Universidad de Yacambu
Maestría en Gerencia Educacional
Trabajo 2
Autor: Lcdo. Tomás Rafael Moreno Poggio.
Impacto de la Tecnología en el Recurso Humano.
Buena parte de la tecnología descubierta en este siglo, sobre todo en el área relacionada con la estructura subatómica de la materia, nos ha dado una comprensión de la unidad dinámica que une al universo entero y el hombre. La comunicación moderna nos permite conectarnos instantáneamente con prácticamente cualquier persona en el mundo. El transporte moderno nos permite llegar en pocas horas a cualquier lugar que apenas cien años atrás podría habernos tomado meses de viaje. Las computadoras nos permiten procesar billones de piezas de información en unos pocos segundos, haciendo tareas que antes eran virtualmente imposibles.
La tecnología, es una actividad socialmente organizada, planificada que persigue objetivos conscientemente elegidos y de características esencialmente prácticas. Pero puede usarse constructiva o destructivamente. Desarrollos como la televisión, las computadoras y los lásers, y descubrimientos en el campo de la energía nuclear, la medicina y la biología, son todos casos de aprovechar y comprender las fuerzas que se manifiestan en la naturaleza. El hombre ha sido encargado de aprovechar estos recursos para refinar y civilizar el mundo, para transformar el ambiente material en un hogar adecuado para vivir.
En el pasado reciente el recurso humano dentro de las organizaciones ocupaba una importancia de segunda línea en los intereses y preocupaciones de los gerentes. El recurso humano de las organizaciones era visto como un factor de costos. Con el auge que han tomado las nuevas tecnologías y su influencia en las organizaciones, el escenario ha cambiado, ya que ahora existen nuevas formas de trabajo, y se han generado nuevos perfiles profesionales, en donde prevalece el trabajo intelectual sobre el físico y el surgimiento de nuevas y exigentes necesidades y una visión ética y moral muy diferentes a las anteriores. Los trabajadores no solamente ofrecen su capacidad de trabajo, sino que también sus aptitudes, una profesionalidad y una flexibilidad que requieren ser evaluadas y valorizadas. Estos nuevos y complejos componentes han traído como consecuencia que el factor humano se ha convertido en un elemento estratégico e inestimable para las organizaciones, que tienen la obligación de desarrollarlo para reafirmar la ventaja competitiva de la organización.
Indudablemente la fuerza de trabajo se es será más diversa, más flexible, orientada al equipo y sobre todo mucho más capacitada Las empresas esperan que todo empleado llegue al sitio de trabajo capacitado para producir al otro día. Las habilidades interpersonales, la capacidad de promover y aceptar el cambio, la capacidad de comunicación oral y escrita, y la habilidad para aprender serán vitales en la competencia por las posiciones laborales. Las empresas buscaran personas llenas de creatividad, de innovación, de iniciativa, de arranque, de independencia, de responsabilidad, de confianza en sí mismas, capaces de proveer soluciones; en otros términos llenas de Espíritu Empresarial.
La emergente industria de la información está superando su propio desarrollo tecnológico y, en la actualidad, el conjunto de productos y servicios resultantes de la producción informacional es utilizado como factor productivo en el resto de sectores de actividad de la economía. De esta forma, se está construyendo un entramado de relaciones sinérgicas entre la industria de la información y el resto de sectores de actividad, que tiene como principal elemento visible la incorporación del conocimiento a la estructura productiva de las economías avanzadas.
Por esta razón, podemos hablar de una economía del conocimiento, que está cambiando las relaciones macroeconómicas básicas que los economistas han ido creando desde la Segunda Guerra Mundial. En efecto, todo parece indicar que las relaciones entre crecimiento económico, inflación y paro han presentado importantes cambios a partir de la segunda mitad de la década de los noventa, con la implantación de las tecnologías digitales.La progresiva incorporación del conocimiento a la actividad económica se ha manifestado en los últimos años desde diversas perspectivas. Por un lado, mediante la elevada participación de las TIC en la producción de algunos sectores de actividad importantes, como el del automóvil, las industrias química y farmacéutica o las finanzas. Por otra parte, el recurso conocimiento también está aumentando su presencia en sectores productivos menos intensivos en este recurso, como por ejemplo la industria textil o la distribución comercial. Finalmente, el conocimiento también se ha manifestado mediante nuevas formas de distribución y consumo, cambios en las relaciones empresariales y nuevas formas de financiación.
