Epilepsia.
BOLETIN Nº 1
BOLETIN PREPARADO POR LA DRA. ANN HUNT EN DICIEMBRE DE
1980.
La epilepsia no es una enfermedad, es un síntoma, igual que
una presión sanguínea elevada. Trescientas mil personas
en Gran Bretaña padecen crisis epilépticas. Se estima
que el 80% de las personas con Esclerosis Tuberosa tendrán
epilepsias en algún momento de su vida.
EPILEPSIA viene del término griego "estar poseído".
Para la opinión pública se asocia a las convulsiones
generalizadas del gran mal, pero la palabra abarca todo tipo de
crisis, tanto grandes como pequeñas. En la epilepsia existe
una alteración de la actividad eléctrica normal de las
células nerviosas del cerebro, con brotes súbitos de
energía excesiva. Se trata de una crisis o convulsión y
entre ellas el cerebro funciona normalmente. A veces, la actividad
eléctrica excesiva se limita a una parte del cerebro, o foco
epiléptico y sólo una actividad controlada por esa
parte del cerebro se ve afectada en una crisis parcial. Cuando la
actividad se extiende a todo el cerebro el paciente experimenta una
crisis generalizada. Esas crisis generalizadas pueden iniciarse sin
un punto de partida local y esos ataques primarios incluyen la crisis
de gran mal y de petit mal.
CRISIS GENERALIZADAS
Las ausencias de petit mal son breves pérdidas de
conciencia, súbitas, que duran por término medio de 5 a
15 segundos. El niño no se cae ni muestra movimientos
anormales musculares. El niño no es consciente tal vez
más que de un ligero lapso de tiempo, pero puede afectar a su
concentración en la escuela. La hiperventilación
(respiración jadeante ) puede inducir un ataque. El petit mal
es más común en niños que en adultos. Las crisis
mioclónicas son movimientos espasmódicos
súbitos, como sacudidas de un músculo o grupo de
músculos. Entre ellos cabe citar una sacudida
mioclónica de los hombros o de los músculos del tronco,
haciendo que el cuerpo se incline (crisis de Salaam). Los ataques
atónicos-aquinéticos o de caída se producen
cuando el tono muscular se pierde bruscamente y se da una
caída violenta. Estas crisis de caída pueden durar
menos de un segundo pero cabe la posibilidad de que el niño se
hiera la frente, labios, dientes o barbilla. Crisis clónica
significa con movimientos de sacudida, mientras que tónica
quiere decir que cursa con rigidez o contracción muscular, de
modo que "atónico" significa "sin tono" o rigidez, de
aquí las crisis de caída. Esas " crisis de caída
" y sacudidas mioclónicas se ven a menudo en niños con
E.T. una vez que han cesado los espasmos infantiles.
El término epilepsia mioclónica cubre una amplia
gama de crisis, desde las atónico-aquinética a las
tónico-clónicas generalizadas, pasando por las
sacudidas mioclónicas y los ataques breves tónicos de
rigidez, a menudo en sueño. Se puede observar "ataxia " o
inseguridad en la estación de pie y en la marcha que puede
coexistir con las crisis mioclónicas. Los espasmos infantiles
son la forma más precoz de epilepsia generalizada y suelen
empezar entre los 5, y los 6 meses de edad. Cursan con una estructura
EEG muy desorganizada conocida como Hipsarrítmia. En muchos
niños con E.T. constituye el primer síntoma y pasa
desapercibido algún tiempo porque los espasmos se parecen a
los cólicos. Los espasmos son una contracción
súbita de los músculos, como en las crisis
mioclónicas, con una inclinación de cuello y tronco -
crisis de "salaam" - doblando brazos y piernas hacia adelante o
separándolas a la vez -. Cada ataque dura quizá un
segundo, pero pueden repetirse muchas veces en una sucesión
rápida. Al principio los ataques no son frecuentes pero luego
sí pueden llegar a serlo. Es corriente oír un grito o
chillido después de cada ataque y el bebé puede estar
irritable entre ataque y ataque.
Gran mal o crisis tónoco-clónicas son crisis mayores
que pueden producirse sin previo aviso o ir precedidas de un "aura".
Se da una súbita pérdida de conciencia y si el paciente
está de pie, puede caerse al suelo. La fase tónica
rígida va seguida de una fase clónica de sacudidas
rápidas. En la fase tónica cesa la respiración,
los músculos torácicos se vuelven rígidos y la
cara puede ponerse azul-cianosis. En la fase clónica la
respiración es ruidosa y espasmódica y disminuye la
cianosis. Los movimientos convulsivos se desvanecen y el cuerpo queda
flojo. Tras una crisis larga puede sobrevenir un sueño
profundo, seguido de una jaqueca o de debilidad y confusión.
Puede observarse también lenguaje alterado, vómitos y
parálisis o ataxia temporales. Durante una crisis de gran mal,
la persona debe ser colocada de lado para que la saliva pueda escapar
de la boca y no se asfixie si vomita. Deben apartarse los objetos y
muebles para evitar que se lastime durante las sacudidas.
El status epilépticos es una crisis continuada de
carácter muy grave o crisis repetidas sin recobrar la
conciencia entre ellas. Es una emergencia médica y es preciso
contactar con un médico transcurridos 10 minutos del comienzo
de la crisis. Una crisis de ese tipo puede producir daño
cerebral y poner incluso en peligro la vida y el riesgo es aun mayor
en un niño pequeño. Esas crisis pueden darse en
niños con E.T. cuando tienen fiebre alta. En caso de que el
niño esté enfermo, debe dársele paracetamol para
bajar la fiebre y reducir la posibilidad de que las convulsiones
febriles provoquen un ataque de ese tipo. Si éste llegara a
producirse, el médico puede cortarlo con una inyección
intravenosa de Valium. Otra forma de administrar el valium es
vía rectal y los padres están aprendiendo ahora ese
método y deben tenerlo siempre a mano en casa por si surge una
emergencia.
