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Distendidos,
con jeans, gruesas camperas contra el frio y hasta unos exclusivos lentes
de sol para proteger los ojos de la pequeña princesita del reflejo
de la nieve, la pareja dejo de lado el formal protocolo para gozar de unas
vacaciones familiares.
"Ya no tenemos noches despreocupadas. Ya nunca estamos los dos a solas.
A cada momento piensas que ha entrado alguien en tu vida de quien eres cien
por ciento responsable. Pero es una epoca muy feliz" confeso Guillermo.
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