Dicho de otra forma, la economía del conocimiento no sólo son las empresas puntocom. La economía del conocimiento también son los cambios en la oferta –nuevas formas de producir, de trabajar, de interaccionar las empresas, de ofrecer productos y de innovar en los diseños organizativos, etc.– y los cambios en la demanda –nuevas formas de distribuir y de consumir, de realizar inversión y financiación, de cambiar las relaciones internacionales, etc.– generados por el uso intensivo de las TIC y los contenidos digitales.
En el nuevo entorno económico, la configuración de un marco de competencia global y los procesos de integración económica actualmente en marcha, junto con la creciente sustitución de las competencias en política económica nacional, sitúan la innovación como uno de los elementos prioritarios en el fomento del crecimiento económico. Todo parece indicar que la competencia vía salarios y los tradicionales recursos competitivos de la política económica nacional han sido sustituidos por la creación de nuevas mercancías (innovación de producto) y por las combinaciones más eficientes en la generación de las ya existentes (innovación de proceso) en la estrategia de maximización de beneficios de la economía global.
En primer lugar, cabe destacar la necesidad de impulsar un plan integral y multidisciplinar de investigación sobre la sociedad de la información. En concreto, es necesaria la obtención de datos primarios que permitan analizar con detalle las transformaciones económicas y sociales derivadas del uso intensivo de las TIC. Únicamente a partir de una descripción detallada de la realidad, se pueden impulsar las políticas necesarias para el desarrollo de la economía del conocimiento.
En segundo lugar, es necesaria la superación de las acciones diseñadas en el campo de la investigación y la formación centradas en el aspecto infraestructural. Dicho de otra manera, hay que impulsar el conocimiento que crea conocimiento. La mejora de las condiciones generales de la investigación, el desarrollo y la docencia, los planes de formación para los agentes económicos y, en general, todas las iniciativas destinadas a aumentar la comprensión general del significado y las transformaciones que generan las tecnologías digitales son claramente iniciativas de futuro.
En tercer lugar, es necesario impulsar el desarrollo de la industria de la información. En concreto, se trata de sentar las bases para el desarrollo de dos de los principales elementos limitadores en la evolución de la economía del conocimiento: la introducción de competencia efectiva en el mercado de telecomunicaciones y la generación de una cultura empresarial, con facilidad de acceso a la financiación y capacidad para desarrollar nuevas iniciativas de negocio.
Y, finalmente, en cuarto lugar, es preciso desarrollar una estrategia de incentivos para la difusión de los efectos expansivos que tiene el uso de las TIC para el conjunto de la actividad económica. Dicho de otro modo, empresarios, trabajadores, sindicatos, patronal, universidad y Administración, entre otros, tendrían que desarrollar un proceso de reflexión estratégica, con el objetivo de analizar la dirección que toma la actividad económica y empresarial en su conjunto y, todavía más, de conseguir entre todos proyectar una trayectoria que nos sitúe en una posición de futuro favorable.
Actualmente todas las innovaciones informáticas están orientadas a facilitar las labores en los diferentes aspectos de la industria y esto se debe en gran medida a las empresas de consultoría informática, desarrolladores de sistemas y por supuesto a los facilitadores tecnológicos.
Por otra parte la necesidad de mantenerse actualizado también nos obliga a voltear nuestra atención hacia los programas y aplicaciones propias de nuestra área como las baterías psicométricas automatizadas, herramientas para la Detección de Necesidades de Capacitación, administradores de tiempos y tareas, comunicación, y medios para efectuar entrevistas virtuales entre otras cosas, para complementar en muy buena medida el entorno de la administración de los recursos humanos.
Sin embargo, con todo y lo impresionante y poderoso que es y pudiera llegar a ser el avance informático, existe un factor que nunca será ni deberá ser sustituido por la tecnología y es precisamente el “Elemento Humano”. Este es el factor fundamental en el crecimiento de toda empresa, tal vez por ello se ha iniciado un cambio en el concepto propio de Recursos Humanos por el de Capital Humano o Capital Intelectual.
Por muy avanzada o sistematizada que se encuentre nuestra empresa y/o departamento, el elemento humano es más que imprescindible, ya que las empresas las hacen las personas y no las oficinas de lujo o la tecnología de punta.
