Revista del CLAD Reforma y Democracia
No. 8 Julio 1997

 

Gerald E. Caiden

La democracia y la corrupción

Se define en términos generales el fenómeno de la corrupción en los sistemas democráticos, y se comentan las distintas formas de corrupción que afligen a las democracias. Se destaca la internacionalización de la corrupción, se señala la incapacidad de las democracias para protegerse de algunos de sus efectos más graves, y se discuten las perspectivas para el futuro.

La corrupción, en todas sus formas, se opone a los mecanismos que ofrece la democracia para superar las secuelas indeseables del pasado, corroe, socava y contradice todos los elementos democráticos.

La corrupción es la manifestación del particularismo, de los privilegios, de la explotación de los débiles y de los indefensos. Los beneficios que reporta la corrupción son inmerecidos, injustos e inmorales, derivados del abuso de confianza y de faltas a la responsabilidad pública.

Las fuerzas democráticas y las fuerzas de la corrupción se enfrentan en toda sociedad. Cuando domina la corrupción, ella se transforma en una forma de vida, quedando los instrumentos democráticos como meras fachadas. Por el contrario, cuando reina la disposición democrática, la corrupción es severamente castigada. En un extremo se encuentran las narcodemocracias y en el otro se ubican las pequeñas democracias de Islandia, Escandinavia y Nueva Zelanda. Entre ambos extremos se aprecian todas las combinaciones, y el límite entre democracia y corrupción se desplaza sin cesar en uno u otro sentido.

En una primera parte del documento se definen los rasgos de lo que universalmente podría convenirse en designar como corrupción en los sistemas democráticos. Se descartan así la mayoría de las abominaciones de las autocracias, aun cuando también las democracias las cometen, en particular contra otros. Por su parte, los regímenes autoritarios pueden estar exentos de corrupción, aunque esta situación es bastante improbable.

En una segunda parte se ilustran las distintas formas de corrupción que afligen a las democracias. A los países más conocidos como dominados por la corrupción, se agregan en la actualidad otros en los cuales se han descubierto hechos que ponen en tela de juicio la probidad de sus gobernantes y obligan a reflexionar en profundidad sobre los mecanismos de este flagelo y sobre la gravedad de sus implicaciones.

En una tercera parte se destaca la internacionalización de la corrupción, y la incapacidad de las democracias para protegerse de influencias tales como la erosión de la función pública, la subordinación del interés público a los intereses privados, la infiltración del delito organizado en prácticamente todos los aspectos de la vida pública. Al igual que los países corruptos del Tercer Mundo compiten para recibir asistencia e inversiones, también existen organismos internacionales y nacionales corruptos que buscan nuevos mercados, recursos y canales de influencia.

Se concluye que a menos que los países democráticos logren liberarse de este flagelo, se encontrarán dificultades innecesarias para la superación de numerosos desafíos que se tienen planteados en las actuales circunstancias. De mantenerse el predominio de la corrupción, se pone en peligro la convivencia social y la vigencia de la democracia.




Pedro Medellín Torres

Inestabilidad, incertidumbre y autonomía restringida : elementos para una teoría de la estructuración de políticas públicas en países de baja autonomía gubernativa

Se presenta un nuevo modelo interpretativo de las políticas públicas en países con problemas de territorialidad e institucionalización del orden, que reducen los márgenes de autonomía de los gobiernos para estructurar sus políticas. Se discuten las implicaciones del modelo a partir de estudios de casos, y se formulan sugerencias para futuras investigaciones.

La noción de autonomía se remite al campo de lo orgánico, y se define como la capacidad que un agente tiene para determinar lo que es relevante, y sobre todo, lo que es indiferente. La autonomía de un gobierno disminuye cuando se encuentra reducida su capacidad para convertir sus intenciones en acciones gubernativas. El modelo interpretativo que se presenta en este trabajo aborda el tema desde la perspectiva del régimen político. Se analizan las situaciones en las que los problemas originados por conflictos de políticas no son coyunturales, sino la expresión estable y permanente de las luchas por el control territorial e institucional.

