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REFLEXIONES
Un maestro de la Sabiduría paseaba por un bosque con su fiel discípulo, cuando vio a lo lejos un sitio de apariencia pobre, y decidió hacer una breve visita al lugar. Durante la caminata le comentó al aprendiz sobre la importancia de las visitas, también de conocer personas y las oportunidades de aprendizaje que tenemos de éstas experiencias. Llegando al lugar constató la pobreza del sitio, los habitantes, una pareja y tres hijos, la casa de madera, vestidos con ropas sucias y rasgadas, sin calzado, entonces se aproximó al señor, aparentemente el padre de familia y le preguntó: ¿En este lugar no existen señales de trabajo ni puntos de comercio tampoco, como hacen el señor y su familia para sobrevivir aquí?
El señor calmadamente respondió: Amigo mío, nosotros tenemos una vaquita que nos da varios litros de leche todos los días. Una parte del producto la vendemos o la cambiamos por otros géneros alimenticios en la ciudad vecina y con la otra parte producimos queso, cuajada, mantequilla, etc., para nuestro consumo y así es como vamos sobreviviendo. El sabio agradeció la información, contempló el lugar por un momento, luego se despidió y se fue.
En el medio del camino, volteó hacia su fiel discípulo y le ordenó, busque la vaquita, llévela al precipicio de allí enfrente y empujela al barranco.
El joven espantado vio al maestro y lo cuestionó sobre el hecho de que la vaquita era el medio de subsistencia de aquella familia. Más como percibió el silencio absoluto del maestro, fue a cumplir la orden. Así que empujo la vaquita por el precipicio y la vio morir. Aquella escena quedó grabada en la memoria de aquel joven durante algunos años, un bello día el joven resolvió abandonar todo lo que había aprendido y regresar a aquel lugar y contarle todo a la familia, pedir perdón y ayudarlos. Así lo hizo, y a medida que se aproximaba al lugar veía todo muy bonito, con arboles floridos, todo habitado, con carro en el garaje de tremenda casa y algunos niños jugando en el jardín. El joven se sintió triste y desesperado, imaginando que aquella humilde familia tuviese que vender el terreno para sobrevivir, aceleró el paso y llegando allá, fue recibido por un señor muy simpático, el joven preguntó por la familia que vivía allí hace unos cuatro años, el señor respondió siguen viviendo aquí.
Espantado el joven entró corriendo a la casa y confirmó que era la misma familia que visitó hace algunos años con el maestro. Elogió el lugar y le preguntó al señor (el dueño de la vaquita): ¿Cómo hizo para mejorar este lugar y cambiar de vida? <<El señor entusiasmado le respondió: nosotros teníamos una vaquita que cayó por el precipicio y murió, de ahí en adelante nos vimos en la necesidad de hacer otras cosas y desarrollar otras habilidades que no sabíamos que teníamos, así alcanzamos el éxito que sus ojos vislumbran ahora.>>
Punto de Reflexión: Todos nosotros tenemos una vaquita, que nos proporciona alguna cosa básica para nuestra sobreviviencia, la cual es una convivencia con la rutina,
<<< NOS HACE DEPENDIENTES, Y CASI QUE EL MUNDO SE REDUCE A
LO QUE LA VAQUITA TE PRODUCE >>>. Descubre cual es tu vaquita
PARA REFLEXIONAR UN POCO/ EXCELENTE
Una pareja de jóvenes tenían varios años de casados
y nunca pudieron tener un hijo, para no sentirse solos compraron un cachorro
pastor alemán y lo amaron como si fuera su propio hijo, el cachorro
creció hasta convertirse en un grande y hermoso pastor alemán,
el perro salvó en más de una ocasión a la pareja de
ser atacadas por ladrones, siempre fue muy fiel, quería y defendía
a sus dueños contra cualquier peligro.
Luego de siete años de tener al perro la pareja logró
tener el hijo tan ansiado, la pareja estaba muy contenta con su nuevo hijo
y disminuyeron las atenciones que tenían con el perro, este se sintió
relegado y comenzó a sentir celos del bebé y ya no era el
perro cariñoso y fiel que tuvieron durante siete años.
Un día la pareja dejó al bebe plácidamente durmiendo
en la cuna y fueron a la terraza a preparar una carne asada, cual fue su
sorpresa cuando se dirigían al cuarto del bebe y ven al perro en
el pasillo con la boca ensangrentada, moviéndoles la cola, el dueño
del perro pensó lo peor, sacó un arma que llevaba y en el
acto mató al perro, corre al cuarto del bebe y encuentra una gran
serpiente degollada, el dueño comienza a llorar y exclamar HE MATADO
A MI PERRO FIEL.