El manejo de los valores, el sentido común, los diferentes puntos de vista y perspectivas sobre un tema o problema, las opciones de solución, los comentarios, las sugerencias, las lluvias de ideas, las discusiones, la planeación, los cambios de planes, las investigaciones, las deducciones, la perspicacia, las suspicacias, el trato, el tacto, las críticas, un sencillo saludo y muchos otros aspectos más, son parte insustituible de las vitales actividades que desempeñamos diariamente, ya que tratamos con personas que tienen rostro y nombres propios, que se desempeñan colectivamente dentro de la empresa pero empleando su propia individualidad; esto es realmente lo que le da valor y sentido a nuestras funciones dentro de las organizaciones.
Los súbitos cambios en la tecnología y la competencia acrecientan la presión hacia la innovación, la respuesta rápida y la adaptación y flexibilidad de las organizaciones. Un cambio de gestión exitoso depende ampliamente de cómo el Capital Humano, incluyendo la creación y el despliegue de conocimiento, son gestionados por la organización.
El cambio hacia una economía de servicios con mayor dependencia en la gestión de las relaciones también ha incrementado el valor del Capital Humano y social para las empresas. La estructura organizativa de muchas empresas consultoras incluye ahora prácticas de Capital Humano que reflejan el nuevo énfasis en la importancia del factor humano al gestionar el cambio. El Capital Humano está cada vez más visto por empresas exitosas como un valioso activo, que agrega valor significativo a la misma, y que provee una ventaja competitiva sostenible.
La adopción de sistemas de organización productiva y del trabajo constituye un reto muy importante para las economías latinoamericanas. Por ejemplo, una política adecuada de subcontratación permitiría vincular a ramas y empresas exportadoras con otros sectores y regiones que operan a nivel local, lo que aumentaría los encadenamientos y mejoraría el mercado doméstico al reflejarse en empleos y salarios. Sin embargo, esto se ve entorpecido por la incertidumbre económica que prevalece en la mayoría de los países de la región, así como por la ausencia de sistemas de información sobre proveedores y una creciente complejidad inherente al proceso de subcontratación.
Otra característica importante del cambio tecnológico es que su esencia es fundamentalmente flexible, es decir, que con pequeños ajustes permite producir nuevas líneas de productos para satisfacer las necesidades cambiantes de los consumidores. Hasta antes de la década de los sesenta, la base técnica de la producción era una tecnología fija que se correspondía con un modelo de producción en serie, y que se orientaba a lograr economías de escala, por lo tanto no había diferenciación del producto ni preocupación por las necesidades del mercado, éste era un concepto externo a la empresa.
Sin embargo, a inicios de los sesenta empieza a gestarse un proceso de transformación tecnológica de alcance mundial, que lleva gradualmente a las empresas a cambiar su base técnica de producción con tecnología flexible, que implica modificaciones graduales de sus sistemas de organización del trabajo y administración empresarial. Paulatinamente, se va transitando hacia un nuevo patrón de producción, con flexibilidad, diferenciación de producto y orientado por la demanda.
Estas tendencias giran en torno del cambio en la concepción tecnológica del producto; antes, los productos eran fabricados en serie y se estandarizaban, ahora se distinguen por su capacidad para satisfacer necesidades diferenciadas, pero sobre una misma base estándar de tecnología. Por ejemplo, en la industria automotriz, en la computación y la electrónica, se cuenta con una base tecnológica que con pequeñas modificaciones se pueden satisfacer necesidades muy diversas.
Los cambios del producto también han transformado la concepción de las tecnologías "dura" y "blanda". Respecto a la tecnología "dura", se pasó de la automatización rígida a la flexibilidad, a las máquinas programables, a la microelectrónica y a la teleinformática, lo que ha favorecido la descentralización y la organización de la producción a escala mundial. En cuanto a la tecnología "blanda", el cambio se observa en la gestión del trabajo, en las formas en que se organizan las empresas en sistemas de calidad, en prácticas de mejora continua y en equipos de trabajo autodirigidos y de alto desempeño.
De esta manera, se va generando una nueva estructura industrial en el mundo caracterizada por la "descorporatización". Si antes en la economía de escala se requerían grandes empresas, ahora lo que se busca son núcleos de negocios capaces de innovar y adaptarse. A escala mundial, las empresas se quitan "grasa" y utilizan prácticas como el "benchmarking" y el desarrollo de proveedores como medios para generar versatilidad y agilidad frente a los cambios.
Por ejemplo, para la fabricación de una computadora, puede ser que la tarjeta esté hecha en Taiwán, el monitor en Japón, los "chips" en Corea y el gabinete en México, y se arme en Costa Rica y se venda en los Estados Unidos. Esto quiere decir que estamos ante una estructura industrial cada vez más descentralizada.
