El manejo del Estrés
La palabra estrés proviene del latín que significa dureza, fuerza o tensión. Se le considera como "un acumulo de signos y síntomas fisiológicos y psicológicos en respuesta a un estímulo exterior (agente estresante o estresor)". Una definición sencilla es que el estrés es una estado de hiperalerta fisiológica y psicológica.
El estrés ha influenciado actos de cobardía y de heroísmo, de egoísmo y de desprendimiento, de temor y de valor, de precisión y de descuido.
Existe mucha similitud entre el estrés que experimenta el personal de emergencia prehospitalarios y el que experimentan los soldados en combate.
Para evitar que el estrés destruya las aptitudes y habilidades del personal de emergencias, es necesario conocer el desarrollo del estrés para poder amortiguar el impacto estresante y permitir a este personal tener experiencias plenas y más sanas.
El desarrollo del estrés
Para que ocurra el estrés debe existir un evento estresante o estresor. El estrés está íntimamente relacionado con su estresor. El estresor el percibido por los sentidos y trasmitido al cerebro, donde es interpretado. El cerebro, en una forma rápida, categoriza al estresor y escoge elementos importantes almacenados en su memoria que son útiles para que la personal maneje y entienda al estresor. La información que procesa la corteza cerebral es interpretada instantáneamente y al estresor se le asigna una emoción (ira, temor, alegría, angustia...). En una fracción de segundo, se estimula el tallo cerebral y el mesencéfalo. Se envían señales a las glándulas adrenales para que liberen adrenalina y otras sustancias que circulan hacia el cerebro y otros órganos. El organismo entra entonces en un estado de estrés completo; esto es, en un estado de hiperalerta.
Pelea o huida
La reacción global al estrés se conoce como la respuesta "Pelea o huida". Una vez que el organismo se ha alertado, la persona casi siempre intentará resolver el conflicto (pelea). Pero si la causa o el estresor es demasiado fuerte, ocurrirá la huida. Es respuesta de pelea o huida es un vestigio primitivo que los humanos hemos venido arrastrando a través de millones de años de cadena evolutiva. En nuestros antepasado esta reacción les permitía enfrentarse a agresiones externas mediante respuestas fisiológicas adecuadas, como aumento de la frecuencia cardíaca y respiratoria, para asegurar un buen aporte de sangre y oxígeno a los órganos; dilatación de las pupilas para mejorar la visión y aumento de los niveles de glucosa en la sangre para incrementar el sustrato disponible para la producción de energía.
Hans Selye ha llamado a esta respuesta el "Síndrome de adaptación", porque se presenta en cualquier forma de demanda al cerebro y en todo tipo de personas.
Las etapas de la reacción al estrés
Las etapas de la reacción al estrés se pueden describir como sigue:
Primero, la persona se encuentra en una situación normal, con sus funciones fisiológicas y psicológicas en un nivel normal o basal. Ocurre el evento estresante. Si la persona sufre alguna enfermedad repentina o lesión, entra en un estado de transición, durante el cual percibe mediante sus sentidos los signos y síntomas que le indican que requiere ser atendido. Suceden los fenómenos que alteran al organismo para su respuesta y la toma de acciones. Hay una fase llamada fase de resistencia durante la cual se realizan todas las acciones tendientes a manejar la situación estresante. Estos esfuerzos encaminados a manejar la situación pueden ser correcto o incorrectos, buenos o malos, efectivos o no efectivos. Lo importante es que ocurra algún tipo de acción. Tarde o temprano, la persona entra en una etapa final de la respuesta, la fase de agotamiento. Aunque los esfuerzos hayan sido efectivos o no, las acciones para manejar el estrés se acaban y se drena la energía. Eventualmente la persona se torna incapaz de continuar con los esfuerzos para controlar el estrés.
Factores que afectan la reacción al estrés
El estrés se puede presentar en diferentes grados. Puede ser leve, moderado o grave, La reacción al estrés depende de la severidad del estímulo. EL grado de estrés también depende de la capacidad de percepción que la persona posea, y cada persona puede reaccionar de distintas maneras a un mismo estímulo.
Las causas de estrés son muchas y variadas, pero hay cuatro factores principales que contribuyen al estrés, que son:
Factores Personales.- Cada persona, desde el momento de su concepción, posee una carga genética que ha de determinar aspectos psicológicos innatos, como son: el temperamento y las aptitudes. Estos aspectos se expresan generalmente de una manera inconsciente, pero tienen gran influencia en la vida consciente del individuo. Así mismo, las experiencias y vivencias han de tener gran repercusión en el comportamiento futuro de la persona, y pueden resultar positivas o negativas según las circunstancias que se presenten. Ejemplos: Las Emociones, Auto-imagen, Valores, Necesidades Personales, Proyección mental, La personalidad, Necesidad de ser necesitado, Las fantasías, Pérdidas personales, Enfermedades, El ridículo, Las frustraciones, Los temores, La toma de decisiones.