En una primera parte del documento se examinan los elementos conceptuales que dan cuenta del significado de las políticas públicas. A este respecto se consideran dos conceptos esenciales: la estructuración de las políticas y el régimen político. El primero hace referencia al proceso mediante el cual un gobernante busca que sus ideas se proyecten en su gestión de gobierno. El segundo se entiende como el conjunto de normas estables y permanentes que determinan las formas a través de las cuales se organiza y se ejerce el poder político.

En una segunda parte se abordan los problemas de la relación entre los regímenes políticos y la estructuración de las políticas, considerando los problemas de territorialidad y de institucionalización del orden como preponderantes en la diferenciación de los regímenes políticos. Sobre esta base, se identifican los distintos niveles de relación orgánica que se construyen entre el Estado y la sociedad, los problemas de inestabilidad estatal y gubernativa, y los distintos niveles de autonomía que corresponden a cada tipo de régimen político.

La tercera parte del documento estudia los elementos que determinan los procesos de estructuración de las políticas para un régimen político. La estructuración de las políticas públicas aparece determinada por los siguientes factores: 1) la manera en que los gobernantes disponen de los recursos y las prácticas culturales de gobierno par obtener los resultados deseados; 2) el grado en que la distribución del poder se distorsiona en la dimensión burocrática; y 3) el grado en que las relaciones gubernamentales se constituyen o no en una correa de transmisión de las decisiones y acciones de gobernantes y gobernados.

En su parte final, el documento expone el modelo básico con el que se propone una primera aproximación para explicar y comprender los procesos de estructuración de las políticas en países que, como Colombia, tienen muy bajo grado de autonomía gubernativa para traducir sus ideas en acciones de gobierno. Se concluye que el abordaje de los procesos de estructuración de las políticas desde la perspectiva del régimen político abre una veta importante para nuevos estudios en la materia.




Ricardo Combellas

Proceso constituyente y reforma del Estado en América Latina

Se examinan los retos que confrontan los procesos constituyentes en América Latina y se discuten sus implicaciones más relevantes para la reforma del Estado. Se destaca la importancia del fortalecimiento de la capacidad para gobernar, sobre la base del establecimiento de una nueva relación del Estado con la sociedad civil, en el marco de la profundización del sistema democrático.

La experiencia latinoamericana de los últimos decenios ha tenido como corolario positivo la valoración del Estado de Derecho como principio cardinal del orden democrático. En este contexto, los procesos constituyentes en la región tienen un hecho unificador en la crisis del populismo y del Estado, que ha tenido como consecuencia el resquebrajamiento de las relaciones entre éste y la sociedad civil.

El reordenamiento de las relaciones Estado-sociedad civil ha traído aparejado un deterioro de los partidos políticos y la pérdida de su representatividad, lo que afecta significativamente el proceso constituyente. La tendencia a llenar el vacío dejado por los partidos políticos mediante la personalización excesiva del poder es preocupante, por lo que la reinvención de los partidos políticos constituye un desafío prioritario.

Los procesos constituyentes latinoamericanos se involucran directamente con la reforma de las ramas del Poder Público, tanto en lo que se refiere a la división horizontal como a la división vertical o federativa de poderes. En este sentido, es preciso reconceptualizar una serie de importantes aspectos en el sistema de gobierno, entre los cuales se destaca el tema del presidencialismo latinoamericano, la responsabilidad del Congreso y la reforma de la rama judicial, siendo esta última el aspecto de mayor urgencia en la renovación institucional.

La modernización de la administración pública constituye una dimensión sobresaliente de la reforma del Estado. Las demandas crecientes de participación, las propuestas de descentralización de la gestión de gobierno y el fortalecimiento de la integración nacional, son aspectos que inciden de manera decisiva en términos de la gobernabilidad, entendida como desarrollo de la capacidad para gobernar.

Se concluye que los desafíos que confrontan los procesos constituyentes latinoamericanos son vastos, al igual que sus implicaciones para la reforma del Estado, en función de la meta de mejorar la capacidad de gobernar. A este respecto, se considera que independientemente de otras variables, la gobernabilidad alude de manera particular a la capacidad de respuesta de las instituciones gubernamentales frente a las demandas y aspiraciones de la sociedad civil.