En paralelo, se están desarrollando procesos de integración, como "joint ventures", alianzas estratégicas, investigación y comercialización de productos conjuntos, que además de contribuir a la creación de demanda en el mercado de trabajo, inciden en las decisiones de inversión, incluyendo las extranjeras, que son indispensables para la generación de fuentes de empleo. El cambio tecnológico acelerado que caracteriza nuestras sociedades, se hace aún más patente la necesidad de unos recursos humanos adecuadamente formados y con capacidad para adaptarse y generar cambios en el entorno.
Aparece además la dimensión global de dicho capital humano con la movilidad internacional creciente de personas altamente cualificadas. Las carencias que muchos países muestran en titulados superiores en ciencias y tecnologías se suplen en ocasiones con el recurso a personas procedentes de otras naciones.
Colmar tales carencias requiere no sólo incrementar las inversiones en educación en la enseñanza reglada, sino, además, en la formación que se lleva a cabo en el puesto de trabajo y en la que pretende el reciclaje continuo de conocimientos.
Estas y otras cuestiones vinculadas son objeto de análisis por entidades tales como la Unión Europea o la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). De la primera, ofrecemos en este número de "Madri+d" (en la sección "La I+D en cifras") un estudio sobre el "Cuadro de Mando de la Innovación Europea 2001" recientemente publicado. En él se evalúan diferentes vínculos de los recursos humanos y la innovación.
La OCDE, por su parte, ha elaborado trabajos de mucho interés al respecto. En concreto, su Comité para la Política Científica y Tecnológica es responsable de una serie de estudios en los cuales se destaca la creciente importancia del capital humano para un crecimiento económico impulsado por la innovación y el progreso tecnológico. En la nueva sociedad del conocimiento, su concurso es indispensable como fuente incesante de creación de riqueza, alcanzado por tanto una importancia pareja a la que tiene el capital financiero.
También este reputado organismo internacional ha elaborado un "Cuadro de Mando de Ciencia, Tecnología e Industria 2001" que contribuye a superar las dificultades para medir (y, por tanto, para comprender) el capital humano en las actividades científico-tecnológicas. De acuerdo con el denominado Manual de Canberra, los "recursos humanos en ciencia y tecnología" comprenden a todas aquellas personas que poseen una educación superior completa en algún campo científico-tecnológico y/o están empleadas (sin poseer la titulación antes indicada) en puestos científico-tecnológico para los cuales normalmente se requiere dicha titulación.
INFOGRAFIAS
CAMBIO TECNOLÓGICO INTEGRAL Y FLEXIBLE.
El cambio tecnológico ha generado modificaciones en las formas en que se organiza la producción y el trabajo, lo que está llevando a una nueva dinámica del mercado laboral; donde las modificaciones en los contenidos del trabajo, las exigencias de una formación y capacitación de mayor calidad y pertinencia para los trabajadores, la flexibilidad en las relaciones laborales y una mayor movilidad de la fuerza de trabajo. La nueva tecnología está replanteando la función del trabajo, ya que se requiere que el trabajador aporte su capacidad intelectual para analizar y resolver problemas relacionados con la calidad, el mantenimiento, la participación en la toma de decisiones y la interacción con otros trabajadores. De este modo, se viene dando un cambio de actitud que revalora el papel del trabajo humano y la importancia de su contribución al proceso productivo, y se está propiciando una nueva cultura del trabajo que estimula el constante mejoramiento, no sólo del producto terminado sino del proceso y la organización de la producción en su acepción más amplia.
http://www.ilo.org/public/spanish/region/ampro/cinterfor/conf/1999/triparti/libro_i/ii/
EL PROGRESO TECNOLÓGICO Y EL CRECIMIENTO ECONÓMICO
Este trabajo presentado para la cátedra de Macroeconomía de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Córdoba – Argentina, analiza la influencia de los cambios tecnológicos en el crecimiento económico y cuales factores determinan el avance tecnológico. Basa su análisis en las características más importantes de los enfoques de crecimiento neoclásicos y de los modelos de crecimiento endógeno, dando mayor importancia a la forma de ver la tecnología, el progreso tecnológico, y los determinantes del mismo. Se concluye que el progreso tecnológico es un factor de crecimiento económico, y de esto se deduce la importancia de las políticas públicas para fomentar el mismo, mediante la inversión en educación, y en otras actividades tecnológicas.
