Boletín nº 2
Fármacos antiepilépticos y
efectos secundarios
Versión revisada, septiembre de
1992
Más del 80 % de los pacientes de E.T. padecerán
epilepsia.
La epilepsia de la E.T. puede ser muy difícil de controlar
y las crisis pueden cambiar su forma de presentación con el
tiempo. Muchas personas tendrán que tomar permanentemente
fármacos antiepilépticos y a menudo, una
combinación de fármacos que sirvan para combinar sus
crisis, bien en su totalidad o bien en parte. Muchos pacientes de
E.T. tratados con medicación antiepiléptica
tendrán un retraso mental, de forma que es importante que sus
padres y cuidadores conozcan los efectos secundarios que puedan
producir a largo plazo estos fármacos.
Afortunadamente, los efectos secundarios de los fármacos
más recientes, como el valproato sódico y la
carbamacepina, que muchos toman hoy, son menores que los efectos
secundarios de fármacos más antiguos. A veces puede
afectarse la conducta y tanto un retraimiento excesivo como una
irritabilidad desmesurada, por ejemplo, se han " curado " cambiando
la medicación antiepiléptica. En este caso
también, algunos de los " anticonvulsionantes " más
habitualmente usados, pueden actuar como convulsionantes si se toman
en dosis tóxicas y sería demasiado fácil, en
caso de epilepsia intratable, suponer que un aumento de la dosis
controlará los síntomas. Los padres deben pedir por
tanto, que se controle el nivel en sangre de los fármacos que
toman sus hijos, si sospechan que la medicación puede estar
agravando el problema en vez de estar curándolo. Este dato no
reviste especial importancia en las personas que tomas
fenitoína.
La mayoría de los médicos piensan ahora que, de ser
posible, sólo debe administrarse un fármaco para
controlar las crisis epilépticas. Cuando se añaden
más fármacos, éstos tienen tendencia a
interactuar entre sí. Por ejemplo, en algunas personas, el
valproato sódico(DEPAKINE ), si se toma con clonazepám
( RIVOTRIL ) eleva el nivel de clonazepám en sangre,
ocasionando una sedación excesiva. Esto ocurre también,
en menor medida, con el valproato sódico y otras
benzodiacepinas - nitrazepán (MOGADON ), diazepám
( VALIUM ) o clobazám ( CLARMYL, NOIAFREN ) o con el
fenobarbital. La fenitoína ( EPANUTIN ), en especial tiene un
rango muy reducido entre la dosis " terapéutica " ( eficaz ) y
la dosis " tóxica ", superior, por lo que debe ser controlada.
Además de los niveles en sangre, ahora se pueden verificar los
niveles de algunos fármacos en saliva y quizá esa
vía sea preferible en un niño hiperactivo con un
déficit mental. Un efecto adverso de la utilización a
largo plazo de esos fármacos puede ser la hipercalcemia o
incluso la osteomalasia
( raquitismo ), ocasionada por el déficit de vitamina D. Se
ha escrito que los niños con E.T. parecen ser más
vulnerables a esos efectos que otros niños epilépticos.
En algunos casos, los niños se han fracturado huesos con
facilidad al caer o les ha resultado trabajoso caminar debido a la
debilidad de sus huesos. Este cuadro desaparece cuando de controla y
se trata el déficit de vitamina D. Para las personas
inmovilizadas puede ser bastante útil controlar anualmente los
niveles de vitamina D. Los fármacos que más
frecuentemente provocan un déficit de vitamina D son el
fenobarbital, la primidona (MYSOLINE ), y la fenitoína. Estos
fármacos pueden interactuar también con las
píldoras anticonceptivas, de forma que se necesiten
píldoras con niveles de hormonas más altos.
A medida que el niño va creciendo, las crisis van
evolucionando y es importante no continuar el tratamiento para un
determinado tipo de crisis cuando el niño las ha superado y
necesita una medicación diferente. Esto ocurre, por ejemplo,
con los espasmos infantiles que se han tratado en los primeros meses
de vida con nitrazepám o clonazepám durante muchos
años, después del momento en que cesaron los espasmos y
el niño está experimentando otra forma de epilepsia
mioclónica. Las benzodiacepinas tienen propiedades sedantes y
pueden producir fatiga, mareos, somnolencia y ataxia (inestabilidad
en la posición de pie o al andar). Dosis altas pueden
interferir en el desarrollo del niño y a los padres les
corresponde determinar si prefieren un control total de las crisis o
un niño más despabilado.