La dinámica social exige cambios de fondo, que implican el compromiso inteligente de los gobernantes y de los miembros de la clase política. Si los cambios se logran en paz, con decisión y firmeza en un clima de respeto de la metodología democrática, sus alcances serán mayores, y las heridas que inevitablemente se infringen serán mucho más fáciles de curar. En caso contrario, el estigma de la violencia y sus deletéreos efectos volverán a hacer sentir en la región latinoamericana.




Bernardo Kliksberg

Repensando el Estado para el desarrollo social; más allá de convencionalismos y dogmas

Los datos recientes de las Naciones Unidas, del Banco Mundial, el BID, y otros organismos internacionales indican un fin de siglo pleno en problemas sociales difíciles en gran parte del mundo en desarrollo. Severos déficits nutricionales, carencias agudas en campos básicos como alimentación, salud, educación, agua potable, vivienda, pronunciados problemas de desocupación, afectan a vastas poblaciones. Se observa el fracaso de modelos teóricos que prometían soluciones a estos problemas como la llamada "teoría de derrame". Como consecuencia de todo ello se ha abierto a nivel internacional un nuevo debate sobre cómo alcanzar el desarrollo. El mismo se plantea nuevas direcciones de pensamiento y acción. Entre ellas, se están profundizando las complejas relaciones entre crecimiento económico y desarrollo social. Entre otros aspectos el nuevo debate destaca que sin un desarrollo social relevante, no existen las bases para un desarrollo económico sostenido.

Hay asimismo una revalorización del capital humano y el capital social. Estudios del Banco Mundial les atribuyen el 64 por ciento de la tasa del desarrollo de los países. Se demuestra que estaban equivocados quienes postulaban que la inequidad en la distribución de los ingresos contribuiría a la acumulación y al crecimiento. Sucede lo contrario, los países que han mejorado su equidad como los del sudeste asiático crecen mejor, mientras que los que la han empeorado como América Latina, la región más desigual del mundo, tienen graves dificultades por ello. Se observa también que quienes han invertido sistemáticamente en universalizar educación y salud de buena calidad han tenido mejores resultados macroeconómicos. En este marco está en activa discusión cuál debe ser el rol del Estado frente a la problemática social. Se perfila un Estado "catalizador" que movilice a las fuerzas de la sociedad civil para en conjunto llevar adelante políticas nacionales de inversión extendida en capital humano y capital social y de mejora de la equidad. ¿Cómo rediseñar el Estado para estos nuevos roles? La gerencia eficiente de políticas y programas sociales es un campo con problemas muy particulares que se diferencian fuertemente de los propios del "business administration" o del "public administration" tradicional.

Hace falta emplear en el rediseño un enfoque de "gerencia social". Está vinculado entre otros aspectos a construir redes interorganizacionales, descentralizar, establecer modelos participativos

activos, utilizar modelos de gerencia adaptativa, nuevas técnicas de monitoreo, evaluación y control social, y la construcción de alianzas sociales estratégicas que apoyen la acción por lo social.

Hay importantes experiencias exitosas que indican las potencialidades de una gerencia social de excelencia. Entre ellas casos como el Grameen Bank en Asia, Villa El Salvador en el Perú, el Presupuesto Municipal participativo en Porto Alegre, Brasil, y otros. Emplear ideas gerenciales avanzadas desde un enfoque de gerencia social puede mejorar altamente la eficiencia en el campo social.

Hay una ebullición de nuevas ideas en relación al desarrollo frente al fracaso del "sentido común convencional" como lo llama el economista jefe del Banco Mundial Joseph Stiglitz. Se procura en este trabajo enfrentar dogmas y convencionalismos muy de boga en los últimos años, sobre desarrollo, rol del Estado, y reforma del Estado en lo social, y aportar elementos para un debate renovado.




Peter B. Boorsma

La gerencia pública moderna en la teoría y en la práctica : especial referencia a los Países Bajos

Se examinan los cambios ocurridos en el proceso de elaboración del presupuesto público, en la perspectiva de la Gerencia Pública Moderna (Modern Public Management - MPM). Al respecto, se reseñan los aportes de la teoría principal - agente (PA), se analiza un modelo del proceso presupuestario utilizado en las principales municipalidades holandesas, y se discuten sus alcances.

