Sábado 4 de marzo
Estudio de esta semana:Mar. 1:4; 1 Ped. 3:20, 21; Juan 13:1-20; Rom.
6:3, 4; Mat. 26:26-29; 1 Cor. 11:23-26.
VERSICULO DE MEMORIA: El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado. ) Marcos 16:16 |
LAS ORDENANZAS DIVINAS ESTAN ESTABLECIDAS SOBRE LA PALABRA DE DIOS.
Ellas aseguran a los creyentes que Dios es fiel a las promesas del
pacto que hizo, y ayudan a edificar su fe en él. Pero no tienen
significado redentor o efecto en sí mismas. Actúan en forma
redentora sólo cuando los creyentes ejercen fe en la Palabra de
Dios.
Como adventistas, no aceptamos que una ordenanza es un ritual que en
sí mismo y por sí mismo imparte gracia y efectúa la
salvación. Esto es contrario a las enseñanzas bíblicas.
La adecuada administración de estos sagrados preceptos, como fueron
designados por Cristo en las Escrituras, constituyen la señal genuina
de la verdadera iglesia.
Esta semana estudiaremos cómo las sagradas ordenanzas sirven
como actos simbólicos para expresar una relación de pacto
con nuestro Señor resucitado. Aprenderemos acerca de la seguridad
provista para nosotros en estos mandatos. Que este estudio nos ayude a
experimentar el poder purificador y santificador a medida que caminamos
con él en una vida
nueva.
Compara el bautismo de Juan el Bautista con el bautismo cristiano. Mar. 1:4, 8; Mat. 3:11.
Aunque hay una continuidad sustancial entre el bautismo de Juan y el de los apóstoles de Cristo con respecto al arrepentimiento y al perdón de los pecados, el aspecto nuevo del bautismo cristiano fue el otorgamiento del Espíritu de Cristo. El Espíritu fue prometido por los Profetas de Israel como una señal de la presencia del Mesías (Isa. 11:1, 2) y de la llegada de la edad mesiánica (Isa. 44:3; Joel 2:28, 29). Juan el Bautista presentó a Israel el por tanto tiempo esperado Rey, y su don del Espíritu (Juan 1:31).
¿Cómo presentó Pedro el bautismo a sus oyentes el día de Pentecostés? Hech. 2:28-41. (Compara con Mat. 28:18-20.)
Pedro anunció que el "derramamiento" del Espíritu de Dios de allí en adelante se uniría con el bautismo de agua "en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados". Este "derramamiento" del Espíritu es sinónimo del "bautismo" del Espíritu (Hech. 1:5). El mensaje de Pedro es que el bautismo y el don del Espíritu Santo vienen simultáneamente para el creyente.
¿Cómo indicó Jesús que el bautismo de agua y el bautismo espiritual son inseparables? Juan 3:5. (Compara con Tito 3:4-7.)
Esta unión fue prometida a un Israel arrepentido en Babilonia (Eze. 36:24-27). Fue el núcleo de la nueva promesa del pacto para un pueblo purificado. Solo después de la muerte de Cristo en la cruz y su resurrección de entre los muertos, el perdón podía unirse con la plenitud del Espíritu.
Sólo Cristo puede ofrecer estos dos grandes dones: la eliminación de nuestra culpa y el otorgamiento de su Espiritu. El evangelio ofrece ambos dones juntos cuando ponemos nuestra confianza en Cristo como el Hijo de Dios (ver Gál. 3:2, 5; Tito 3:4-7). Cristo mismo es el que nos bautiza con su Santo Espíritu (Juan 1:33) después de limpiarnos con su sangre (1Juan 1:7)
¿Cómo podemos experimentar el bautismo de agua y el
del Espíritu, simultáneamente, hoy? ¿Cómo puedes
tener la seguridad de que tienes al Espíritu Santo en tu corazón?
Lunes 6 de marzo
LA SEGURIDAD DIVINA EN EL BAUTISMO
¿Cómo compara Pedro el bautismo con la liberación de la familia de Noé? ¿De qué modo es el bautismo un evento "salvador"? 1 Ped. 3:20, 21.
