PLANIFICACION (A)

Profesor: Ludwig Vera

 

 
Foro Nº 2: Elementos de la Regionalización y la Influencia de la Planificación.
SubTema: Centralización.
Forista: Ing. Yenny González

 

 

 La centralización y el despotismo nacieron el mismo día, y con ella, la miseria y la ignorancia de las multitudes”. Murillo Toro.

 

Entendemos la revolución regional como el cambio de las estruc­turas económicas, sociales y políticas, que se han constituido por el desarrollo capitalista centralizado de un país.

 

Partimos señalando que‑ el carácter estructural de la cuestión regional, tiene dos características: 1) Una infraestructura física espacialmente ubicada de difícil traslado, compuesta por ciudades, vías de comunicación, minas, puertos, fabricas, energía y población aglomerada alrededor de dicha infraestructura; 2) Patrón de crecimiento y funcionamiento de la economía cuyo cambio sólo es posible en base a las grandes decisiones políticas en el plano de la producción, propiedad, regulación estatal, distribución, es decir del poder económico y político.


Este proceso hace posible la transferencia de recursos humanos, y financieros del interior a la Capital. Es la centralización de los flujos económicos, de los excedentes mineros, agropecuarios, pesqueros; centralización estatal, de casi todos los impuestos.


Los efectos de la centralización de los flujos económicos son dobles: 1) Disminución de la posibilidad de inversión en las Regiones donde se generan los excedentes; 2) Centralización de las decisiones de asignación a inversión de ingresos y excedentes cuyo criterio es la rentabilidad mayor con el menor riesgo posible.


Frente a esta situación la Regionalización y descentralización del país es una respuesta que ataca todos esos frentes descritos y que requiere ser asumida como una propuesta de transformación de la sociedad, siempre y cuando se diseñe una estrategia que la conduzca a ella, que permita en primer lugar que no fracases que no sea un simple reacomodo de un desarrollo capitalista descentralizado que reproduzca en las Regiones la crisis cíclica del capitalismo; y, en segundo lugar, que establezca las bases de un nuevo desarrollo largo y sostenido que transforme las estructuras hacia un nuevo tipo de sociedad. Ello implica asumir una alternativa programática que conduzca el proceso de Regionalización hacia los objetivos de una nueva estructura económica, o sea una estrategia de desarrollo regional autónoma a integrada. En otras palabras una nueva estrategia de poder político y económico.


Cuales son las características de esta estrategia de desarrollo regional‑autónomo a integrado? Significa, en primer lugar, romper con el modelo de acumulación de capital nacional regional y con el patrón de crecimiento primario exportador semi industrial que ha caracterizado las economías en latinoamerica.


Este patrón de crecimiento primario exportador semi industrial dependiente (PESID), deja de lado el desarrollo de las fuerzas productivas internas de un país y produce un falso desarrollo industrial en tanto se hace sobre la base de tecnología a insumos industriales importados. Al crecer la economía necesita mayores reservas en dólares, lo que al agotarse produce una crisis en la balanza de pagos ocasionando todos los «desequilibrios» que caracterizan las cíclicas de la economía. Por otro lado, el modelo primario exportador esta sujeto a los precios internacionales y a la división internacional de trabajo. Al cambiar esta división internacional y los precios por la necesidad de la economía capitalista internacional nuevamente repercute en la balanza de pagos con las consecuencias antes señaladas.


Una estrategia de desarrollo regional autónoma significa romper con el PESID estableciendo un nuevo patrón de crecimiento a partir de las Regiones. La propuesta es el desarrollo de un patrón de crecimiento exportador, no primario, agroindustrial autónomo que permita generar varios circuitos internos regionales integrados y complementarios entre ellos, de acumulación de capital que posibilite la reinversión y el crecimiento regional nacional.


Como puede observarse, no se trata de establecer un desarrollo autárquico en las Regiones, muy por el contrario, implica las interrelaciones económicas de las Regiones, la maximización de las ventajas comparativas regionales que permitan un intercambio ventajoso interregional dentro de una propuesta de desarrollo nacional‑regional a partir de las Regiones.