También existen supositorios de Valium. En el caso de que
su hijo haya sido víctima de esas crisis largas y repetidas,
tenga siempre en casa Valium.
CRISIS PARCIALES
Son las crisis que parecen empezar en una zona del cerebro y no
extenderse necesariamente a todo el cerebro o afectar a los
hemisferios. Según el punto en que se encuentre el foco
epiléptico pueden aparecer diferentes síntomas y esas
crisis se denominan crisis focales. Un tipo común de crisis
parcial en los niños es la crisis versiva. Se producirá
un giro de los ojos y de la cabeza y una rotación del cuerpo
en dirección opuesta al punto del foco. Se da generalmente una
pérdida gradual de conciencia y el niño puede caerse.
No existen sacudidas clónicas y se recupera enseguida la
conciencia. En otra forma de crisis parcial no se pierde la
conciencia, el niño puede oír y comprender, pero no
hablar. En las crisis Jacksonianas habrá movimientos
clónicos en un miembro, que pueden convertirse luego en
sacudidas de todo el cuerpo, perdiéndose entonces la
conciencia, pero si no, se mantiene la conciencia. Existe un ataque
equivalente que afecta a los sentidos, con una sensación de
pinchazos de agujas u hormigueo en un miembro y la sensación
pueden también extenderse al resto del cuerpo. La epilepsia
del lóbulo temporal es una forma compleja de crisis parcial
que padecen a menudo los enfermos de E.T. El lóbulo temporal
es la parte del cerebro que conecta las sensaciones presentes y
pasadas, del mundo exterior al cuerpo y del interior de éste,
permitiendo que las experiencias presentes, como el olfato o el
gusto, se comparen con las experiencias pasadas y queden integradas
con las emociones y estados de ánimos en la sensación
de " ser".
Cuando la epilepsia afecta al lóbulo temporal, pueden
experimentarse ilusiones sensoriales o alucinaciones o alteraciones
del estado de ánimo. Pueden existir sentimientos de miedo o
extrañeza en el "aura", sensación de " dejà vu
", de " haber estado allí antes ", olores y sabores
extraños, voces y música o escenas y personas del
pasado de una persona. Pueden darse alteraciones de lenguaje y
pronunciarse palabras sin sentido y totalmente inadecuadas. Pueden
producirse "ausencias" y movimientos automáticos,
mecánicos que se ajustan a las mismas pautas en cada crisis.
Las ausencias del lóbulo temporal duran más que la del
" petit mal " con una duración superior a los 30 segundos y a
veces varios minutos. La conciencia vuelve lentamente y no suele
hacerlo de forma abrupta. Si hay movimientos físicos,
así como sensaciones o epilepsia psicomotora, pueden
reconocerse esas crisis. Cuando sólo se dan sensaciones o
conductas automáticas, las crisis quizá sean
difíciles de reconocer, en especial en un niño
discapacitado que no habla. Entre las formas inusuales de epilepsia
cabe mencionar la risa incontrolada cuando coexiste alguna otra
modalidad de la actividad epiléptica, pero también
puede darse la risa en la fase posterior a la crisis o fase "
post-ictal ". Se han descrito también epilepsias de llanto o
de correr.
INVESTIGACIONES
E.E.G. El electroencefalograma es un registro de la actividad
eléctrica del cerebro obtenido a partir de electrodos
colocados en el cuero cabelludo. La actividad epiléptica
muestra un trazado desorganizado de las ondas cerebrales y crisis
como los espasmos infantiles y el petit mal tienen una estructura
característica.
RAYOS X DEL CRANEO. Las lesiones de la E.T. se calcifican ( la
calcificación entraña el depósito de sales de
calcio en los tejidos ) y puede verse en las placas de rayos x del
cráneo. Estas calcificaciones faltan a menudo en los
bebés y niños pequeños, pero aumentan con la
edad. Una radiografía de cráneo puede mostrar si los
ventrículos (cavidades del cerebro que contienen el
líquido cefalorraquídeo, L C R ) están dilatados
o más aumen- tados de lo que cabría esperar y esas
dilataciones se ven a menudo en los pacientes de E.T.
TOMOGRAFIA AXIAL COMPUTALIZADA ( TAC, TC, SCAN) Es una
técnica que combina radiografías seriadas del cerebro a
diferentes niveles con un ordenador y, con esta técnica, se
ponen de manifiesto claramente las lesiones de la E.T.. Para ello es
preciso que el paciente se esté quieto 20 minutos . Por ese
motivo quizá sea necesario un anestésico para los
niños hiperactivos. En algunos servicios se utilizan la T.A.C.
para las exploraciones de rutina y el diagnóstico de la E.T.,
así como para el consejo genético. En la E.T., una zona
común de lesiones son los ventrículos del cerebro y los
nódulos a veces empiezan a bloquear la circulación del
LCR, produciéndose una hidrocefalia. En el TAC pueden verse
también otras lesiones ocupantes de espacio y se emplea para
el diágnostico de tumores. Los síntomas de hidrocefalia
o de la presencia de tumores cerebrales son el dolor de cabeza, un
cambio espectacular de la actividad epiléptica, visión
borrosa, irritabilidad y vómitos en ausencia de enfermedad.
Mediante un oftalmoscopio, el médico puede detectar una
hidrocefalia con facilidad mirando el fondo de ojos.
Escrito por Ann Hunt, Diciembre 1980, para la
TSA.
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