Pedro se refiere a las aguas del antiguo diluvio como un "antitipo" o "figura" del bautismo. Él reconoce que hay un paralelismo entre el diluvio y el bautismo cristiano ya que ambos efectúan una limpieza del pecado y del mal. El Nuevo Testamento llama bautismo a un "lavar" los pecados del creyente (Hech. 22:16; Tito 3:5). El agua bautismal representa la sangre derramada de Cristo que salva al pecador (ver 1 Ped. 1:18, 19; 1 Juan 1:7). Los creyentes responden a esta salvación con la "respuesta" o promesa de una buena conciencia (1 Ped. 3:21), y ellos reciben de Dios, en el bautismo, una "buena conciencia" (1 Ped. 3:16).
¿Qué referencia a la seguridad ves en el bautismo, en Marcos 16:16, con respecto al juicio final? (Compara con Heb. 10:22, 23).
El Nuevo Testamento presenta el bautismo como un anticipo del juicio
final. En el bautismo, el creyente muere con Cristo y luego resucita con
él a vida eterna: "Porque si fuimos plantados juntamente con él
en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la
de su resurrección; sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue
crucificado juntamente con él..." (Rom. 6:5, 6). La "muerte", en
la Escritura, representa el veredicto final sobre el pecado. La muerte
de Cristo en la cruz da la orientación a cada bautismo. Por la fe
y el bautismo el creyente acepta la muerte de Jesús como si fuera
su propia muerte ante Dios. En el bautismo el creyente "ha pasado de muerte
a vida" (Juan 5:24), y está ahora "en Cristo" (2 Cor. 5:17). Si
tú crees en esta
maravillosa seguridad de gloria futura como un hijo de Dios (Rom. 8:17),
no puedes tener temor del juicio final. El "temor" pertenece a los que
todavía están en el estado de "esclavos" (Rom. 8:15).
¿Cuál es la parte redentora de Dios en el bautismo? Rom. 6:3-6.
Pablo afirma que Dios actúa en una forma redentora en el bautismo
de un creyente genuino. El creyente es bautizado "en Cristo Jesús",
lo cual significa, "en su muerte", Ahora está unido con Cristo en
su muerte.
Pablo testifica: "Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no
vivo yo, mas vive Cristo en mí" (Gál. 2:20). Además,
afirma lo que hace Dios: "El cual nos ha librado de la potestad de las
tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención
por su sangre, el perdón de pecados" (Col. 1:13, 14). Pablo enseña
que en el bautismo el creyente es liberado de la condenación de
Dios y de su justicia correspondiente.
¿De qué modo has sido crucificado y resucitado con
Cristo?
Martes 7 de marzo
LA SEGURIDAD EN EL LAVAMIENTO DE LOS PIES (Juan 13:3-17)
Esta ordenanza de la humildad mira hacia atrás, al bautismo,
y hacia adelante, a la Cena del Señor. Hemos aceptado a Cristo como
nuestro Salvador y Señor, y hemos experimentado la purificación
que da su sangre en el bautismo, pero en nuestro andar cristiano, tropezamos.
Este mandato sobre la humildad nos permite ir a Cristo, en forma especial,
para experimentar su Gracia purificadora que lava nuestros pecados. Sirve
para recordarnos en forma permanente, después del bautismo, que
siempre tenemos necesidad de la seguridad de la purificación y de
la renovación que otorga Cristo.
Al participar en esta ordenanza, no sólo recordamos nuestro bautismo sino que nos preparamos para encontramos con nuestro Señor en la celebración de su Cena. "Esta ordenanza, que precede a la Cena del Señor, cumple el mandato según el cual todos deben examinarse a sí mismos para no participar en el rito 'indignamente' (1 Cor. 11:27-29)".-Creencias de los Adventistas del Séptimo Día, t. 2, p. 224.
¿De qué manera afirma Jesús que él deseaba, realmente, que sus discípulos se lavaran los pies unos a otros como él los había lavado?
Juan 13:14 __________________________________________________________________
Juan 13:15 __________________________________________________________________
Juan 13:17 __________________________________________________________________
La inmensa mayoría de los cristianos de hoy ignora el mandato definido de Cristo de participar en esta ordenanza de humildad que el mismo estableció. A menudo la dejan a un lado como una práctica antigua que no tiene relevancia hoy. De este modo, muchos pierden su profunda significación y su rica bendición espiritual. Este precepto del lavamiento de los pies nos recuerda la condescendencia de Cristo al tomar la forma de siervo y darse a sí mismo en amante servicio en favor de los demás. Señala al Calvario como la culminación de su acto final de benevolencia.
