"Estoy
agradecido y feliz", dijo el príncipe en sus primeras declaraciones públicas
después del nacimiento de su primera hija, segunda en la cadena sucesoria
al trono. "Todos los días nacen bebés, pero para nosotros es el más lindo
del mundo," explicó un enternecido Guillermo Alejandro en una breve conferencia
de prensa. En sus brazos tenía a la nena, una recién nacida con los ojitos
cerrados, envuelta en finos paños blancos. "Es suave como una nube", comentó.
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