El tamaño del ferrocarril y las necesidades de las minas requirieron un gran numero de locomotoras, incluso en los últimos años de funcionamiento había bastantes en servicio. La compañía tuvo más de 140 locomotoras de vapor, la mayoría británicas, predominando los constructores escoceses.
Las locomotoras fueron compradas a un total de ocho fabricantes británicos excepto nueve de ellas que suministró Baldwin para la vía general y otras cuatro para las minas, todas ellas de típico diseño americano. Pocos cambios se hicieron en la vía general a lo largo del tiempo. Dos clases fueron suministradas para la puesta en servicio que comprendían 21 locomotoras y seguidamente cuatro clases (26 locomotoras más) fueron compradas hasta la introducción de las diesel en los años 60. Sin embargo en las minas, la mayoría en constante expansión en los primeros 30 anos de control británico, dieron lugar a un continuo aumento de la flota. Las 30 locomotoras originales de la línea adquiridas por Bruce en 1.875 incluían 15 para la vía general y 15 para las minas. En los siguientes 40 años, 85 locomotoras como mínimo principalmente 0-3-0 T, fueron suministradas para el laberinto de vías que cubría la zona de las minas.
Los años 1.906 y 1.907 fueron importantes para el desarrollo del ferrocarril, con el propósito de abrir una nueva corta (Atalaya) la cual elevaría la producción el gran medida, un gran número de locomotoras fueron encargadas. Incluían dos nuevas clases para las minas y una para la vía general. Este periodo representó la mayor expansión de la flota de locomotoras.
La primera diesel llegó en 1.960 y cinco años después una serie de Bo-Bo diesel-eléctricas fabricadas por constructores españoles con la intención de reemplazar al vapor en la vía general. Con la llegada de las locomotoras diesel de maniobras en 1.977, las locomotoras de vapor que quedaban fueron almacenadas o desguazadas. Las locomotoras de vapor .estuvieron siempre pintadas de negro con grandes números blancos en los tanques o en los lados del ténder. Algunas fotos aparecen con una línea a lo largo del bastidor, pero es posible que fuera sólo por los fabricantes. Las instrucciones de pintado para las Garratts fueron: " Las máquinas estarán pintadas de negro con una línea roja; los extremos de los faldones estarán rayados en rojo, las placas con el nombre del constructor y el número de fabricación se colocarán el los lados de la cabina, los números de la máquina tendrán una altura de ocho pulgadas y las toperas se pintaran en bermellón con una línea negra" . Las toperas continuaron en bermellón /rojo cuando dejaron de pintarse las líneas. En los primeros días las locomotoras llevaban los números y el nombre de la compañía en una gran placa colocada en los lados de los tanques y números unidos a la chimenea. Algunas de la clase I llevaban domos de cobre pulimentado hasta los años 30.
El trabajo de los talleres de la compañía influyó mucho en la disponibilidad de la flota de locomotoras al l levar a cabo las tareas de mantenimiento requeridas. Las difíciles condiciones bajo las que trabajaron, sobre todo en las minas, significaron frecuentes reparaciones y para el buen funcionamiento hicieron falta grandes instalaciones de mantenimiento. Al principio tanto los talleres de las minas como los de Huelva, llevaron a cabo trabajos en las locomotoras y los costos de estas operaciones estuvieron bajo el control de Londres. En las relaciones de 1.896 el costo promedio anual era:
Talleres Huelva:
Locomotoras de vía general: 4.600 Libras.
Locomotoras de las minas: 6.730 Libras.
Talleres Mina:
Locomotoras de via general : 9.310 libras
Locomotoras de las minas : 9.310 libras
El costo por locomotora y año había sido de 333 1ibras como promedio, pero en 1.893 se incrementó hasta 427 libras para la vía general y 372 para las minas. Los costos eran comparados con el ferrocarril de Cartagena (Un ferrocarril para mineral de hierro) y con el Bilbao & Cantabrian Railway, cuyos costos promedio eran de 100 Libras por locomotora en ambos casos. Como resultado de esta comparación los talleres fueron reorganizados concentrando en Huelva todos los trabajos de mantenimiento de .locomotoras y las reparaciones menores en las minas se hacían en el taller del depósito de locomotoras de Ríotinto. Los efectos de estos cambios pueden verse en la siguiente tabla:
1.894 1.895 1.896
Reparaciones generales en Huelva 14 11 21
" " en T. Mina 17 8 --
" medias en T. Mina 38 -- --
" medias en Cochera Mina -- 41 36
" pequeñas en Cochera Mina -- -- 28
Después de la reorganización los talleres de Huelva, fueron ampliados y además de las reparaciones de locomotoras se construía y reparaba el material rodante. Así se continuó hasta la década de los 30. En 1.937, se realizaron algunas actuaciones destinadas a mejorar el rendimiento. Las minas requerían 41 locomotoras de clase I y 19 clase K en servicio y siete de reserva. En esta época la disponibilidad era:
Clase I Clase K
En servicio. 28 14
Reserva 6 5
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Disponible. 34 19
En reparación 9 2
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43 21
Requieren reparación 11 5
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54 26
Hubo que introducir urgentemente un plan de trabajo pare reparar diez clase I y. dos clase K lo cual fue completado en menos de dos años. La siguiente tabla puede dar una idea de la actividad de los talleres. Corresponde a Agosto de 1.946.
Clase En servicio En reparación
Garratt 1 1
K 1 6 11
1ª 33 212ª 6 12
La compañía reconstruyó la mayoría de las 0-3-0 T con un nuevo depósito de combustible en el cual se cargaba el carbón mediante cinta transportadora sobre una tolva situada sobre el techo de la cabina la cual tenía dos conductos gemelos hasta el piso de la cabina. En general las locomotoras eran bien mantenidas dadas las duras condiciones en que tenían que trabajar, sin embargo: no se hicieron intentos reales de modernización. De hecho muchas aparecían relativamente sin cambios en la fecha de la clausura del ferrocarril. En estas circunstancias un viaje por las escombreras en una de las viejas clase I sin cristales de protección ni otros equipos de cabina, no era una experiencia envidiable.
Cualquier referencia de la compañía a las locomotoras, las clasifica por clase que designa por letras. Esto comenzó a usarse a mediados de los años 30 pero se adoptó de forma consistente en la década de los 50, por ejemplo, se refieren a la 1ª clase en 1.932 y notas en discusiones de los directores de las minas en 1.94ó también muestran algunas mezclas en las descripciones de las clases. Sin embargo esta clasificación por letras usada en las discusiones sobre la flota hace además referencia a la clasificación original .
Todas las locomotoras de vapor fueron suministradas nuevas y estaban equipadas con cilindros exteriores.
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