Cuantas veces no hemos juzgado a las personas, lo que es peor, las
juzgamos y condenamos sin investigar a que se debe su comportamiento, cuales
son sus pensamiento y sentimientos.
Muchas veces las cosas no son tan malas como parecen, sino todo lo
contrario.
La próxima vez que nos sintamos tentados a juzgar y condenar
a alguien, recordemos la historia del PERRO FIEL, ASI APRENDEREMOS
A NO LEVANTAR FALSOS CONTRA UNA PERSONA HASTA EL PUNTO DE DAÑAR
SU IMAGEN ANTE LOS DEMAS. DEBEMOS DARNOS CUENTA QUE LOS SENTIMIENTOS DE
LAS PERSONAS SON FRAGILES Y FACILES DE DAÑAR PERO DIFICILES DE SANAR.
EL VALOR DE LA PALABRA AMISTAD
En cierta ocasión, durante una charla que di ante un grupo de
abogados, me hicieron esta pregunta: ¿Qué es lo más
importante que ha hecho en su vida?". La respuesta me vino a la mente en
el acto, pero no fue la que di, porque las circunstancia no eran las apropiadas.
En la calidad de abogado en la industria de espectáculo, sabia que
los asistentes deseaban escuchar anécdotas sobre mi trabajo con
las celebridades. Pero, he aquí, la verdadera respuesta, la que
surgió de lo más recóndito de mis recuerdos. Lo más
importante que he hecho en la vida tuvo lugar el 8 de Octubre de 1990.
Mi madre cumplía 65 años, y yo había viajado a casa
de mis padres en Massachusetts, para celebrar con la familia.
Comencé el día jugando con un excondiscipulo y amigo
mío, al que no había visto en mucho tiempo, Entre jugada
y jugada conversamos acerca de lo que estaba pasando en la vida de cada
cual. Me contó que su esposa y él acababan de tener un bebé,
y que el pequeño los mantenía en vela todas las noches. Mientras
jugábamos, un coche se acerco haciendo rechinar las llantas y tocando
el claxon con insistencia. Era el padre de mi amigo, que consternado, le
dijo que su bebé había dejado de respirar y lo habían
llevado de urgencia al hospital. En un instante mi amigo subió al
auto y se marcho, dejando tras de sí una nube de polvo. Por un momento
me quede donde estaba, sin acertar a moverme, pero luego trate de pensar
que debía hacer. Seguir a mi amigo al hospital? Mi presencia
allí, me dije, no iba a servir de nada, pues la criatura seguramente
estaría al cuidado de médicos y enfermeras, y nada de lo
que yo hiciera o dijera iba a cambiar las cosas. Brindarle mi apoyo
moral? Bueno, quizás. Pero tanto el cómo su esposa provenían
de familia numerosas y sin duda estarían rodeados de parientes que
le ofrecerían consuelo y el apoyo necesario pasara lo que pasara.
Lo único que haría sería estorbar. Además había
planeado dedicar todo mi tiempo a mi familia, que estaba aguardando mi
regreso. Así decidí reunirme con ellos e ir más tarde
a ver a mi amigo. Al poner en marcha el auto que había rentado,
me percate que mi amigo había dejado su camioneta, con las llaves
puestas, estacionada junto a las canchas. Me vi entonces ante otro
dilema: no podía dejar así el vehículo, pero si lo
cerraba y me llevaba las llaves, ¿Qué iba a hacer con
ellas?. Podía pasar a su casa a dejarlas, pero no tenía a
la mano un papel para escribirle una nota, no podía avisarle
lo que había hecho. Decidí pues ir al hospital y entregarle
las llaves. Cuando llegue, me indicaron en que sala estaban mi amigo
y su esposa, como supuse, el recinto estaba lleno de familiares que
trataban de consolarlos. Entré sin hacer ruido y me quede
junto
a la puerta, tratando de decidir que hacer. No tardo en presentarse
un médico, que se acerco a la pareja y, en voz baja les comunico
que su bebé había fallecido, víctima del síndrome
conocido como muerte en la cuna. Durante, lo que pareció una eternidad,
estuvieron abrazados, llorando, mientras todos los demás los
rodeamos en medio del silencio y el dolor. Cuando se recuperaron un poco,
el médico les pregunto si deseaban estar un momento con su hijo.
Mi amigo y su esposa se pusieron de pie, caminaron resignadamente hacia
la puerta, al verme allí, en un rincón la madre se
acerco, me abrazo y comenzó a llorar. También mi amigo se
refugio en mis brazos.