En este sentido, se trata de priorizar el desarrollo agroindustrial en las Regiones, la especialización y complementariedad productiva, una división del trabajo interregional, el use intensivo de la mano de obra, insumos nacionales y tecnología intermedia, ello hasta donde sea posible. Es decir, un desarrollo industrial basado en los propios recursos de las Regiones y de sus fuerzas productivas.


Esta propuesta implica replantear la concepción de desarrollo regional y los esquemas clásicos de planificación del desarrollo. La reorientación del tipo de desarrollo productivo en las Regiones es un problema de poder, puesto que significa en primer lugar enfrentarse con los intereses económicos tradicionales que han manejado los países; las propuestas en curso de los nuevos sectores económicos que han surgido en estas últimas décadas y en general de las propias tendencias centralistas. A nivel de cada Región en esta primera etapa del proceso ha comenzado a constituirse lamentablemente una nueva trama de intereses que puede poner en riesgo la viabilidad de cualquier alternativa de transformación.


En ese sentido, una estrategia de desarrollo regional autónoma, necesita ser concertada a nivel del área productiva con aquellos sectores que estén de acuerdo con ellos y puedan establecer la dinámica económica regional. Ello tiene su base en los productores directos en cada Región, su organización y potenciación, evitando la concentración de la producción en pocos agentes, estableciendo una política empresarial del Estado que privilegie la empresa mixta para atraer el capital privado en condiciones favorables para el manejo de las empresas, todo esto dentro del programa de desarrollo regional para garantizar la producción y productividad; apoyar económica y financieramente a las organizaciones de productores en cooperativas, formas asociativas diversas y autogestionarias. Por ello, se señala que esto debe estar inscrito en mecanismos de socialización de la producción que significa la libre organización de los productores directos a fin de que los excedentes beneficien a las amplias mayorías.


Los objetivos de esta estrategia son: incrementar el empleo y la distribución del ingreso, satisfacer las necesidades básicas de la población regional y local, crear un mercado interno autónomo y planificado regionalmente, fomentar la autoorganización de los productores y la dirección de la producción, distribución y consumo regional.


Una estrategia de desarrollo regional autónomo tiene dos componentes; uno político y otro económico. No se puede desarrollar un nuevo patrón de crecimiento regional agroindustrializado, exportador no primario, ni cumplir con los objetivos de esta estrategia sino existe la voluntad política y la organización del poder regional para hacerlo factible.

 

A nivel regional el poder político se concentra en las Asambleas Regionales y en los Consejos Regionales de cada país. Son estos mecanismos de Gobierno que deben ser perfeccionados para hacerlo avanzar hacia una mayor participación de la población a fin de fortalecer el poder en estas instancias. Ello implica desarrollar la democracia directa de los trabajadores en la Región que impida la constitución de una burocracia política estatal a nivel de Gobierno Regional como clase política dominante; en segundo lugar, a nivel de las asambleas regionales la relación con los productores debe ser directa en sus diversos niveles que permita la capacidad de concertar, diseñar y acordar el patrón de crecimiento regional propuesto.


De igual manera, esta debe ser la tendencia política que debe operarse en cada una de las subregiones en los Consejos Subregionales y a nivel local, con el fin de tener una base social lo más amplia y democrática posible para resistir a los intereses económicos y políticos del centralismo.


Sin voluntad política, sin fortalecimiento y ampliación del poder político‑regional no es posible una estrategia en la esfera económica. Sobre esta base es posible constituir un nuevo poder regional‑nacional capaz de garantizar la transformación de las estructuras sociales, económicas y políticas que han producido centralismo en todo este siglo y posibilitar la construcción de una sociedad con justicia social y libertad.

 

Enlaces Relacionados:

 

http://idelilustra.blogspot.com/2005/01/anlisis-regionalizacin-y-desarrollo.html

 

http://www.sogeocol.com.co/documentos/reg_adtivas.pdf

 

http://www.sogeocol.com.co/documentos/reg_adtivas.pdf