http://www.econlink.com.ar/economia/crecimiento/crecimientotecnologico.shtml
LA DIMENSIÓN ANTROPOLÓGICA Y CULTURAL DE LA TECNOLOGÍA. Por Germán Doig Klinge
Conforme la tecnología adquiere más peso en la vida de las personas se han levantado numerosas preguntas sobre su capacidad de influir en el ser humano. Pero a menudo se prescinde de un aspecto fundamental. Cualquier intento por comprender lo que es la tecnología y sobre todo lo que genera en la sociedad debe partir de un hecho fundamental: la tecnología forma parte de la cultura. La tecnología no genera tal o cual influjo sólo por sí misma, sino que lo genera principalmente porque es parte de un contexto cultural.
Desde esta perspectiva se puede entender mejor por qué se deben considerar como insuficientes tanto las explicaciones que le otorgan vida propia, como las que reducen a la tecnología a un mero instrumento. La tecnología tiene algo de autónoma, como tiene también algo de instrumental. Esto nos lleva a la idea que la persona se hace de lo que es la tecnología y el papel que ocupa en su existencia, y para ello se debe acudir a la pregunta por la dimensión cultural de la tecnología. Actualmente, ha aumentado la inquietud por la dimensión cultural del fenómeno tecnológico. La tecnología no tiene por sí misma, la fuerza para influenciar de manera importante toda la conducta y el obrar de la persona humana. No se descubre ningún sustento para presentarla como un factor que determina inevitablemente la conducta del hombre. La tecnología debe ser mostrada como un factor en relación a otros factores y en una interacción dinámica con ellos; pero sobre todo en interacción con la persona misma y su libertad.
http://humanitas.cl/biblioteca/articulos/d0030/
TECNOLOGÍA. Por Gioconda Capecchi Martínez
La tecnología constituye la otra variable independiente que influye poderosamente sobre las características organizacionales. Además del impacto ambiental, existe el impacto tecnológico sobre las organizaciones. Todas las organizaciones utilizan alguna forma de tecnología para ejecutar sus operaciones y realizar sus tareas. Todas las organizaciones dependen de un tipo de tecnología o de una matriz de tecnologías para poder funcionar y alcanzar sus objetivos. Desde un punto de vista puramente administrativo, se considera la tecnología como algo que se desarrolla predominantemente en las organizaciones, en general, y en las empresas, en particular, a través de conocimientos acumulados y desarrollados sobre el significado y ejecución de tareas –know how- y por sus manifestaciones físicas consecuentes que constituyen un enorme complejo de técnicas utilizadas en la transformación de los insumos recibidos por la empresa en resultados, esto es, en productos o servicios.
http://www.monografias.com/trabajos6/tecn/tecn.shtml#tec
¿NUEVAS TECNOLOGÍAS PARA EL DESARROLLO HUMANO?. Por Jaume Giné y Joan Prats
Estos autores consideran defienden la tesis de que la llamada brecha digital es el resultado de brechas importantes en capital humano, capital social, capacidades institucionales, gobernabilidad democrática. Ellas son las que impiden que los países pobres y el mundo aprovechen las inmensas oportunidades que representan las nuevas tecnologías. Sin embargo, consideran que las dos terceras partes de la humanidad no han obtenido de las nuevas tecnologías mejoras sustanciales en sus condiciones de vida y algunos las hayan empeorado tampoco alienta. Cuando el desarrollo ha de basarse principalmente en la capacidad para procesar y aplicar conocimiento en redes internacionales de producción e intercambio la amenaza de un mundo todavía más desigual y fraccionado no es ilusoria. Para revertir la tendencia actual hacia un mundo y un desarrollo insostenibles es necesario incorporar las nuevas tecnologías a la agenda global y nacional de desarrollo y hacerlo mediante un big bang que sacuda los acomodos de la vieja cooperación.
http://aupec.univalle.edu.co/informes/mayo97/boletin38/mecatronica.html
LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA Y LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS LA INFORMATIZACION DE LA JUSTICIA Y/O EL PROCESO INFORMATIZADO.