"Gracias por estar aquí", me dijo.
Durante el resto de la mañana, permanecí sentado en la
sala de urgencias del hospital, viendo a mi amigo y a su esposa sostener
en brazos a su bebé y despedirse de él. Eso es lo más
importante que he hecho en mi vida.
Aquella experiencia me dejo tres enseñanzas:
PRIMERA: Lo más importante que he hecho en la vida, ocurrió cuando no había absolutamente nada que yo pudiera hacer. Nada de lo que aprendí en la universidad, ni los seis años que llevaba ejerciendo mi profesión, me sirvió en tales circunstancias. A dos personas a las que yo estimaba les sobrevino una desgracia, y yo era impotente para remediarla. Lo único que pude hacer fue acompañarlos y esperar el desenlace. Pero estar allí en esos momentos en que alguien me necesitaba era lo principal.
SEGUNDA: Estoy convencido que lo más importante que he hecho
en mi vida estuvo a punto de no ocurrir, debido a las cosas que aprendí
en la Universidad y en mi vida profesional. En la escuela de derecho me
enseñaron a tomar los datos, analizarlos y organizarlos y después
evaluar esta información sin apasionamiento. Esa habilidad es vital
en los abogados.
Cuando la gente acude a nosotros en busca de ayuda, suele estar angustiada
y necesita que su abogado piense con lógica.
Pero al aprender a pensar, casi me olvide de SENTIR.
Hoy, no tengo duda alguna que debí haber subido al coche sin
titubear y seguir a mi amigo al hospital.
TERCERA: Aprendí que la vida puede cambiar en un instante. Intelectualmente, todos sabemos esto, pero creemos que las desdichas les pasan a otros.
Así, hacemos planes y concebimos nuestro futuro como algo tan
real que pareciera que ya ocurrió. Pero, al ubicarnos en la mañana
dejamos de advertir todos los presentes que pasan junto a nosotros, y olvidamos
que perder el empleo, sufrir una enfermedad grave, toparse con un conductor
ebrio y miles de cosas más pueden alterar ese futuro en un abrir
y cerrar de ojos.
En ocasiones a uno le hace falta vivir una tragedia para volver a poner
las cosas en perspectiva. Desde aquel día busque un equilibrio entre
el trabajo y la vida; aprendí que ningún empleo, por gratificante
que sea, compensa el perderse unas vacaciones, romper con la pareja o pasar
un día festivo lejos de la familia. Y aprendí que lo más
importante en la vida no es ganar dinero, ni ascender en la escala social,
ni recibir honores. Lo más importante en la vida es el tiempo que
dedicamos a cultivar una AMISTAD.
ANALISIS
Ayer fue el día más triste de mi vida: enterré
a mi madre. Cuando miré su dulce y adorable cara y su cabello plateado
por el tiempo, me di cuenta que esa sería la última vez que
la vería.
Muchos pensamientos vinieron entonces a mi mente:
Cuando por las tardes o las noches no teníamos quien nos cuidara
a los niños, acudíamos a mi madre porque no queríamos
perdernos la función de cine o la fiesta en casa del amigo. Ella
nunca se negó, jamás nos dijo que tenía otros planes
o yo no quise darme cuenta. En una ocasión me prometí comprar
un boleto extra y llevarla a ver las películas que le gustaban.
Pero nunca compré el boleto. Una vez nos encontramos en la panadería
y vi que su suéter estaba un poco desteñido y viejo, entonces
pensé que debería llevarla al centro y comprarle uno nuevo.
Sabía que, aunque ella lo necesitaba, nunca me lo pediría,
así era ella. Pero siempre tuve otras cosas que hacer y mi madre
siguió con su suéter viejo. Recuerdo su último cumpleaños.
Le mandamos unas azaleas blancas bellísimas con una nota que decía:
"Lamentamos no podere star contigo en esta fecha ,pero con estas flores
te enviamos todo nuestro amor". Esa tarde había un programa de televisión
muy importante y por la noche estábamos invitados a una fiesta.
Y recuerdo la última vez que vi a mi madre viva, fue en la boda
de un primo, se veía más viejecita y cansada.
Entonces pensé en mandarla a unas vacaciones con su hermano
en la costa. Que se asoleara un poco para que no se viera tan pálida.
