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El
nacimiento de Catharina Amalia —más allá de alegrar hasta el cielo a mamá
Máxima, a papá Guillermo Alejandro y a todos los holandeses— también asegura
la continuidad en el trono de los Orange-Nassau. La chiquita, con la cara
redonda y rubia como su padre, podría sucederlo en la corona holandesa
dentro de unos cuarenta años.
Se calcula que la reina Beatriz abdicará en favor de su hijo, el príncipe
Guillermo Alejandro, cerca del 2010. En el 2040 será el turno de Catharina
Amalia, quien continuará una larga tradición de matriarcado en los Países
Bajos. Las mujeres gobernaron este país de comerciantes, puertos, puentes
levadizos y molinos por más de cien años.
Primero fue la reina Emma (desde 1890 hasta 1898), luego Guillermina (desde
1898 hasta 1948) y también la reina Juliana (1948 hasta 1980).
Los nombres que Máxima y Guillermo Alejandro eligieron para su hija tiene
que ver con esta tradición. En el árbol genealógico de los Orange-Nassau figuran
entre otras Amalia de Sajonia-Weimar (1830-1872) y Catharina-Amalia de Solms-Laubach,
esposa del príncipe Federico Enrique (1584-1647). Beatriz y Carmen son respectivamente
las abuelas paterna y materna de la nena. Victoria es un nombre que a los
flamantes padres les pareció lindo como broche de oro.
Clarin,
Miércoles 10 de diciembre de 2003
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