  
Pablo
Neruda (1904-1973),
seudónimo, después nombre legal,
de Neftalí Ricardo Reyes Basoalto,
poeta chileno
considerado una de las máximas figuras
de la poesía escrita en lengua española
durante el siglo XX, galardonado con
el Premio Nobel.

SONETO
XVII
No
te amo como si fueras rosa de sal, topacio
o flecha de claveles que propagan el
fuego:
te amo como se aman ciertas cosas oscuras,
secretamente, entre la sombra y el alma.
Te amo como la planta que florece y
lleva
dentro de sí, escondida, la luz de aquellas
flores,
y gracias a tu amor vive oscura en mi
cuerpo
el apretado aroma que ascendió de la
tierra.
Te amo sin saber cómo, ni cuándo, ni
de dónde,
te amo directamente sin problemas ni
orgullo:
así te amo por que no sé amar de otra
manera,
sino de este modo en que no soy ni eres,
tan cerca que tu mano sobre mi pecho
es mía,
tan cerca que se cierran tus ojos con
mi sueño.
SONETO
LXVI
No te quiero sino porque te quiero
y de quererte a no quererte llego
y de esperarte cuando no te espero
pasa mi corazón del frío al fuego.
Te quiero sólo porque solo a ti te quiero,
te odio sin fin, y odiándote te ruego,
y la medida de mi amor viajero
es no verte y amarte como un ciego.
Tal vez consumirá la luz de enero,
su rayo cruel, mi corazón entero,
robándome la llave del sosiego.
En esta historia sólo yo me muero
y moriré de amor porque te quiero,
porque te quiero, amor a sangre y fuego.
EL
INCONSTANTE
Los ojos se me fueron
tras una morena que pasó.
Era de nácar negro,
era de uvas moradas,
y me azotó la sangre
con su cola de fuego.
Detrás de todas
me voy.
Pasó una clara rubia
como una planta de oro
balanceando sus dones.
Y mi boca se fue
como con una ola
descargando en su pecho
relámpagos de sangre.
Detrás de todas
me voy.
Pero a ti, sin moverme,
sin verte, tú distante,
van mi sangre y mis besos,
morena y clara mía,
alta y pequeña mía,
ancha y delgada mía,
mi fea, mi hermosura,
hecha de todo el oro
y de toda la plata,
hecha de todo el trigo
y de toda la tierra,
hecha de toda el agua
de las olas marinas,
hecha para mis brazos,
hecha para mis besos,
hecha para mi alma.
LA
INFINITA
Ves estas manos? Han medido
la tierra, han separado
los minerales y los cereales,
han hecho la paz y la guerra,
han derribado las distancias
de todos los mares y ríos,
y sin embargo
cuando te recorren
a ti, pequeña,
grano de trigo, alondra,
no alcanzan a abarcarte,
se cansan alcanzando
las palomas gemelas
que reposan o vuelan en tu pecho,
recorren las distancias de tus piernas,
se enrollan en la luz de tu cintura.
Para mí eres tesoro más cargado
de inmensidad que el mar y sus racimos
y eres blanca y azul y extensa como
la tierra en la vendimia.
En ese territorio,
de tus pies a tu frente,
andando, andando, andando,
me pasare la vida.
PABLO
NERUDA |