Por último, el efecto de los fármacos varía
mucho en función de los pacientes y no se ha encontrado
ningún fármaco que sea universalmente eficaz en
niños con E.T. Algunos están bien controlados por un
fármaco que les ocasiona graves problemas a otras personas y
viceversa. Al leer los prospectos de las medicinas, recuerden que la
mayoría de los niños no desarrollan los efectos
secundarios. Cada persona reacciona diferente a un fármaco,
así que se trata de mantener los ojos abiertos para el caso de
que surjan problemas. Intenten establecer una buena relación
de trabajo con el médico de su hijo. Recuerden que Uds. son
los mejores abogados de su hijo.
FARMACOS ANTIEPILEPTICOS MAS COMUNMENTE UTILIZADOS Y EFECTOS
ADVERSOS CONOCIDOS.
CORTICOSTEROIDES ( ACTH, PREDNISONA ): Se utilizan principalmente
para los espasmos infantiles. También pueden usarse para otro
tipo de crisis rebeldes, pero en cualquier caso se administran bajo
estricto control médico. Su utilización debe ser a
corto plazo, porque tiene riesgo de provocar complicaciones
física a largo plazo. Deben retirarse de forma gradual.
BENZODIACEPINAS: Entre ellas están el clobazám
(NOIAFREN, CLARMYL ), el clonazepám ( RIVOTRIL ),
diazepám ( VALIUM ) y el nitrazepám ( MOGADON ). Se
trata de fármacos " seguros ", en el sentido de que no es
posible morir de una sobredosis y que algunos de ellos se recetan
mucho, no como antiepilépticos, sino para problemas de
ansiedad o de sueño.
Sin embargo, los estudios sobre el uso de benzodiacepinas como
tranquilizantes ( VALIUM ) o somníferos (MOGADON) han
permitido descubrir que crean dependencia y que hay que tener mucho
cuidado a la hora de retirarlos. La retirada debe ser gradual y
más bien a lo largo de varios meses y no varios días,
ya que existe el riesgo del efecto " rebote " (aumento del
síntoma para el que se estaba tomando esta medicina ). Este
puede presentarse incluso en pacientes que sólo han tomado la
medicación pocas semanas. Las personas con problemas renales
tienen más probabilidades de padecer los efectos adversos.
Entre las consecuencias de una retirada demasiado brusca cabe citar
aumento de las crisis, ataques de pánico, alucinaciones,
ataques de rabia e insomnio.
CLOBAZAM ( NOIAFREN, CLARMYL ): Necesitan recetas especiales, que
especifiquen que se van a usar en el tratamiento de la epilepsia. Se
suelen utilizar en combinación con otros fármacos
epilépticos.
CLONAZEPAM ( RIVOTRIL ): Se ha empleado en varios tipos de
epilepsia, en especial, en espasmos infantiles, epilepsias
mioclónicas y ausencias ( petit mal ). Puede tener efectos
sedantes en niños pequeños, que se evitarán
mediante la introducción gradual del fármaco. Puede
producir también hipersecreción salivar y bronquial
(babeo y balsas). Otros efectos indeseables son la ataxia y el
cansancio, por lo que puede retrasar el desarrollo de un niño
pequeño hasta que el organismo se habitúe al
fármaco. Se han documentado en niños que padecen E.T.,
tratados con clonazepám, irritabilidad aguda,
excitación, agresividad e hiperactividad.
DIAZEPAM ( VALIUM ): Se trata de un fármaco muy útil
para crisis prolongadas y muchos padres tienen en casa. STESOLID " en
microenemas para administrarlo por vía rectal si su hijo es
propenso a " status epilépticos ". Conviene reservarlos para
situaciones de emergencia.
NITRAZEPAM ( MOGADON ): Se utiliza para inducir el sueño y
como fármaco antiepiléptico para tratar los espasmos
infantiles. Sus efectos secundarios son similares a los del
clonazepám. También produce fácilmente
adicción y hay que tener mucho cuidado a la hora de retirarlo.
CARBAMACEPINA ( TEGRETOL ): Se emplea para las crisis
tónico-clónicas generalizadas ( gran mal ) y para todas
las crisis parciales, incluidas las del lóbulo temporal. No
tiene efecto, o muy escaso, en otro tipo de crisis. Las dosis deben
incrementarse gradualmente para evitar los efectos adversos. Entre
ellos hay que mencionar las náuseas, vómitos, jaquecas,
visión doble, mala coordinación y somnolencia, que
pueden darse también a dosis muy altas. El efecto más
frecuente es una erupción cutánea que de saparece al
retirar el fármaco. La modalidad de liberación lenta
TEGRETOL RETARD produce unos niveles en sangre más uniformes.
XCARBAMACEPINA es un derivado de la carbamacepina. Como es
más sencilla, desde el punto de vista metabólico su uso
puede producir menos complicaciones.