Pero nunca lo hice, siempre tuve supuestamente cosas más importantes
que hacer. Si yo pudiera regresar las hojas del almanaque, le compraría
todos los suéteres del mundo, la llevaría al cine y pasaría
todos sus cumpleaños a su lado. Si yo pudiera regresar en el tiempo
la mandaría a ver a su hermano y a todos los sitios que quisiera
ir. Pero es muy tarde ya. Ella está en el cielo y yo estoy aquí
enfermo del corazón por todas las oportunidades perdidas. Qué
diferente hubiera sido si hubiera leído antes una carta como ésta.
Un hijo.
El Portero del Botiquín
No había en el pueblo peor oficio que el de portero del
botiquín. Pero ¿qué otra cosa podría hacer
aquel hombre? De hecho, nunca había aprendido a leer ni a escribir,
no tenía ninguna otra actividad ni oficio.
Un día se hizo cargo del botiquín un joven con inquietudes,
creativo y emprendedor. El joven decidió modernizar el negocio.
Hizo cambios y después citó al personal para darle nuevas
instrucciones.
Al portero, le dijo A partir de hoy usted, además de estar en
la puerta, me va a preparar un reporte semanal donde registrará
la cantidad de personas que entran día por día y anotará
sus comentarios y recomendaciones sobre el servicio.
El hombre tembló, nunca le había faltado disposición
al trabajo pero....
- Me encantaría satisfacerlo, señor - balbuceó
- pero yo... yo no sé leer ni escribir.
- ¡Ah! ¡Cuánto lo siento!
- Pero señor, usted no me puede despedir, yo trabajé
en esto toda mi vida.
No lo dejó terminar.
- Mire, yo comprendo, pero no puedo hacer nada por usted. Le
vamos a dar una indemnización para que tenga hasta que encuentre
otra cosa. Así que, lo siento.
Que tenga suerte.
Y sin más, se dio vuelta y se fue.
El hombre sintió que el mundo se derrumbaba. Nunca había
pensado que podría llegar a encontrarse en esa situación.
¿Qué hacer?.
Recordó que en el botiquín, cuando se rompía una
silla o se arruinaba una mesa, él, con un martillo y clavos lograba
hacer un arreglo sencillo y provisorio. Pensó que esta podría
ser una ocupación transitoria hasta conseguir un empleo. El problema
es que sólo contaba con unos clavos oxidados y una tenaza mellada.
Usaría parte del dinero para comprar una caja de herramientas completa.
Como en el pueblo no había una ferretería, debía
viajar dos días en mula para ir al pueblo más cercano a realizar
la compra.
Qué más da? Pensó, y emprendió la marcha.
A su regreso, traía una hermosa y completa caja de herramientas.
De inmediato su vecino llamó a la puerta de su casa.
- Vengo a preguntarle si no tiene un martillo para prestarme.
- Mire, sí, lo acabo de comprar pero lo necesito para trabajar...
como me
quedé sin empleo...
- Bueno, pero yo se lo devolvería mañana bien temprano.
- Está bien.
A la mañana siguiente, como había prometido, el vecino
tocó la puerta.
- Mire, yo todavía necesito el martillo. ¿Por qué
no me lo vende?
- No, yo lo necesito para trabajar y además, la ferretería
está a dos días
de mula.
- Hagamos un trato -dijo el vecino- Yo le pagaré los dos días
de ida y los dos de vuelta, más el precio del martillo, total usted
está sin trabajar.
¿Qué le parece?.
Realmente, esto le daba trabajo por cuatro días... Aceptó.
Volvió a montar su mula. Al regreso, otro vecino lo esperaba
en la puerta
de su casa.
- Hola, vecino. ¿Usted le vendió un martillo a nuestro
amigo?
- Sí...
- Yo necesito unas herramientas, estoy dispuesto a pagarle sus cuatros
días de viaje, más una pequeña ganancia. Yo no dispongo
de tiempo para el viaje.
El ex-portero abrió su caja de herramientas y su vecino eligió
una pinza, un destornillador, un martillo y un cincel. Le pagó
y se fue.
"...No dispongo de cuatro días para compras", recordaba.
Si esto era cierto, mucha gente podría necesitar que él
viajara a traer herramientas. En el siguiente viaje arriesgó un
poco más del dinero trayendo más herramientas que las que
había vendido. De paso, podría ahorrar algún tiempo
de viajes.
La voz empezó a correrse por el barrio y muchos quisieron evitarse
el viaje.
Una vez por semana, el ahora corredor de herramientas viajaba y compraba
lo que necesitaban sus clientes. Alquiló un galpón para almacenar
las herramientas y algunas semanas después, con una vidriera, el
galpón se transformó en la primer ferretería del pueblo.
