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"Un
hotel de 45 mil toneladas"
En
1912, cuando el transatlantico Titanic se hundio con dos mil personas a bordo,
el famoso escritor y marino Joseph Conrad publico en Londres un critico articulo
periodistico titulado "Algunas reflexiones sobre la perdida del Titanic".
Aqui, un extracto del texto que, sin querer, Hollywood ha rescatado del olvido
"Si hay
que creer los ultimos informes, el Titanic solo ha rozado contra una masa
de hielo que no era, sospecho, lo voluminosa y facilmente detectable que corresponde
a una de esas descomunales montañas a la deriva, sino el borde inferior
de un tempano; pese a los cual basto para hundirlo.
Se hundio; causando ademas del dolor y la pena por tantas vidas perdidas,
una especie de sorprendida consternacion por el hecho de que semejante suceso
haya podido en absoluto producirse.
¿Por que? Con delgadas planchas de acero se construye un hotel de 45
mil toneladas para asegurarse el patronazgo de un par de miles de ricos huespedes
(si hubiera sido destinado solo al transito de emigrantes no se hubiera dado
tal exageracion de mero tamaño), se decora en ele stilo de los faraones
o de luis XV -no se con certeza- y para complacer a dicho puñado de
individuos, con mas dinero del que sabrian gastar, y por lograr el aplauso
de dos continentes, se lanza esta enorme masa con dos mil personas a bordo
a veintiun nudos a traves del mar: perfecta exhibicion de la moderna fe ciega
en la materia y en lo artificioso. Y sobreviene el desastre. Conmocion general.
La fe ciega en material y productos ha recibido un golpe terrible. Pero, ¿que
otra cosa cabia esperar dadas las circunstancias?.
Por mi parte, yo antes creeria en la inhundibilidad de un buque de 3 mil toneladas
que en la de uno de 40 mil: es una de esas cosas de la razon. No es posible
aumentar indefinidamente el grosor de las planchas, mientras que el puro peso
de tanto sobredimensionamento es una desventaja adicional.
Si ese desgraciado buque hubiera medido una cincuentena menos de metros probablemente
habria eludido el peligro.
Pero, entonces no habria dado lo suficiente de si para instalar piscinas y
un cafe frances. Y eso, claro esta, no es un grano de anis. Pero, todo encierra
su moraleja. Si, los materiales pueden fallar, y a veces tambien los hombres;
pero si les cabe la oportunidad es mas frecuente que demuestren mas temple
que el acero, que ese maravilloso y fino acero con el que se construyen nuestros
modernos monstruos de mar"
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