Factores Sociales.- Como seres humanos, somos animales gregarios o sociales, sentimos la necesidad de convivir con otros seres de nuestra especie, y el aspecto personal de cada individuo está sujeto a las modificaciones y represiones que impone la vida en sociedad. Ciertas situaciones son consideradas como socialmente inaceptables ( o que la mayoría de las personas así lo consideran), y estas mismas situaciones pueden tener distintos grados de repercusión a nivel personal.
La carga de responsabilidad social es fuerte, y siempre tendrá gran influencia sobre las personas. Cada persona ha de asumir el papel que la sociedad le ha encomendado ("... y si así no lo hiciere, que la sociedad me lo demande"...). Ejemplos: Diferencias culturales, Las conflagraciones, La discriminación, Los prejuicios, Los conflictos sociales, La política, Los papeles Masculino vs Femenino, La falta de apoyo social o el rechazo franco, La familia, al ambiente socio-económico bajo y las Presiones económicas.
Factores Ocupacionales.- Cuando una persona se encuentra enfrascada en alguna actividad se ha de enfrentar a una gran variedad de circunstancias, relacionadas con su actividad. Estos son los "Factores Ocupacionales". Estos pueden ser tan variados como ocupaciones hay. Por ejemplo, las circunstancias de la tarea doméstica son distintas a las de las actividades escolares, industriales (que a su vez son bastante variables), recreativas, religiosas, etc. La tarea del TUM y de los soldados en combate pueden ser muy estresantes. Todas las demás tareas suponen una carga física y psicológica para la persona. Ejemplos: Los horarios cambiantes, El trato directo con otras personas, La mala supervisión, El mal liderazgo, El aburrimiento, El exceso de actividades obligatorias, La falta de entrenamiento adecuado, El trabajo nocturno, Dos o más trabajos, Tener responsabilidad por la vida de otros, La falta de Interés en el trabajo.
Factores Ambientales.- En cualquier lugar donde se encuentre alguna persona, esta siempre estará rodeada de algún tipo de ambiente. Este ambiente, según las características que presente ha de tener bastante influencia sobre la persona, tanto a nivel físico, como a nivel psicológico. Ejemplos: El ruido, El desorden, La suciedad, El polvo, El homo, La falta de iluminación, Los espacios cerrados, La falta de ventilación, Los lugares cerrados, Los sitios elevados, Las aglomeraciones, Fumar, Una mala alimentación, Falta de equipo adecuado, El uso y abuso de drogas, Las presiones del tiempo, El clima, La vegetación, La libertad, El enclaustramiento, La fauna, La época del año.
Tipos de reacción al estrés
Hay tres tipos principales de reacciones al estrés, que son:
Reacción Aguda al Estrés (Rage).- Llamada también Estrés Catastrófico o Estrés de Incidentes Mayores. Como su nombre lo indica, es generalmente una experiencia fuerte. Sucede sólo en los casos en que, por cualquier causa, la persona enfrenta un impacto emocional poderoso.
Algunas personas pueden presentar reacciones intensas al estrés ante estímulos menores, cuando el estresor despierta reacciones inconscientes u olvidadas. Por ejemplo, en los casos en que la persona está sensibilizada por algún incidente previo, el estresor reinicia reacciones de estrés antiguas.
La reacción aguda al estrés inicia ya sea inmediatamente o poco después de que haya sucedido el evento (casi siempre entes de las primeras veinticuatro horas). Los signos y síntomas de la reacción aguda al estrés se pueden agrupar en cuatro categorías:
Efectos serios de la reacción aguda al estrés
Además de los efectos iniciales, la reacción aguda al estrés puede producir efectos más serios, incluyendo:
Enfermedades que se relacionan con el estrés.
Disfunción laboral.
Disfunción psicológica.
Cambios en el comportamiento habitual.
Muerte ( ha sucedido en situaciones extremadamente estresantes).
Afortunadamente, la mayoría de las personas se recuperan en pocas semanas después de un incidente estresante crítico, y no sufren los efectos más profundos.
Reacción tardía al estrés.- Es similar a la reacción aguda, sólo que aparece días o meses después de sucedido el evento estresante. Ocasionalmente llega a presentarse a años del incidente. Es importante recalcar que este tipo de reacción al estrés está relacionado con un estresor específico. Los efectos incluyen:
Pensamientos obsesivos acerca del evento.
Pesadillas.
Sueños diurnos sobre el evento.
Temor de que el evento suceda nuevamente.
Aplanamiento emocional.
Pérdida de interés en actividades importantes.
Pérdida de control emocional.
Imposibilidad para expresar emociones apropiadas.
Alteraciones del sueño.
Sentimiento de culpa por haber sobrevivido.
Ansiedad intensa.