Todos estaban contentos y compraban en su negocio. Ya no viajaba, los
fabricantes le enviaban sus pedidos. Él era un buen cliente. Con
el tiempo, las comunidades cercanas preferían comprar en su ferretería
y ganar dos días de marcha.
Un día se le ocurrió que su amigo, el tornero, podría
fabricar para él las cabezas de los martillos. Y luego, ¿por
qué no? Las tenazas... y las pinzas... y los cinceles. Y luego fueron
los clavos y los tornillos...
Para no hacer muy largo el cuento, sucedió que en diez años
aquel hombre se transformó con honestidad y trabajo en un millonario
fabricante de herramientas.
Un día decidió donar a su pueblo una escuela. Allí
se enseñaría, además de leer y escribir, las artes
y oficios más prácticos de la época. En el acto de
inauguración de la escuela, el alcalde le entregó las llaves
de la ciudad, lo abrazó y le dijo- Es con gran orgullo y gratitud
que le pedimos nos conceda el honor de poner su firma en la primer
hoja del libro de actas de la nueva escuela.
- El honor sería para mí - dijo el hombre -. Creo que
nada me gustaría más que firmar allí, pero yo
no sé leer ni escribir. Yo soy analfabeto.
- ¿Usted? - dijo el Alcalde, que no alcanzaba a creerlo
-¿Usted construyó unimperio industrial sin saber
leer ni escribir?
Estoy asombrado. Me pregunto, ¿qué hubiera sido de usted
si hubiera sabido leer y escribir?
- Yo se lo puedo contestar - respondió el hombre con calma
-. Si yo hubiera sabido leer y escribir... sería portero
del botiquín!.
Generalmente los cambios son vistos como adversidades.
Las adversidades encierran bendiciones.
Las crisis están llenas de oportunidades.
Cambiar siempre será la opción más segura.
Ahora es el momento...
Mi cuñado abrió el cajón del buró de mi
hermana y levantó un paquete envuelto en papel. "Esto", dijo, "es
un fondo. Es lencería".
Tiró el papel que le envolvía y me pasó el fondo.
Era exquisito; seda y encaje. La etiqueta del precio mostraba una cantidad
astronómica. El dijo: "Jan compró esto la primera vez que
fuimos a Nueva York, hace al menos 8 a 9 años. Nunca lo uso. Lo
estaba guardando para una ocasión especial. Bueno, creo que esta
es la ocasión." Me pidió el fondo y lo pusimos en la cama
junto con la demás ropa que íbamos a llevar a la funeraria.
Sus manos tocaron un momento la seda y cerró de golpe el cajón
y volviéndose hacia mi me dijo: "No guardes nada para una ocasión
especial. Cada día que vives es una ocasión especial".
Recordé esas palabras durante el funeral y los días que
siguieron, cuando lo ayude a él y a mi sobrina a atender todas las
obligaciones tristes que siguen a una muerte inesperada. Pense en ellos
en el vuelo de regreso a California. Pense acerca de todas las cosas que
ella no vio, escuchó o hizo. Pense acerca de las cosas que ella
hizo sin darse cuenta que eran especiales.
Todavía estoy pensando en esas palabras, y han cambiado mi vida.
Ahora estoy leyendo más y limpiando menos. Me siento en el porche
y admiro la vista sin fijarme en las malas hierbas del jardín.
Estoy pasando más tiempo con mi familia y amigos y menos tiempo
en juntas de trabajo, cuando sea posible. La vida debe ser un patrón
de experiencias para disfrutar no para sobrevivir.
Estoy tratando de reconocer estos momentos ahora y disfrutarlos.
Ya no estoy guardando nada; usamos nuestra vajilla de lujo por cualquier
evento especial como bajar una libra, destapar el baño o la primera
flor de la primavera. Uso mi blazer nuevo para ir al super, si me dan ganas.
Mi teoría es que si me veo prospera, puedo gastar 280 pesos en una
bolsa pequeña de despensa sin preocuparme. Ya no guardo mi mejor
perfume para fiestas especiales; los empleados de las tiendas y los cajeros
de los bancos tienen narices que funcionan tan bién como las de
mis amigos en las fiestas. Las frases "algún día" y "Uno
de estos días" van desapareciendo de mi vocabulario. Si vale la
pena verlo, escucharlo o hacerlo lo quiero ver, oír y hacer AHORA.
No estoy segura de lo que hubiera hecho mi hermana si hubiera sabido que
no estaría aquí para el mañana que todos tomamos a
la ligera.