Durante la segunda mitad de este siglo, el ser humano fue sorprendido por los grandes avances científicos y tecnológicos en el área de comunicaciones e información. Permitiéndose el paso de la sociedad industrial a la sociedad tecnológica de la información. El avance de la nueva tecnología avanza tan inconteniblemente que los gobernantes deben ocuparse de las infraestructuras necesarias y del desarrollo de las industrias asociadas a ella. La administración de justicia no escapa de esos cambios, donde debe llevarse a cabo un proceso de reingeniería del recurso humano disponible; orientado a satisfacer por completo las necesidades de todos los integrantes del Tribunal (Empleados, Funcionarios y Magistrados), en un ambiente operativo en el que la amigabilidad y practicidad de operación serán directamente proporcionales a la utilidad obtenida. http://www.salvador.edu.ar/federico.htm
NUEVA ECONOMÍA Y ACTIVIDAD EMPRESARIAL: DE LAS TIC AL CAMBIO CULTURAL. Por Jordi Vilaseca i Requena, Carlos F. Cabañero Pisa y Joan Torrent i Sellens.
El proceso de mundialización económica, una revolución tecnológica sin precedentes y los importantes cambios en los patrones de consumo de las familias dibujan una nueva realidad económica, que agrupamos bajo el denominador común de nueva economía. Desde el punto de vista empresarial, la masiva incorporación del conocimiento a la actividad económica transforma las interpretaciones tradicionales de la economía de la empresa, con la aparición de dos nuevos conceptos: el e-business y la empresa red. En este artículo se propone una nueva línea de actuación basada en el cambio cultural de los agentes económicos, como respuesta a los retos que plantea la nueva economía.
http://www.uoc.edu/web/esp/serveis/observatorio/tm/one0402_imp.html
EMPRENDEDORES Y EMPRESARIOS: UN ENFOQUE INSTITUCIONAL. Por Isaías Covarrubias M.
Las funciones que cumplen emprendedores y empresarios en una determinada sociedad constituyen un aspecto relevante del desempeño económico, al ser éstos agentes del cambio social. Frecuentemente están asociados con el establecimiento de empresas pequeñas y medianas, con la asunción de capitales de riesgo y con la introducción de innovaciones. El objeto de este análisis es aproximarse a los aspectos institucionales que contextualizan el ambiente para su surgimiento. Las regiones y naciones con entornos institucionales flexibles e innovadores, seguridad jurídica, redes de apoyo económico y social, tienden a propiciar las iniciativas empresariales. Por el contrario, las que tienen ámbitos institucionales rígidos, signados por pesadas burocracias, derechos de propiedad mal definidos (incluyendo la propiedad intelectual), inseguridad jurídica, infraestructuras precarias y baja calidad del recurso humano, representan una limitante para estas iniciativas. La función empresarial depende, cada vez más, de la existencia de instituciones eficaces y flexibles, que permitan acercar la tasa privada a la tasa social de beneficios, minimizando los costos de transacción implícitos en el desarrollo de mercados y organizaciones. Por lo demás, en América Latina resulta de importancia generar políticas públicas orientadas a adaptar y reformar las instituciones requeridas para incentivar el potencial de emprendimiento.
http://www.eumed.net/ce/icm-emp.htm
LA INDUSTRIA DE LA INFORMACIÓN EN LA ECONOMÍA DEL CONOCIMIENTO
A partir de la segunda mitad de la década de los noventa, las economías desarrolladas se han caracterizado por la progresiva implantación de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) en el conjunto de las actividades económicas, tanto de producción como de distribución y consumo.
http://publicaciones.estrategia.net/personas/repor2.htm
ORGANIZACIÓN DE LA INFORMACIÓN: UN FACTOR DETERMINANTE EN LA GESTIÓN EMPRESARIAL. Por Lic. Yuniet Rojas Mesa
La gestión de la información y el conocimiento es actualmente una actividad estratégica para el éxito de las empresas. Se exponen algunas reflexiones sobre la importancia de la organización para la gestión de la información en el entorno empresarial, así como sobre el lugar que ocupa el profesional de la información, tanto en la organización como en la gestión. Finalmente, se presentan algunos de los beneficios que genera una adecuada gestión de la información y el conocimiento en las organizaciones.
http://www.bvs.sld.cu/revistas/aci/vol12_2_04/aci12204.htm
RECURSOS HUMANOS E INNOVACIÓN
Al analizar la relación entre los recursos humanos y el desarrollo de la función innovadora en las organizaciones empresariales contemporáneas, es preciso considerar dos aspectos fundamentales. En primer lugar, cuáles son las características personales más adecuadas para alcanzar la eficiencia deseable en el proceso de desarrollo tecnológico; en segundo término, cómo deben gestionarse para alcanzar la máxima productividad del equipo humano.
http://www.madrimasd.org/revista/revista7/editorial/editorial.asp