El sector público en numerosos países desarrollados ha sufrido cambios profundos en los años ochenta. En la mayor parte de los casos, las fuerzas que promovieron estos cambios surgieron en las exigencias presupuestarias, y se orientaron a la búsqueda de una mayor racionalidad, eficiencia y eficacia en la gestión pública, así como hacia la adopción de un modelo gerencial más similar al utilizado en el sector empresarial.

En la teoría económica neoclásica, se supone que los agentes actúan con una capacidad perfecta para prever situaciones de futuro y disponiendo de un conocimiento perfecto de los productos y de las condiciones para las transacciones comerciales. La Nueva Economía Institucional (NIE) rechazó estos supuestos, introdujo el concepto de incertidumbre y desarrolló un nuevo cuerpo de conocimientos, en el que se basa la teoría principal - agente.

De acuerdo con esta teoría, en toda gestión se distinguen las posiciones de principal y de agente. El principal establece las metas de la organización y asigna al agente un presupuesto para el cumplimiento de las mismas. Por su parte, el agente tiene el poder que le otorga el conocimiento acerca de cómo desempeñarse para alcanzar las metas. Uno de los problemas que se plantea en esta situación es que no siempre las metas del agente y del principal coinciden, lo que va a generar las denominadas pérdidas de la agencia. Para disminuir estas pérdidas, el principal puede incrementar el control o establecer incentivos positivos o negativos para motivar determinados comportamiento del agente.

En las principales municipalidades de los Países Bajos se adoptó un modelo de presupuesto que se aparta del presupuesto tradicional de insumos y se orienta hacia la formulación de un presupuesto de resultado, también denominado presupuesto de contrato. En este modelo, se presume el establecimiento de un contrato entre un principal, que puede ser la municipalidad y un agente, que puede ser la gerencia pública, en el que se fija de manera flexible el margen de autonomía en el que puede manejarse el agente para la toma de decisiones en áreas como personal, información, organización y finanzas.

La evaluación del presupuesto por productos presenta problemas particulares en el caso de las organizaciones de servicios, por la dificultad para medir objetivamente los productos resultantes del desempeño de la organización. Esto hace que en ciertas ocasiones sea preferible estimar las actividades realizadas, que pueden reflejar indirectamente los productos resultantes, o el impacto que tienen estas actividades sobre la población, como es el caso de las medidas implementadas en el área de la salud o de la educación. En todo caso, es recomendable la flexibilidad para la adopción de un modelo de presupuesto, procurando que de la práctica surjan los datos que permitan combinar los mejores aspectos de cada modelo, para alcanzar óptimos resultados.




René Villarreal

El reencuentro del mercado y el Estado con la sociedad : hacia una economía participativa de mercado

Se comenta la crisis de los paradigmas teóricos-económicos y se señala la persistencia de problemas en el nuevo capitalismo posmoderno, y se plantean los fundamentos y alcances de la ola neoliberal. Se propone un enfoque integral de la economía, en el que se define un nuevo papel para el Estado, la acción promotora del gobierno y la intervención solidaria de la sociedad.

El capitalismo posmoderno, en los umbrales del siglo XXI, muestra una nueva organización que lo diferencia del capitalismo moderno de los años sesenta, y que condujo a una crisis de los paradigmas teóricos de la economía. Las principales características del capitalismo posmoderno son la globalización, la interdependencia y la incertidumbre. Estas nuevas características son a la vez causa y efecto de los cambios estructurales y de las transformaciones en la organización y operación del propio sistema capitalista.

Las crisis de los paradigmas teóricos de la economía no son excepcionales, por lo que no inédito no es la recurrencia de dichas crisis. Lo que tiene de extraordinario y de preocupante la crisis actual es que de ella no ha surgido una revolución científica que pueda generar un nuevo paradigma que replantee al papel del Estado y su relación con la sociedad y el mercado, que enfrente los viejos problemas del capitalismo en un mundo de economías globalizadas e interdependientes, en un contexto de incertidumbre.

