YO ACUSO
(Parafraseando a Émile Zola en el proceso Dreyfuss,
yo también acuso)
a)
A los políticos de todos los países del mundo, por corruptos, cínicos
y mentirosos. Por consentir la miseria y la pobreza en el Tercer Mundo,
pudiendo acabar con ellas. Por reunirse en Cumbres y Pactos para tomar
decisiones que luego no se llevan a cabo. Por arrogarse (el Imperio)
decisiones que sólo se deben a intereses puramente económicos. Por su
amoralidad y poca atención a los ciudadanos.
b)
A todas las religiones, por su integrismo, intolerancia, castración
mental. A sus representantes (papas, imames, rabinos, etc.) que predican sus
“guerras santas” particulares con fines “espirituales”, habiendo
causado con ello cientos de millones de víctimas a lo largo de la historia.
c)
A las escasas cabezas coronadas que aún permanecen vigentes en varias naciones,
por su innecesaria e injustificable razón de ser, amasando fortunas y
viviendo a costa de los ciudadanos en nombre de no sé qué derechos
hereditarios anacrónicos, siendo como auténticos Midas ellos y sus
descendientes.
d)
A las grandes multinacionales y sus directivos, por sus tácticas
corruptoras, ocultistas y de provecho propio, con sueldos desmesurados y
gastos e inversiones faraónicas que llevan a la ruina a la empresa y por ende
a sus trabajadores.
e)
Al terrorismo de cualquier signo y a sus defensores, incapaces de
defender sus derechos civilizadamente y sin armas en la mano. Aferrándose a
ideales o ideas de dudosa realidad que, aún a sabiendas de su irrealización,
persisten en sus prácticas criminales.
f)
A todos los traficantes de personas, armas, drogas o géneros y
productos nocivos para el ser humano, por su falta de conciencia y afán de
enriquecimiento propio a costa de vidas ajenas.
g)
A todos los países que, por un lado condenan regímenes dictatoriales
y autárquicos y, por detrás, les apoyan con armas, dinero y otras prebendas.
h) A la globalización tal como la están aplicando, haciendo que los ricos sean más ricos y los pobres más pobres, permitiendo que los gobernantes de los países necesitados, se enriquezcan con los fondos del BM y el FMI destinados al desarrollo y el bienestar de sus ciudadanos.
i) Al racismo y, en general, a todas las personas que lo llevan a cabo, por no tener consciencia de que todos los seres humanos somos iguales.