A lo largo de la historia han sido muchos y muy
variados los sistemas que los inversores han desarrollado en su afán
de intentar anticipar la evolución futura de las cotizaciones, desde
relacionar el largo de las faldas con la evolución futura de la
bolsa, hasta la teoría de la opinión contraria, que defiende operar
al contrario de cómo la hace la mayoría de inversores, es decir
comprar cuando todos venden y viceversa.
Pues bien, de todos
estos sistemas son dos los más populares, por un lado el Análisis
Fundamental y por otro el Análisis Técnico. El
primero de estos análisis se basa en el estudio de toda la
información disponible que puede afectar a una empresa. El analista
fundamental trataría por lo tanto de predecir la evolución futura de
factores como tipos de interés, inflación, volumen de
ventas, la competencia empresarial, etc. y la influencia que
tendrán en la cuenta de resultados de una empresa, y en base a
estudios adicionales recomienda comprar o no un valor. Por su
parte el análisis técnico defiende la imposibilidad de estudiar toda
la información que puede afectar a una empresa y sus posibles
consecuencias en la evolución futura de sus beneficios. Así pues, el
análisis técnico lo que hace es estudiar el mercado en si mismo en
lugar de los factores que le pueden afectar. Desde este punto de
vista, lo que un analista técnico hace es estudiar el grafico de la
cotización de una empresa, índice, divisa, etc., basándose en tres
hechos principalmente:
1º- Toda la información que
posee el conjunto de inversores y que influye en su toma de
decisiones, se ve reflejada en el precio. Por lo tanto si el
precio recoge toda la información, positiva o negativa, estudiando
la gráfica del mismo se pueden extraer conclusiones acerca de su
evolución futura.
2º- Los precios se mueven por
tendencias. Así pues si conseguimos identificar una tendencia
que está vigente o que se esta agotando, podremos operar a favor del
movimiento que seguirá a continuación.
3º- En el gráfico de
la cotización de un valor, se dibujan una serie de figuras o
formaciones que anticipan la evolución de la
cotización. Es decir, cuando el gráfico de la cotización de
Telefónica dibuja un triángulo ascendente, sabemos que esa
figura anticipa subidas importantes en los precios de sus acciones.
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