Ante la crisis del viejo paradigma, en lugar de que surgieran ideas nuevas, se retomaron las ideas del liberalismo económico clásico, con un nuevo ropaje. Regresar a las teorías y propuestas económicas del liberalismo del siglo XIX para resolver los problemas de finales del siglo XX es una incongruencia. Este tipo de incongruencia se ejemplifica claramente al hacer un ejercicio de comparación de los principios básicos de la doctrina económica del liberalismo clásico con los del neoliberalismo.

La ola neoliberal no llegó a constituirse como un paradigma o como una alternativa al modelo de desarrollo anterior, permaneciendo en América Latina como la "Política de las Tres DES" (desprotección, desestatización, desregulación) y en el retorno a la mano invisible del libre mercado y al Estado mínimo. Esta propuesta neoliberal no permitió un crecimiento sostenido con empleo y bienestar social, y no se convirtió en una opción válida para el desarrollo de los países de la región.

La construcción de un nuevo enfoque integral de desarrollo, desde la perspectiva de la economía política internacional requiere, entre otros, de los siguientes aspectos fundamentales: eliminar los mitos que llevan a plantear falsos dilemas y opciones irreconciliables; retomar la importancia del papel del mercado, pero reconocer los límites, alcances y fallas de la "mano invisible" para alcanzar un desarrollo integral y por lo tanto aceptar la necesidad de "echarle una mano a la mano invisible"; retornar a los principios básicos que se derivan de la teoría y de la experiencia histórica, redefiniendo el papel del Estado, la acción promotora del gobierno y la intervención solidaria de la sociedad; y definir estrategias y políticas activas de inserción a los bloques regionales y a la economía global.




Daniel R. García Delgado

La reforma del Estado en la Argentina : de la hiperinflación al desempleo estructural

Se describen dos etapas sucesivas en la reforma del Estado en la Argentina, la primera iniciada a comienzos de 1990 en una situación hiperinflacionaria, y la segunda, anunciada a mediados de 1996, que representa una profundización del modelo neoliberal. Se formula un balance de logros y carencias de la primera etapa y se discuten orientaciones y posibles consecuencias de la segunda.

La reforma del Estado en la Argentina tiene dos etapas claramente diferenciadas, aunque ambas se inscriben en el marco de la presidencia de Menem. La primera está asociada al Plan de Convertibilidad y a la figura del Ministro Cavallo. Se trató de una reforma estructural que a comienzos de 1990, en una situación hiperinflacionaria, involucró la estabilización del tipo de cambio, la privatización de las principales empresas públicas y la desregulación y la apertura de la economía bajo el paradigma del Estado "mínimo".

La segunda etapa de la reforma ha sido anunciada a mediados del presente año, y si bien guarda continuidad con el Plan de Convertibilidad, se orienta a extender el ajuste al conjunto de las provincias y a llevar a cabo una importante reforma laboral, lo que significa la profundización de las reformas estructurales y del modelo neoliberal. Esta etapa se desarrolla en un marco socio-político particular, marcado por el desempleo estructural y un mayor disenso.

El proceso reformista en su conjunto muestra la incorporación de los principios y orientaciones del capitalismo postfordista y globalizado, que junto con avances en la racionalidad de la administración pública y la profesionalización en las políticas sociales, deja al Estado cada vez con menos capacidades para responder a las demandas sociales y para gestionar el bien común. Se trataría de una autonomización de las políticas económicas, que genera una escisión y una tensión creciente entre las dimensiones económica, política y social.

La solución de esta situación requiere de una propuesta que no represente una profundización del modelo sino una reorientación del mismo, con la reintroducción de la cuestión de la equidad en el corazón de la elaboración macroeconómica. Una concepción de equidad social está vinculada a la política fiscal, de ingresos y de empleo, a un esfuerzo más compartido por los distintos sectores de la sociedad, y a una mayor transparencia, en contra de la corrupción y la evasión impositiva.

