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El
primer club del trueque se fundó en Bernal, a principios de 1995. Se juntaron
23 personas en un garaje para intercambiar lo que habían llevado. La experiencia
dio buen resultado y decidieron repetir el encuentro. A fin de año ya
eran 60.
El club creció tanto que tuvieron que mudarse a La Bernalesa, una fábrica
abandonada. Allí todavía funciona uno de los clubes más grandes.
Hoy existen 4.500 clubes de truque en todo el país, en los que participan
más de 2 millones y medio de personas.
En la Capital se abrieron 75 clubes en los últimos 6 meses. Se
calcula que cada día se suman 5.000 nuevos socios.
La moneda oficial es el "ticket trueque", que se usa para pagar prácticamente
cualquier producto o servicio. Desde tomates y tortas hasta alquileres,
viajes, electrodomésticos, autos usados y hasta terrenos.
Los primeros "ticket trueque" fueron impresos por la gente de La Bernalesa.
En vez de ilustrarlos con próceres nacionales optaron por la imagen de
un ombú. Hay de 0,50 hasta de 50 "créditos". Todos los billetes tienen
un número de serie único.
Los primeros que empezaron con el trueque intuyeron desde un comienzo
la problemática evolución de la situación económica y social.
Al principio todos se conocían las caras, pero en 1997 ya eran más de
2.000 personas. Por eso decidieron organizar el funcionamiento de los
clubes para que más personas pudieran participar.
Cada "prosumidor" ofrece un producto o servicio al valor que él considere
justo. Los "créditos" que recibe a cambio los utiliza para adquirir lo
que necesita.
Arboles por próceres
Los billetes de La Bernalesa son los más aceptados en los clubes de la
Red Global del Trueque (la organización que los nuclea). Es la moneda
oficial que se acepta en Rosario, Capital o San Martín de los Andes. Pero
también surgieron "monedas regionales". Su aceptación depende de la buena
voluntad del prosumidor.
Una de las características del fenómeno es el perfil autogestionado y
solidario. El artículo segundo de la Declaración de Principios de la Red
Global de Trueque es claro:
"No buscamos promover artículos o servicios, sino ayudarnos mutuamente
a alcanzar un sentido de vida superior, mediante el trabajo, la comprensión
y el intercambio justo".
Clarin,
Domingo 3 de marzo de 2002
Una
alternativa para enfrentar la crisis
Mientras
en la economía mundial se registra el avance de las denominadas "monedas
globales" —como el dólar, el euro y el yen— que tienden a "concentrar"
todas las operaciones comerciales, en la Argentina se asiste a un proceso
inverso, dado por un fuerte retroceso de la moneda de curso legal y un
avance exponencial del trueque y de los medios de pago alternativos.
La caída de la producción, la baja del consumo y la recesión récord que
azotan desde hace casi cuatro años a la economía local alentaron la aparición
de diversos mecanismos de sustitución del dinero real. Ese fenómeno
alcanzó tanto a los gobiernos, como a los agentes privados.
Casi al mismo tiempo en que en los barrios y pueblos del interior empezaron
a crecer los "clubes del trueque", con la implementación de sus propios
sistemas de vales, las autoridades provinciales salieron a cubrir sus
baches con la emisión de distintos bonos y títulos.
En la actualidad circulan más de una decena de papeles provinciales, a
los cuales se ha sumado en el último semestre del año pasado la "cuasimoneda"
lanzada por el Gobierno nacional: el bono Lecop.
Si bien para la teoría económica la reaparición del trueque implica un
retroceso hacia una "forma de intercambio elemental e informal", la realidad
muestra que para miles de personas resulta la única alternativa
para enfrentar la crisis y poder cubrir sus necesidades básicas.
La magnitud de la crisis económica y los cuestionamientos al sistema político
que se registran en la actualidad prenuncian que, lejos de ser una experiencia
pasajera, la modalidad impuesta por el trueque y las "monedas paralelas"
seguirá creciendo hasta límites que por ahora nadie se atreve a
mensurar.
Clarin,
Jueves
14 de febrero de 2002
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