Creo que hubiera llamado a algunos miembros de la familia y amigos
cercanos. A lo mejor hubiera llamado a algunos ex amigos para disculparse
y hacer las paces por posibles enojos del pasado.
Me gusta pensar que hubiera ido a comer comida China, su favorita.
Pero solo estoy pensando, nunca lo sabré.
Son esas cosas pequeñas dejadas sin hacer que me harían
enojar si supiera que mis horas están limitadas. Enojada porque
deje de ver a buenos amigos con los que me iba a poner en contacto "algún
día". Enojada porque no escribí ciertas cartas que intente
escribir "uno de estos días". Enojada y triste porque no les dije
a mi esposo y a mi hija con la suficiente frecuencia cuanto realmente los
amo.
Estoy tratando de no retardar, detener o guardar nada que agregaría
risa y alegría a nuestras vidas. Y cada mañana cuando abro
mis ojos, me digo a mi misma que es especial. Cada día, cada minuto,
cada respiro es un regalo de Dios.
AMAR ES DARLO TODO
El hombre que estaba tras el mostrador, miraba la calle distraídamente.
Una niñita se aproximó al negocio y apretó la
naricita contra el vidrio de la vitrina. Los ojos de color del cielo brillaban
cuando vio un determinado objeto.
Entró en el negocio y pidió para ver el collar de turquesa
azul."Es para mi hermana. ¿Puede hacer un paquete bien bonito?".-dice
ella.
El dueño del negocio miró desconfiado a la niñita
y le preguntó:
¿Cuánto dinero tienes?
Sin dudar, ella sacó del bolsillo de su ropa un pañuelo
todo atadito y fue deshaciendo los nudos.
Los colocó sobre el mostrador y dijo feliz:
"¿Eso da?".
Eran apenas algunas monedas que ella exhibía orgullosa.
"Sabe, quiero dar este regalo a mi hermana mayor. Desde que murió
nuestra madre, ella cuida de nosotros y no tiene tiempo para ella. Es el
cumpleaños de ella y tengo el convencimiento que quedará
feliz con el collar que es del color de sus ojos".
El hombre fue para la trastienda, colocó el collar en un estuche,
lo envolvió con un vistoso papel rojo e hizo un trabajado lazo con
una cinta verde.
"Tome, dijo a la niña. Lleve con cuidado".
Ella salió feliz corriendo y saltando calle abajo.
Aún no acababa el día, cuando una linda joven de
cabellos rubios y maravillosos ojos azules entró en el negocio.
Colocó sobre el mostrador el ya conocido envoltorio deshecho
e indagó:
"¿Este collar fue comprado aquí?
"Si señora".
"¿Y cuánto costó?
"Ah!", - habló el dueño del negocio. "El
precio de cualquier producto de mi tienda es siempre un asunto confidencial
entre el vendedor y el cliente".
La joven continuó:
"Pero mi hermana tenía solamente algunas monedas. El collar
es verdadero,
¿no?
Ella no tendría dinero para pagarlo".
El hombre tomó el estuche, rehizo el envoltorio con extremo
cariño, colocó la cinta y lo devolvió a la joven.
"Ella pagó el precio más alto que cualquier persona puede
pagar.
ELLA DIO TODO LO QUE TENÍA".
El silencio llenó la pequeña tienda y dos lágrimas
rodaron por la faz emocionada de la joven en cuanto sus manos tomaban el
pequeño envoltorio.
La verdadera donación es darse por entero, sin restricciones.
La gratitud de quien ama no coloca límites para los gestos de
ternura.
Sea siempre agradecido pero no espere el reconocimiento de nadie.
Gratitud con amor no sólo reanima a quien recibe, como reconforta
a
quien ofrece. "Piense en eso".
"La vida mejora con cada día que pasa siempre y cuando demuestres
una actitud positiva"
LA LECCION DE LA MARIPOSA
Un día una pequeña abertura apareció en un capullo,
un hombre se sentó y observo por varias horas como la mariposa se
esforzaba para que su cuerpo pasase a través de aquel pequeño
agujero, entonces pareció que ella ya no lograba ningún progreso.
Parecía que ella había ido lo mas lejos que podía
en su intento y no podía avanzar más.
Entonces el hombre decidió ayudar a la mariposa, tomo una tijera
y corto el resto del capullo, por lo cual la mariposa entonces salió
fácilmente.
Pero su cuerpo estaba atrofiado, era pequeño y tenia alas aplastadas.
El hombre continuo observándola porque él esperaba que, en
cualquier momento, las alas de ella se abrirían y se agitarían
para ser capaces de soportar el cuerpo, el que a su vez, iría tomando
forma.
