|
|
|
|
"El
Titanic estaba ahora perfectamente perpendicular. Sobresalia del agua desde
la tercera chimenea a la popa, con sus tres helices mojadas reluciendo incluso
en la oscuridad. A lady Duff Gordon le parecio un dedo negro que señalaba
el cielo. A Harold Bride, como un pato que va a sumergirse.
Desde los botes, casi no podia creer lo que los ojos estaban viendo. Durante
mas de dos horas habian mirado, siempre esperanzados a pesar de todo, a medida
que el Titanic iba hundiendose.
Cuando el agua llego a sus luces de posicion, rojas y verdes, comprendieron
que el fin estaba cerca; pero nadie soñaba que seria asi: aquel casco
negro, irreal, colgado en un angulo de 90 grados, sobre el fondo estrellado
de un cielo de felicitacion navideña.
Algunos no
miraban. En el plegable C, el presidente Bruce Ismay se inclino sobre su remo;
no podia soportar ver el hundimiento. En el bote numero 1, C.E. henry Stengel
se puso de espalda, diciendo:
-No puedo seguir mirando.
En el numero 4, Elizabeth Eustis se cubrio la cara con las manos.
Transcurrieron
dos minutos, el ruido ceso de pronto y el Titanic se planto mejor sobre su
popa. Entonces, lentamente, empezo a deslizarse en postura oblicua.
A medida que se hundia cobraba velocidad.
Cuando el mar se cerro sobre la bandera de popa, iba a una velocidad capaz
de producir un pequeño oleaje.
-¡Se ha ido, se ha perdido para siempre! - suspiro alguien, y el vigia
Lee, en el bote numero 13, asintio.
-Ya no esta- oyo decir Mrs. Ada Clark a alguien en el bote numero 4. Pero
tenia frio y no hizo caso. La mayoria de las mujers estaban igual; algunas
atontadas, mudas, sin demostrar la menor emocion. En el numero 5, el tercer
oficial Pitman miro su reloj y anuncio:
-Son las dos y veinte..."
|