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El
sol comienza a bajar en el Bajo Flores. Y a pesar del calor y el almanaque,
que marca febrero, el patio de la escuela municipal del barrio está más
lleno que nunca. No hay chicos jugando a la pelota ni nenas saltando a
la soga: hay 2.000 adultos tratando de sobrevivir a la crisis. ¿Cómo?
Intercambiando tortas por sandalias, matambres por guardapolvos o empanadas
por pantalones. Pero la oferta y la demanda no se limita a ropa y comida.
También se cambian créditos por un viaje en remís, una clase de inglés,
un arreglo de muelas o un trabajo de plomería.
Este asunto del Club del Trueque —que el 1° de mayo va a cumplir siete
años en el país— no es ninguna novedad. Todos los argentinos conocen cómo
funciona y 2.500.000 participan activamente en el sistema. Lo que sí es
nuevo es su inserción en la economía formal. Es que de a poco, con los
créditos de esta moneda la gente puede comprarse un terreno, construir
una casa, alquilar un departamento, darse el gusto con un auto, irse de
vacaciones o hasta pagar impuestos municipales. Y los dueños de las Pymes
(pequeñas y medianas empresas) pueden pagar sueldos e insumos.
Otra gestión que está en tratativas es la de comenzar a emitir estos pequeños
billetes amarillos y verdes en la Casa de la Moneda. "Hasta ahora eso
se está haciendo en una imprenta, pero hay tal demanda que necesitamos
que el sistema sea más profesionalizado y seguro", explicó a Clarín Horacio
Covas, docente, químico y uno de los socios fundadores del Club del Trueque.
Covas aseguró que están circulando 50 millones de "Ticket Trueque" y que
diariamente se transfieren unos 250.000 billetes a nuevos socios, a razón
de 50 por cada uno. ¿Qué quiere decir esto? Que cada día se suman 5.000
personas al sistema. Sólo en los últimos 6 meses se abrieron 75 clubes
en la Capital Federal, ya hay 4.500 en todo el país, y las proyecciones
dicen que a fin de año habrá siete millones de argentinos participando
en el sistema.
Todas la personas pueden formar parte del Club del Trueque, siempre y
cuando tenga algún producto o servicio que ofrecer. Para empezar, es necesario
asistir a algunas reuniones informativas para conocer las reglas del sistema.
Y listo. Para más datos: llamar a la sede central del Club; se llama La
Bernalesa, era una fábrica y está en Quilmes. Los teléfonos son: 4252-1256/9909.
"Es que los beneficios son infinitos", asegura Covas. Y da algunos ejemplos:
"Tenemos un área de emprendimientos para comprar terrenos y construir
viviendas; manejamos un corralón social para comprar materiales de construcción;
estamos haciendo gestiones para cancelar tasas municipales en Quilmes
y Avellaneda; en el Partido de la Costa se aceptan los créditos en muchos
comercios y en Formosa ya es la moneda más fuerte".
Vecinos de Chacabuco, en el centro-oeste bonaerense, comenzaron a cancelar
sus deudas municipales con Ticket Trueque. A cambio, el municipio usará
esos créditos para mantener programas de empleo y promover planes sociales
para desocupados. Aquí van otros ejemplos:
UN CAMPO EN SAN LUIS. La operación se hizo
ante el escribano Felipe Aviani en la localidad de Concarán, a 150 kilómetros
de San Luis Capital. Se presentaron los compradores de Buenos Aires y
los vendedores, de la empresa Aromater SA, que explotaban un campo de
500 hectáreas (Establecimiento Don Francisco), ubicado en la Ruta 1, y
donde se producen hierbas aromáticas y dulces. Los compradores pagaron
la propiedad —valuada en 270.000 pesos— con Ticket Trueque. "Me sorprendió
la operación, pero como las dos partes ya estaban de acuerdo, hice el
acta y las escrituras correspondientes", dijo Aviani a Clarín. Los nuevos
dueños van a constituir una nueva sociedad que se dedicará a la explotación
comercial del establecimiento.
MEDICOS DE MENDOZA. Muchos médicos del departamento
General Alvear, 320 kilómetros al sur de la capital mendocina, ya reciben
créditos de clubes del trueque. El presidente de la Federación Médica
de la zona, Juan Carlos Martínez, dijo a Clarín que el fenómeno se está
extendiendo: "Ya reciben los vales un 30 por ciento de los médicos de
Alvear". Todos son afiliados a la Federación Médica. Los pacientes pagan
entre 12 y 14 créditos por visita.
"La decisión de los médicos facilita que la gente tenga una opción más
para acceder a la medicina privada. En general, los profesionales canjean
los créditos por servicios o por elementos que se negocian habitualmente
en los clubes", dijo Martínez.