Esta reorientación necesitaría la elaboración de por lo menos cuatro nuevos contratos. En primer lugar, con el sistema político, dado que sin una adecuada concertación con el sistema de partidos, ninguna reorientación del modelo sería viable. En segundo término, con el nuevo establishment local, para lograr mayor convergencia entre equidad y eficacia, y mayor conciliación entre los intereses de la economía virtual y la real. En tercer lugar, sería preciso establecer nuevos vínculos con los organismos internacionales de crédito como el FMI y el Banco Mundial. Finalmente, se destaca la importancia de la elaboración de un nuevo contrato con la sociedad civil, para recuperar credibilidad de la política sobre la base de un contrato que posicione al Estado como guardián de la estabilidad social.




Ignacio Pérez Salgado

El papel de la cooperación técnica internacional en el proceso de modernización del Estado y de la gestión pública

Los esfuerzos dedicados a aumentar la eficiencia y eficacia del Estado, modernizar sus estructuras y poner especial atención a las demandas de los ciudadanos fue y es una genuina preocupación de los países en desarrollo, que aparece al término de la Segunda Guerra Mundial. Este hecho marca, en nuestra opinión, el inicio de programas de cooperación técnica.

La cooperación técnica internacional fue iniciada por las Naciones Unidas, a través de la División de Administración Pública (DAP) después conocida como División de Administración para el Desarrollo (DAD) y el Gobierno de Estados Unidos, primero a través de Administración de Cooperación Internacional (ICA) y después a través de la Agencia para el Desarrollo Internacional del Gobierno de los Estados Unidos (USAID). Las Fundaciones Ford y Rockefeller y la Organización de Estados Americanos (OEA) también estaban comprometidas en este esfuerzo. Los gobiernos de Francia y Gran Bretaña proveyeron cooperación técnica en administración pública a sus colonias originales, pero también a países latinoamericanos. El Banco Mundial inició un esfuerzo sistemático en este campo en 1980, y el Banco Interamericano de Desarrollo cooperó en este emprendimiento. En 1988, el PNUD estableció el Programa de Gerencia para el Desarrollo (Management Development Programme-MDP). En los ochentas la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) inició un importante programa en el campo de la administración pública principalmente en América Latina.

Los enfoques utilizados por la cooperación técnica internacional pueden ser clasificados en dos grandes categorías: sectoriales y globales. En la primera categoría hemos identificado los siguientes enfoques: a) mejora de la eficiencia o productividad, b) reforma presupuestaria, c) modernización de la maquinaria administrativa, y d) profesionalización del servicio civil. En la segunda categoría, podemos identificar los siguientes enfoques: a) reformas administrativas globales, b) diseño institucional, y c) reforma del Estado.

Estos enfoques no fueron necesariamente el resultado de una determinada estrategia destinada a mejorar la gerencia del sector público. Ellos apenas respondieron a situaciones tales como: a) las demandas específicas de los países que solicitaban la asistencia, b) la experiencia y formación académica de los expertos que se reclutaban para la implementación de los proyectos, c) el desarrollo de la disciplina de la administración pública en el país o región que solicitaba la cooperación técnica, d) la filosofía del país o agencia que proporcionaba la cooperación, y e) la necesidad de ensayar nuevos enfoques, cuando los utilizados habían fracasado.

La reforma del Estado es abordada en nuestros días desde una perspectiva global: evitando los enfoques sectoriales, superando la dicotomía política-administración y considerando los conceptos de política pública y administración pública. Esto en respuesta a los nuevos desafíos que el Estado está enfrentando en los países en desarrollo: a) la necesidad de asegurar la gobernabilidad, b) el nuevo rol jugado por el sector privado en el desarrollo económico, y c) la necesidad de tener un Estado fuerte e innovador representando y satisfaciendo las necesidades y aspiraciones de los ciudadanos.

Es difícil analizar en términos cuantitativos y hasta cualitativos el impacto de la cooperación técnica en el mejoramiento de la administración del sector público en los países en desarrollo. Esto se debe principalmente al incipiente grado de la investigación en esos países. Sin embargo, quisiéramos resaltar dos significativos logros de la cooperación técnica: a) el desarrollo de una conciencia colectiva acerca de la importancia de tener una eficaz y eficiente maquinaria administrativa, y b) el mejoramiento del estado del arte, a través de diferentes programas de investigación y capacitación, que han contribuido a superar la debilidad de las universidades en el campo de la administración pública.