¿De qué modo el ejemplo de Cristo nos enseña verdadera humildad? Juan 13:12-14.
¿Cómo podríamos alguna vez sentimos llenos de orgullo cuando contemplamos a nuestro humilde Salvador? ¡El Creador del universo se inclina para lavar los pies, aun de Judas! "En mi reino, el principio de preferencia y supremacía no tiene cabida. La única grandeza es la grandeza de la humildad. La única distinción se halla en la devoción al servicio de los demás" (DTG 605).
¿De qué manera el participar en la ordenanza del lavamiento
de los pies te da la seguridad del perdón de Dios y de la restauración?
¿Cuál es la importancia de la institución de la Cena del Señor en lugar de la fiesta de la Pascua? Mat. 26:26.
La Pascua conmemoraba la milagrosa liberación de Israel de la esclavitud egipcia (Exo. 17:27-30, 43-46). "El rito de la cena del Señor fue dado para conmemorar la gran liberación obrada como resultado de la muerte de Cristo. Este rito ha de celebrarse hasta que él venga por segunda vez con poder y gloria. Es el medio por el cual ha de mantenerse fresco en nuestra mente el recuerdo de su gran obra en favor nuestro" (DTG 608).
¿Qué significan las palabras de Cristo: "este es mi cuerpo", y "esta es mi sangre"? Mat. 26:28; Isa. 53:10; Jer. 31:34.
Jesús comprendió su misión en la tierra a la luz de la profecía de Isaías 53. Por lo tanto, consideró su propio sacrificio como una muerte expiatoria para el perdón de los pecados de muchos. También cumplió el predicho "nuevo pacto" de Jeremías 31:31 al 34, que era un pacto de perdón mediante el derramamiento de su sangre. Las palabras significativas de Cristo, no apuntan a su carne y a su sangre como sustancias aisladas, sino que se dirigen a su muerte expiatoria (ver 1 Cor. 11:26).
¿Qué significan el "comer" el cuerpo de Cristo y el "beber" su sangre durante la Cena del Señor? 1 Cor. 11:26.
La importancia de estas palabras se encuentra en el compartir las bendiciones que fluyen de la muerte sacrificial de Cristo. Participar de los emblemas significa "proclamar la muerte del Señor hasta que venga". Significa permanecer en él ahora y vivir eternamente con él (ver Juan 6:53-56). Tomar las palabras de Jesús literalmente sería mal interpretar su significado (ver Juan 6:60). Él les dio a sus discípulos un indicio de esto en el versículo 63. El Espíritu Santo es quien nos ayuda a captar su significado redentor.
¿De qué manera la presencia de tu huésped [Cristo] en su Cena te hace sentir bienvenido y te da seguridad? Mat. 26:26, 27.
"El santo Vigilante del cielo está presente en estos momentos
para hacer de ellos momentos de escrutinio del alma, de convicción
del pecado y de bienaventurada seguridad de que los pecados están
perdonados". "Cristo está allí para ministrar a sus hijos.
Todos los que vienen con su fe fija en él serán grandemente
bendecidos" (DTG 605, 606, 613).
¿De qué modo indicó Cristo que los actos simbólicos de la Cena del Señor están conectados con la salvación presente y la futura? Mat. 26:29; 1 Cor. 10:16; 11:23-26.
Al participar de la cena, el creyente no sólo ejerce fe en la muerte sustitutiva de Cristo sino que también recibe su poder y esperanza santificadoras mediante el Espíritu Santo. "Al participar con sus discípulos del pan y del vino, Cristo se comprometió como su Redentor.
Les confió el nuevo pacto, por medio del cual todos los que le reciben llegan a ser hijos de Dios, coherederos con Cristo. Por este pacto, venía a ser suya toda bendición que el cielo podía conceder para esta vida y la venidera" (DTG 613).
¿Durante cuanto tiempo garantiza el Señor resucitado su promesa de gloria futura? Mat. 26:29; Luc. 22:16.
