiguo grail, del latínmedieval gradalis.

Leyenda inglesa

En la Edad Media existía un grupo de hombres que se hacían llamar la Orden del Santo Grial, que pretendían resguardar tanto el cáliz como la lanza con que fue herido Jesucristo.

Según ellos, el cáliz habría pertenecido al servicio de mesa de José de Arimatea, un rico comerciante judío, que según la Biblia cristiana, organizó la Última Cena.

José de Arimatea habría solicitado a Pilato que se le entregara el cuerpo de Jesús (que hizo enterrar en una tumba de su propiedad) y la lanza con que fue herido (que quedó en su poder, junto con la copa).

Como José era un rico comerciante, en un viaje de negocios habría llegado hasta Albión (isla mitológica que se identifica con Gran Bretaña). Allí se quedó a vivir y levantó la capilla de Glastonbury.

Al morir José se dice que se fundó la Orden del Grial para custodiar las reliquias. En la época del Rey Arturo el guardián de las reliquias era Sir Pelles. Balin quiso robar las reliquias a Pelles y se batieron en un duelo, pero al perder su espada Balin ante Pelles, tomó la lanza sagrada y le hirió, pero inmediatamente el castillo se derrumbó debido a la profanación de la reliquia.

Las reliquias desaparecieron de la Tierra hasta que un caballero puro de corazón las encontrara. Ese fue Galahad, quien al morir se las llevó al Cielo.

El Grial esotérico

Existen muchas conjeturas acerca de lo que el Grial representa en términos esotéricos, pero todos los grupos o personas que lo buscaron coinciden en que debe ser algo semejante a una fuente de energía inagotable, la piedra filosofal, el secreto de la vida eterna, un objeto capaz de desestabilizar el orden del mundo, y quizá también la finalidad misma del mundo.

La Edad Media

Sin embargo, nada en la tradición neotestamentaria reconoce poderes místicos al Grial; más bien la búsqueda de tan místico objeto tiene su origen y fin en las leyendas medievales.

La leyenda del Santo Grial fue recogida por el cantar sajón de Perceval, caballero enfrascado en la búsqueda de dicho objeto mágico. La Europa medieval se caracterizó por su profundo teocentrismo y misticismo. La comunidad de entonces vivía de alguna manera «atada a su tierra» de modo que los viajes o peregrinaciones más allá del límite doméstico de acción eran muy poco frecuentes.

En aquellos tiempos los únicos viajes largos que se realizaban eran a ciudades como Santiago de Compostela, Roma o Jerusalén y exclusivamente con motivos religiosos. Es de suponer que quienes hicieran la travesía a Tierra Santa contasen historias increíbles del lejano Oriente mencionando costumbres, bestias y gentes desconocidas para los occidentales. Contando sus aventuras hablarían también de lejanos reinos y palacios, de frutas exóticas, monstruos fabulosos y tesoros maravillosos. De tal manera, la Edad Media fue un gran caldo de cultivo para leyendas como la del Santo Grial.

Los templarios

La leyenda del santo Grial se ha unido en ocasiones a la orden de los Caballeros Templarios, nacida tras la primera cruzada (en el siglo X). Estos caballeros tuvieron como función primordial proteger a peregrinos y cruzados en sus viajes a Jerusalén, y durante doscientos años acumularon donaciones pías que perseguían el mismo objeto.

Al terminar la segunda cruzada, en el siglo XII y aun un poco antes, los caballeros templarios quedaron sin objeto y, por lo tanto, sin gastos, por lo que fueron acumulando grandes cantidades de riqueza.

El extraño proceso contra los templarios iniciado por Felipe el Hermoso, rey de Francia, acusándoles de blasfemia, hechicería y adoración de Satanás, probablemente buscaba fines económicos, pero hizo que las generaciones posteriores creyeran en los poderes místicos de la orden, creencia acrecentada por el cumplimiento de una Maldición lanzada por el Gran Maestre Templario Jacques de Molay desde el cadalso. También se supuso que los templarios poseían un objeto mágico y lo llevaron, en su huida, hacia Inglaterra (según la leyenda, la Noche de San Juan en la que ejecutaron a Jacques de Molay, se vio a algunos caballeros templarios huir de la ciudad en una carreta llena de heno).

Grial y persecución

El Santo Grial también se ha relacionado con otros grupos religiosos perseguidos durante la Edad Media, como el de los cátaros.

Variados griales

Muchos cálices se reputan como los auténticos griales de la Última Cena. Entre ellos, el Santo Grial de la catedral de Valencia, en España; el Cáliz de Antioquía de la Colección Cloisters del Metropolitan Museum of Art, o la Sacra Catina de Génova.

Grial: descendencia de Jesucristo

Entre los autores que utilizan este misterioso argumento están Umberto Eco (en El Péndulo de Foucault), Dan Brown (en El Código da Vinci) y otros. Estos autores proponen que el término «Santo Grial» en realidad proviene del francés sang real o 'sangre real' y que en lugar de ser la copa de la última cena de Jesús de Nazaret, el Santo Grial sea la descendencia directa del propio Jesucristo y María Magdalena a través de la dinastía de los merovingios (dinastía de reyes francos iniciada por Meroveo y derrocada por Pipino el Breve).