TURISMO EN BARILOCHE. En la Patagonia el
trueque pisa fuerte. Uno de los ejemplos es Río Colorado. En esta localidad
rionegrina de 12 mil habitantes, un tercio de los vecinos es socio de
algún nodo del club del trueque. Y en la Región de los Lagos existe el
trueque turístico. Uno de los lugares en los que más se da es Junín de
los Andes. Hasta allí llegan miembros de la Red Norpatagónica del Trueque,
que se extiende por Río Negro y Neuquén. A esas ferias asisten socios
que ofrecen servicios turísticos y otros que llevan productos alimenticios
típicos de la cocina regional.
En este trueque turístico abundan productos del Alto Valle de Río Negro,
como bocaditos de manzana, y servicios como guías de pesca deportiva en
ríos y lagos, y alojamientos en hosterías o cámpings. Así, hay artesanías
y productos regionales como yogures, quesos de cabra, cerveza casera,
truchas ahumadas, dulces de frambuesas y otras frutas finas. Y también
ofertas de comida y alojamiento en lugares como Esquel, El Bolsón, Bariloche,
Junín o San Martín de los Andes. De esta forma pueden tomarse vacaciones
muchas familias que no podrían hacerlo de otro modo.
AUTOS EN CORDOBA. Ya hay 23.700 familias
asociadas a alguno de los 95 clubes de trueque que funcionan en esta provincia.
Mariana Baldau, una contactóloga de 35 años que integra la Red Solidaria
de Trueque, dijo que "muchos de nuestros asociados sobrellevan más del
60 por ciento de su economía con este sistema". Más allá de las tradicionales
"compras", hay quienes alcanzaron el sueño del autito propio. Baldau recordó
que en una reunión alguien salió a bordo de un viejo Gordini: "No era
una joya, pero funcionaba".
Hay gente como Rafael, un mecánico, que recoge despojos de autos deshauciados,
los repara y los pone a la "venta" en los clubes barriales. Otro que se
las ingenió para "industrializar" el servicio que ofrecía a cambio de
trueques fue Antonio, que fabricó un molino. Su artefacto le permite moler
soja y producir leche, harina y los derivados, como milanesas y pan.
En los clubes sueñan con pagar los impuestos en especies y servicios,
y cuentan con el aval de una concejal del Frepaso, María Eugenia Taquela.
"Es la única que piensa que esto es viable, especialmente cuando unifiquemos
los créditos de los clubes y hagamos una moneda única, algo que lograríamos
en marzo", dijo Mariana.
ALQUILERES EN ROSARIO. "El trueque no es
una salida mágica. Es producir y trabajar para conseguir una casa, comida,
ropa", dice Gladys Martínez, de 40 años. Y como Gladys, que pilotea la
Red de Trueque Solidaria, "producen y trabajan" 40 mil personas en la
región: 25 mil en Rosario y el resto desde Wheelright (en el sur santafesino),
hasta Gálvez, en el centro.
Unas 400 ferias se hacen por semana. En el Parque España de Rosario, los
sábados, se arma la más grande: 8.000 personas van desde las 4 de la mañana
hasta el mediodía. Y se suman otros escenarios: vecinales, centros comunitarios,
clubes, salones. Mariela Merlat, de Barrancas, consiguió un Fiat 125 por
500 créditos. Javier Martínez, un plomero, alquiló una casa por 120 créditos
más 80 pesos mensuales. Los créditos surgen de su oficio y de su mujer,
que amasa scones. También consigue carne, verdura, pescado.
Un cordobés, días atrás, llegó desde su provincia para vivir en Rosario.
Trocó el alquiler de un departamento en esta ciudad por otro de una casa
en Córdoba. El valor del crédito es amplio. En Villa Gobernador Gálvez
sirve para cubrir servicios médicos de emergencia; en Coronda, Gálvez
y Barrancas, para atención médica en clínicas. Y en Rosario hay un proyecto
en el Concejo: pagar tasas municipales con créditos.
De
boca en boca En el
mundo del trueque la información es vital. Y hay muchos caminos para ofrecer
los productos o servicios. Ponerlos sobre una mesa es sólo una posibilidad.
También hay carteleras con papelitos donde los socios anuncian lo suyo.
"Necesito tejas españolas en buen estado", anotó alguien en la sede de
Los Andes. "Andá al nodo de Burzaco", lo orientaron con tinta de lapicera.
Los gestos de camaradería abundan en las colas, donde el tiempo se aprovecha
con el boca a boca. Un socio sabe, por ejemplo, que en una gomería aceptan
créditos. Y lo difunde.
Además, existen programas radiales sobre el trueque. Y circulan revistas-
guía con oportunidades.
Clarin,
Jueves 14 de febrero de 2002
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