¡Nada ocurrió! En realidad, la mariposa paso
el resto de su vida arrastrándose con un cuerpo deforme y alas atrofiadas.
Ella nunca fue capaz de volar.
Lo que el hombre en su gentileza y voluntad de ayudar no comprendía,
era que el capullo apretado y el esfuerzo necesario para que la mariposa
pasara a través de la pequeña abertura, era el modo por el
cual Dios hacia que el fluido del cuerpo de la mariposa llegara a las alas,
de tal forma que ella estaría pronta para volar una vez que estuviera
libre del capullo.
Algunas veces, el esfuerzo es justamente lo que precisamos en nuestra
vida.
Si Dios nos permitiera pasara a través de nuestras vidas sin
obstáculos, él nos dejaría lisiados. No seriamos tan
fuertes como podríamos haber sido y nunca podríamos volar.
Pedí fuerzas.... y Dios me dio dificultades para hacerme fuerte.
Pedí sabiduría.... y Dios me dio problemas para resolver.
Pedí prosperidad.... y Dios me dio un cerebro y músculos
para trabajar.
Pedí coraje.... y Dios me dio obstáculos que superar.
Pedí Amor.... y Dios me dio personas para ayudar.
Pedí favores.... y Dios me dio oportunidades.
No recibí nada de lo que pedí.... pero recibí
todo lo que precisaba
EL VIEJO PADRE.
EL DIA QUE ESTE VIEJO YA NO SEA EL MISMO:
TEN PACIENCIA Y COMPRÉNDEME.
-CUANDO DERRAME COMIDA SOBRE MI MESA Y OLVIDE COMO ATARME MIS ZAPATOS,
TENME PACIENCIA, RECUERDA LAS HORAS QUE PASE ENSEÑÁNDOTE
A HACER LAS MISMAS COSAS.
-SI CUANDO CONVERSAS CONMIGO, REPITO Y REPITO LAS MISMAS PALABRAS Y
SABES DE SOBRA COMO TERMINA, NO ME INTERRUMPAS Y ESCÚCHAME. CUANDO
ERAS PEQUEÑO PARA QUE TE DURMIERAS TUVE QUE CONTARTE MILES DE VECES
EL MISMO CUENTO HASTA QUE CERRABAS LOS OJITOS.
-CUANDO ESTEMOS REUNIDOS Y SIN QUERER, HAGA MIS NECESIDADES, NO TE
AVERGUENCES Y COMPRENDE QUE NO TENGO LA CULPA DE ELLO, PUES YA NO PUEDO
CONTROLARLAS. PIENSA CUANTAS VECES CUANDO NIÑO TE AYUDE Y ESTUVE
PACIENTEMENTE A TU LADO ESPERANDO A QUE TERMINARAS LO QUE ESTABAS HACIENDO.
-NO ME REPROCHES PORQUE NO QUIERA BAÑARME; NO ME REGAÑES
POR ELLO. RECUERDA LOS MOMENTOS QUE TE PERSEGUI Y LOS MIL PRETEXTOS QUE
TE INVENTABA PARA HACERTE MÁS AGRADABLE TU ASEO.
-CUANDO ME VEAS INUTIL E IGNORANTE FRENTE A TODAS LAS COSAS TECNOLOGICAS
QUE YA NO PODRÈ ENTENDER, TE SUPLICO QUE ME DES TODO EL TIEMPO QUE
SEA NECESARIO PARA NO LASTIMARME CON TU SONRISA BURLONA.
-ACUÉRDATE QUE FUI YO QUIEN TE ENSEÑO TANTAS COSAS. COMER,
VESTIRTE Y COMO ENFRENTAR LA VIDA TAN BIEN COMO LO HACES, SON PRODUCTO
DE MI ESFUERZO Y PERSEVERANCIA.
-CUANDO EN ALGUN MOMENTO, MIENTRAS CONVERSAMOS, ME LLEGUE A OLVIDAR
DE QUE ESTAMOS HABLANDO, DAME TODO EL TIEMPO QUE SEA NECESARIO HASTA QUE
YO RECUERDE, Y SI NO PUEDO HACERLO NO TE IMPACIENTES; TAL VEZ NO
ERA IMPORTANTE LO QUE HABLABA Y LO UNICO QUE QUERIA ERA ESTAR CONTIGO Y
QUE ME ESCUCHARAS EN ESE MOMENTO.
