Las siglas MDI se corresponden con la denominación Moteur Developpement International, una firma radicada en Luxemburgo y que tiene al frente a Guy Nègre, un ingeniero que -según los datos biográficos difundidos por su propia firma- tiene experiencia en el mundo de la Fórmula 1 y de la aeronáutica comercial. Guy Nègre es el inventor del motor de aire comprimido, un dispositivo que se constituye en el "alma" de este proyecto que tiene visos de convertirse en realidad.

El funcionamiento de este propulsor parece -a primera vista- sencillo. El motor tiene cilindros, pistones, bielas y todo lo que puede esperarse de una mecánica convencional. Lo que entra en la cámara del cilindro es la novedad. Y entra aire comprimido procedente de sendos depósitos. La fuerza de expansión del aire comprimido mueve el pistón dentro del cilindro y con ello se consigue la propulsión. Hemos tratado de explicarlo de la manera más sencilla, aún a riesgo de simplificar el asunto.

Sobre la base de esta idea, la empresa MDI ha construido un coche con chasis tubular y carrocería en fibra de carbono. El conjunto resulta ligero (700 Kg). La carrocería tiene la configuración de un monovolúmen. Sus medidas no son tan pequeñas como pudiera imaginarse. Es aproximadamente tan largo como un Seat Ibiza, y tan alto y ancho como un Opel Agila. Ahora mismo, hay totalmente desarrollados tres modelos de coche. El taxi, que se inspira en el modelo británico; la furgoneta, y el pick-up.

MDI asegura que su motor rinde 50 CV y que puede alcanzar una velocidad máxima de 130 Km/h (aunque, en ese caso, la autonomía se ve seriamente comprometida). La empresa con sede en Luxemburgo calcula que el vehículo puede hacer hasta 300 Km. -el equivalente a 10 horas de uso- en ciclo urbano con el aire comprimido de sus dos tanques, considerando una velocidad media de 17 Km/h., que es la habitual en grandes ciudades como París. Según ha explicado al Suplemento de Motor del diario La Opinión el representante de la marca en España, Miguel Celades Rex, el motor cuenta con un dispositivo -de funcionamiento semejante al "overboost" de las mecánicas turboalimentadas- para suministrar un aporte extra de potencia, por cuanto "en ciudad, el MDI sólo necesita utilizar 3 ó 4 CV de potencia para moverse al ritmo del tráfico". Lo más llamativo es que el consumo del coche es de 1 peseta por kilómetro; esto es, que realizar esos 300 Km. de autonomía que tiene el coche saldría por 300 pesetas.

El motor de aire comprimido podría recargarse en un futuro en gasolineras si la demanda de este automóvil llega a ser suficiente. De cualquier modo, la empresa está pensando en suministrar a las grandes superficies comerciales para su venta un kit de recarga de los tanques de aire comprimido. La operación, en el caso de que se transfiera el aire ya comprimido a los depósitos, se realiza en 2 ó 3 minutos. Hay otra alternativa. El MDI viene provisto de un compresor de aire que puede enchufarse a la red eléctrica de 220 V y recargar los depósitos en 4 horas como máximo.

Estos coches incorporan otras novedades técnicas, como el hecho de que la instalación eléctrica se sirva de un único cable que manda órdenes específicas a cada uno de los dispositivos del automóvil gracias a las señales de una micro-emisora de radio. También es destacable el hecho de que se aproveche la baja temperatura a la que el aire es expelido desde el motor (el aire al descomprimirse se enfría) para nutrir el sistema de aire acondicionado del coche.

MDI procede en estos momentos a la homologación mundial del vehículo. Quieren ponerlo a la venta en España por 1,5 millones de pesetas antes de final de año. MDI no tendrá plantas propias para fabricar el coche, sino que facilitará (por unos 900 millones de pesetas) la instalación de pequeñas factorías en régimen de franquicia que se encargarán de ensamblar y vender los automóviles en una red muy regionalizada. Un empresario alicantino ya ha pre-reservado la zona de Levante, Baleares y Murcia.