La cena del Señor conecta el pasado con el futuro, la cruz con la segunda venida. La certeza de un futuro glorioso para los santos está basada en la validez redentora de la muerte de Cristo. "Es únicamente por causa de su muerte por lo que nosotros podemos considerar con gozo su segunda venida. Su sacrificio es el centro de nuestra esperanza. En él debemos fijar nuestra fe" (DTG 615).
¿Cuál debería ser tu preocupación actual al prepararte para la santa comunión? 1 Cor. 10:14; 11:27-32.
Muchos de los corintios habían pervertido el significado espiritual de la comida sacramental al no considerar a Cristo como el Huésped, y al humillar a los pobres (1 Cor. 11:20-22). Pablo los reprendió al recordarles que todo el que toma parte en la Cena del Señor "sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí" (1 Cor. 11:29). Podemos ver en la frase "el cuerpo del Señor" dos niveles de significado: 1) el sacrificio propio de Cristo; 2) la comunidad de la iglesia (11:35). Pablo está principalmente reconociendo el sacrificio infinito de Cristo como el Huésped en la mesa de la Comunión, y considera un desprecio de su santidad cuando se la toma en una forma "indigna" que hace que ese participante sea "culpado del cuerpo y de la sangre del Señor" (1 Cor. 11:27). Pablo indica que el Huésped es al mismo tiempo el Juez de cada participante (1 Cor. 11:31, 32). Por lo tanto, no hay una bendición automática en esta sagrada ordenanza. Para recibir la bendición de la copa del Señor, "pruébese cada uno a sí mismo" (11:28).
¿Qué haces con tus sentimientos de indignidad cuando
estás frente a la Comunión?
Viernes 10 de Marzo
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:Lee estos textos para estudiar qué
luz arrojan sobre nuestro tema de las sagradas ordenanzas: Salmos 51:2;
Romanos 6:4, 5, 11 y 17; 1 Corintios 10:1 al 12; 2 Corintios 5:14; Colosenses
3:12; Hebreos 6:2 y 6; 10:29. Lee acerca de la morada del Espíritu
Santo en el creyente, en Romanos 5:5; 2 Corintios 5:5.
Lee los capítulos 71, "Un Siervo de siervos", y 72, "Haced esto
en memoria de mí", en El Deseado de todas las gentes. Lee los capítulos
14 y 15 acerca de las ordenanzas divinas en Creencias de los adventistas
del séptimo día.
Martín Lutero dijo: "Debemos obtener fuerza y consuelo de él
cuando nuestros pecados o conciencias nos oprimen, y debemos replicar:'¡Pero
yo soy bautizado! Y si soy bautizado, tengo la promesa de que seré
salvo y que tengo vida eterna, tanto en cuerpo como alma' ".-"El Catecismo
mayor", en The Book of Concord [El libro de la Concordia], T. C. Tappert,
ed. (Filadelfia: Fortress Press, 1959), y. 442. Compara esto con la seguridad
que da Elena de White a los creyentes bautizados:
"Esos candidatos han entrado en la familia de Dios, y sus nombres están
escritos en el libro de la vida del Cordero".-"Comentarios de Elena G.
de White" (6CBA 1075).
PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
1. ¿Es necesario el bautismo para la salvación? Explica
tu respuesta.
2. ¿Por qué el bautismo es más que un rito de
iniciación en la iglesia?
3. ¿Bautiza Cristo con el Espíritu Santo sólo
a creyentes selectos o a todos los creyentes genuinos? Considera Romanos
5:5; 8:9; 1 Juan 2:20 y 27.
4. ¿Es necesario alguna vez el rebautismo? Si es así,
¿bajo qué circunstancias? Explica tu respuesta.
5. ¿Qué puedes hacer para que la próxima vez que
haya la celebración de las ordenanzas divinas, éstas sean
más significativas para ti, para tus hijos y para los visitantes?
6. ¿De qué modo las ordenanzas divinas imparten la seguridad
de la salvación de Dios para nosotros en nuestra vida diaria?
RESUMEN:Las sagradas ordenanzas fueron sancionadas por el ejemplo
y la autoridad de Cristo. Sirven para iniciar y renovar la seguridad de
la vida eterna. Más que meros rituales simbólicos, son instrumentos
de gracia designados mediante los cuales el Dios triuno nos da un testimonio
indudable de fidelidad a su nuevo pacto.
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