-SI ALGUNA VEZ YA NO QUIERO COMER, NO ME INSISTAS. SÉ CUANTO
PUEDO Y CUANDO NO DEBO. TAMBIEN COMPRENDE QUE CON EL TIEMPO, YA NO TENGO
DIENTES PARA MORDER NI GUSTO PARA SENTIR.
- CUANDO MIS PIERNAS FALLEN POR ESTAR CANSADAS PARA ANDAR........
DAME TU MANO TIERNA PARA APOYARME COMO LO HICE YO CUANDO COMENZASTE A CAMINAR
CON TUS DEBILES PIERNITAS.
- POR ULTIMO, CUANDO ALGUN DIA ME OIGAS DECIR QUE YA NO QUIERO VIVIR
Y SOLO QUIERO MORIR, NO TE ENFADES. ALGUN DIA ENTENDERAS QUE ESTO NO TIENE
VER CON TU CARIÑO O CUANTO TE AME. TRATA DE COMPRENDER QUE YA NO
VIVO SINO QUE SOBREVIVO, Y ESO NO ES VIVIR.
- SIEMPRE QUISE LO MEJOR PARA TI Y HE PREPARADO LOS CAMINOS QUE
HAS DEBIDO RECORRER. PENSA ENTONCES QUE CON ESTE PASO QUE ME ADELANTO A
DAR, ESTARÈ CONSTRUYENDO PARA TI OTRA RUTA EN OTRO TIEMPO, PERO
SIEMPRE CONTIGO.
- NO TE SIENTAS TRISTE, ENOJADO O IMPOTENTE POR VERME ASI. DAME TU
CORAZON, COMPRÉNDEME Y APÓYAME COMO LO HICE CUANDO EMPEZASTE
A VIVIR.
- DE LA MISMA MANERA COMO TE HE ACOMPAÑADO EN TU SENDERO, TE
RUEGO ME ACOMPAÑES A TERMINAR EL MIO. DAME AMOR Y PACIENCIA, QUE
TE DEVOLVERE GRATITUD Y SONRISAS CON EL INMENSO AMOR QUE TENGO POR TI.
AHORA QUE ESTOY VIVO.
PREFIERO QUE COMPARTAS CONMIGO UNOS POCOS MINUTOS
AHORA QUE ESTOY VIVO,
Y NO UNA NOCHE ENTERA CUANDO YO MUERA
PREFIERO QUE ESTRECHES SUAVEMENTE MI MANO
AHORA QUE ESTOY VIVO,
Y NO QUE APOYES TU CUERPO SOBRE MÍ CUANDO YO MUERA
PREFIERO QUE HAGAS UNA SOLA LLAMADA
AHORA QUE ESTOY VIVO,
Y NO QUE EMPRENDAS UN INESPERADO VIAJE CUANDO YO MUERA
PREFIERO QUE ME REGALES UNA SOLA FLOR
AHORA QUE ESTOY VIVO,
Y NO QUE ME ENVIES HERMOSOS RAMOS CUANDO YO MUERA
PREFIERO QUE ELEVES AL CIELO UNA ORACION POR MÍ
AHORA QUE ESTOY VIVO,
Y NO UNA MISA CANTADA Y CELEBRADA CUANDO YO MUERA
PREFIERO QUE ME DIGAS UNAS PALABRAS DE ALIENTO
AHORA QUE ESTOY VIVO,
Y NO UN DESGARRADOR POEMA CUANDO YO MUERA
PREFIERO ESCUCHAR UN SOLO ACORDE DE GUITARRA
AHORA QUE ESTOY VIVO,
Y NO UNA CONMOVEDORA SERENATA CUANDO YO MUERA
PREFIERO QUE ME DEDIQUES UNA LEVE PLEGARIA
AHORA QUE ESTOY VIVO,
Y NO UN POLITICO EPITAFIO CUANDO YO MUERA
PREFIERO DISFRUTAR DE LOS MÁS MINIMOS DETALLES
AHORA QUE ESTOY VIVO,
Y NO DE GRANDES MANIFESTACIONES CUANDO YO MUERA
PREFIERO ESCUCHARTE UN POCO NERVIOSA O NERVIOSO DICIENDO LO QUE
SIENTES POR MÍ
AHORA QUE ESTOY VIVO,
Y NO UN GRAN LAMENTO PORQUE NO LO DIJISTE A TIEMPO
.
Y AHORA ESTOY MUERO.
APROVECHEMOS A NUESTROS SERES QUERIDOS, AHORA QUE ESTAN ENTRE NOSOTROS
VALOREMOS A LOS QUE ESTAN A NUESTRO ALREDEDOR.