Dificultad para la concentración.
Tratar de evitar cualquier actividad relacionada con el evento.
Reacción acumulativa al estrés.- Se conoce también como Abatimiento. Esta reacción no está causada por un incidente en particular, sino más bien por un proceso destructivo de v a través de varios años.
La reacción acumulativa tiene varias causas interrelacionadas, incluyendo experiencias en el hogar y vida privada, experiencias en la infancia, frustraciones, pérdidas, problemas con los jefes y una gran variedad de demandas de emergencias en combinación con las situaciones de la vida cotidiana y laboral.
Esta reacción se caracteriza por un agotamiento emocional progresivo y un cambio negativo de actitud, disminución en el rendimiento laboral y deterioro físico y emocional.
Los signos de reacción acumulativa al estrés se dividen en cuatro etapas de acuerdo a su severidad. Si un paciente no se atiende al presentar los signos de la primera etapa, podría progresar hacia las etapas ulteriores hasta presentar los signos francos de las reacción acumulativa al estrés.
Estresores frecuentes del TUM.
El ambiente donde se desarrollan los TUM ofrece una gran variedad de agentes estresantes (estresores) que muy pocas veces o nunca se ven en otras actividades. La responsabilidad de atender personas críticamente enfermas o lesionadas, el tener que exponerse a los estados agresivos, al pánico o depresión de los pacientes, y todo en un ambiente donde una equivocación puede resultar catastrófica, son experiencias fuertemente estresantes.
Los estresores del TUM se pueden agrupar en tres categorías: Personales, Organizativas y Operacionales.
Personales.-
Conflictos maritales.
Necesidad de ser necesitado.
Sentimiento de culpa por errores cometidos.
Expectativas excesivas.
Fatiga.
Ansiedad.
Temor de lesiones o enfermedades.
Pasar poco tiempo con la familia.
Interrupción del sueño.
Carga mental.
Estado de vigilia prolongado.
Enfermarse después de una salida.
Organizativas.-
Falta de supervisión.
Hostigamiento administrativo.
Falta de entrenamiento adecuado.
Equipo deficiente.
Nivel bajo de moral.
Falta de resolución de los conflictos.
Falta de aceptación por los hospitales.
Tener varios jefes.
Escalafón profesional bajo.
Recortes presupuestales.
Política.
Garantías mal definidas.
Falta de retroalimentación.
Falta de reconocimientos.
Sueldos bajos.
Sobrecarga laboral.
Operacionales.-
Muerte de niños.
Preocupación por niños maltratados.
El bienestar de los compañeros de trabajo.
Aburrimiento.
Escenas y ruidos desagradables.
Trabajar con agudamente enfermos y/o lesionados.
Pacientes con cardiopatías.
Pacientes intoxicados.
Pacientes psiquiátricos.
Casos de suicidio.
Las comunicaciones.
Pacientes abusivos.
Alto índice de salidas.
La opinión pública.
Trabajo nocturno.
La papelería.
Las salidas innecesarias.
Las sorpresas.
Reacciones del TUM al estrés
El TUM no es inmune al estrés que representan las situaciones de emergencia. Es lógico que las personas que manejan emergencias experimenten muchas sensaciones, muchas de ellas no gratas. El TUM puede sentirse irritado por las exigencias del paciente o sus familiares, ansioso ante una enfermedad o lesión grave que amenaza la vida del paciente, defensivo ante los comentarios negativos acerca de sus acciones y su capacidad, o triste ante una tragedia. Estas emociones son perfectamente naturales, pero deberá guardarlas para sí mismo. Una actitud de calma y confianza puede aliviar muchas de las ansiedades del paciente, como de las demás personas que se encuentran cerca. Esto también es parte del rol terapéutico del TUM.
Una de las emociones que el TUM puede experimentar con más frecuencia es la de coraje ante un paciente que no aparenta tener lesión o enfermedad alguna. Esto sucede porque el personal de emergencias está acostumbrado a enfrentar situaciones catastróficas y que amenazan la vida, y consideran que estos casos menores son una molestia ridícula. Sin embargo, deberá comprender que si el paciente solicitó el servicio, es porque sintió que algo lo molestaba y lo tenía preocupado. Además, no es función del TUM emitir ningún juicio acerca de la veracidad de la queja del paciente. Tanto el paciente politraumatizado, como el paciente con un resfriado común, de alguna forma han solicitado la atención; y si se han puesto en las manos del TUM, merecen toda su consideración. El papel del TUM será de apoyo, evitando juzgar al paciente y brindándole las atenciones necesarias. El TUM que se dirigiera hacia estas personas con cualquier designación denigrante, sólo estará demostrando su inmadurez y su falta de compasión hacia sus semejantes.
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TUM Gabriel Gonzalez Briseño Instructor de la Escuela de Paramédicos de Cruz Verde Zapopan |