ETOSUXIMIDA ( ZARONTIL ): Se usa para ausencias de petit mal, que
son raras en la E.T. Es un fármaco bien tolerado ; como
efectos secundarios se han descrito apatía, somnolencia y
también euforia moderada.
FENITOINA ( EPANUTIN ): Es un fármaco muy utilizado y
eficaz. Fuera del Reino Unido se llama también DILANTIN. Como
se indicó antes, debe controlarse si se combina con otros
fármacos, ya que en dosis excesivas pueden empeorar las crisis
y provocar conductas extrañas. Hay que vigilar, entre los
signos de toxicidad, la aparición de nistagmo ( sacudidas
involuntarias del globo ocular ), visión doble y ataxia. Entre
los efectos indeseables cabe citar la hipertrofia de las
encías y unos rasgos faciales toscos. También puede
producirse hirsutismo, lo que puede resultar inaceptable, sobre todo
en niñas. Se han descrito insomnio, náuseas y
erupciones cutáneas. A dosis altas puede haber trastornos del
comportamiento y falta de energía. Puede producirse un
déficit de vitamina D.
PRIMIDONA (YSOLINE): La primidona se degrada en el organismo
convirtiéndose en fenobarbital, por lo que no debe asociarse a
ese fármaco. A veces puede provocar cambios alarmantes en la
personalidad. Se han descrito tanto somnolencia como irritabilidad y
ataxia, anorexia, pérdida de apetito y vértigo; no son
raras las erupciones cutáneas y, como se dijo antes, puede
aparecer un déficit de vitamina D.
FENOBARBITAL : Es uno de los primeros fármacos utilizados y
se ha empleado en todos los tipos de crisis. A los bebés con
E.T. se les administra a veces si sus primeras crisis no son espasmos
infantiles. En niños pequeños, tiene el efecto "
paradójico " de irritabilidad, agresividad e hiperactividad,
mientras que en los adultos produce sedación. Puede ocasionar
dependencia y ser difícil, por tanto, de retirar, precipitando
un aumento de crisis. En los niños puede atenuar la
atención y percepción y ocasionar somnolencia,
vértigo, cefaleas y náuseas. A veces aparecen
erupciones cutáneas y déficit de vitamina D. Puede
darse anemia a largo plazo cuando se toma junto con fenitoína.
En general, al igual que la fenitoína, el fenobarbital se ha
sustituido en gran parte, en la práctica pediátrica,
por el valproato sódico y la carbamacepina.
VALPROATO SODICO ( DEPAKINE ): Se usa ampliamemnte en todas las
formas de epilepsía y no produce sedación en
monoterapia, pero sí si se asocia a fenobarbital o a
benzodiacepinas. No se recomienda a las mujeres en edad
fértil. Ya no deben aparecer trastornos gastrointestinales (
anorexia, dispepsia, ardores, náuseas y vómitos ) con
los preparados que llevan un recubrimiento especial para ser
absorbido en intestino. El aumento del apetito que inducen pueden
producir obesidad. Puede haber pérdida temporal del cabello al
comienzo de su administración y es raro que el pelo vuelva a
crecer ondulado o rizado. En un pequeño número de
casos, se da toxicidad hepática ( sobre todo en niños
retrasados con trastornos metabólicos ). A altas dosis puede
aparecer tendencia a la hemorragia.
VIGABATRIN (SABRILEX ): Es un fármaco reciente que tiene
utilidad como tratamiento suplementario en los niños con
crisis rebeldes, especialmente parciales ( o focales ). Se han
descrito también buenos resultados en espasmos infantiles,
quizá especialmente en niños con E.T.. Posiblemente
agrave las crisis mioclónicas. Entre los efectos adversos cabe
citar la somnolencia, agitación, confusión y estados
psicóticos.
LAMOTRIGINE (LAMICTAL): Es otro fármaco nuevo utilizado en
combinación con otros tratamientos. Parece ser útil en
algunas crisis parciales y en las crisis generalizadas y mixtas,
asociadas a dificultades del aprendizaje que constituyen el
síndrome de LENNOX-GASTAND y que tradicionalmente han
resultado muy difíciles de tratar. Entre los efectos adversos
descritos están las náuseas, cefaleas, visión
doble o borrosa, somnolencia y ataxia, aunque la frecuencia con que
surgen esos problemas no está clara. La experiencia del uso de
este fármaco en niños es aún muy limitada.
CUALQUIER CAMBIO EN LA MEDICACION DEBE HACERSE
BAJO SUPERVISION MEDICA
Escrito por Ann Hunt, Septiembre de 1992. Para la TSA.
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