[Indice Lecciones]
SOMOS adventistas del séptimo día. ¿Nos
avergonzamos de nuestro nombre? Contestamos: "¡No, no! No estamos
avergonzados de él. Es el nombre que el Señor nos ha dado.
Nos señala la verdad que ha de probar a las iglesias" (Carta 110,
1902).
Todos los textos Biblícos
son tomados de la versión Reina Valera 1909, a menos de que se indique
lo contrario.
Todo enfásis suplido
por los compiladores de las lecciones.
Introducción.
Eccl:10:17: ¡Bienaventurada, tú, tierra, cuando tu rey es hijo de nobles, y tus príncipes comen á su hora, por refección, y no por el beber! |
Estudio
“LOS
siervos de Cristo han de seguir su ejemplo.Cuando
él iba de lugar en lugar, confortaba a los dolientes y sanaba a
los enfermos.Luego les exponía
las grandes verdades referentes a su reino.Esta
es la obra de sus seguidores.Mientras
aliviéis los sufrimientos del cuerpo, hallaréis maneras de
ministrar a las necesidades del alma.Podéis
señalar al Salvador levantado en alto, y hablarles del amor del
gran Médico, que es el único que tiene poder para restaurar.”
- Palabras de vida del gran Maestro, Pág. 185.
Mt:10:8: Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera
demonios: de gracia recibisteis,
dad de gracia. (RVA)
“Por lo tanto la obra médico-misionera
ha de ser llevada
adelante con un fervor con el cual nunca antes ha sido impulsada.Esta
es la puerta a través de la cual la verdad ha de hallar entrada
a las grandes ciudades.” Testimonies, tomo 9, Pág. 167.
“A los que han estado empeñados en esta labor quiero decirles: Continuad
trabajando con tacto y capacidad.Despertad
a vuestros asociados para que trabajen bajo algún nombre en el
cual puedan organizarse para cooperar en una acción armoniosa.Conseguid
que los jóvenes y las señoritas de las iglesias trabajen.” Testimonies,
tomo 6, Pág. 267.
Aquí pueden involucrarse los JMV -Jóvenes Misioneros Voluntarios.
La sociedad de jóvenes de nuestras iglesias están organizados
para servir a Dios y a los hombres.
Podemos
darles a estos jóvenes una obra mejor que solo estar marchando como
soldados del mundo o compitiendo entre sí en los campamentos fomentando
el espíritu de competencia egoista. Esta obra les dará una
mejor visión de la obra de Dios. Se pueden aprovechar tomar las
especialidades de nutrición, primeros auxilios, clases biblícas
etc., para hacerles útiles en el trabajo médico misionero.
“Combinad la obra médico-misionera con la proclamación
del mensaje del tercer ángel. Haced esfuerzos regulares y organizados
para elevar a los miembros de la iglesia del nivel
de la muerte en que han estado por años. Enviad a las
iglesias a obreros que vivan los principios de la reforma pro salud.Envíese
a los que puedan ver la necesidad de ejercer abnegación en el apetito,
o de otra manera serán una trampa para la iglesia.Ved
si el pan de vida no vendrá entonces a vuestras iglesias.Debe
introducirse en la obra un nuevo elemento.El
pueblo de Dios debe darse cuenta de su gran necesidad y peligro y debe
asumir la obra que tiene más cerca.” Testimonies, tomo 6,
Pág. 267.
El mensaje de los tres ángeles no-solo son textos bíblicos.
Deben de ser unas realidades. El nuevo elemento que debe introducirse es
la obra médico misionera, sin esperar que alguien domine esta obra
y sin pedir ninguna autorización para hacerla, nada más que
de Dios.
“La
iglesia de Cristo está organizada para servir.Tal
es su consigna.Sus miembros son
soldados que han de ser adiestrados para combatir bajo las órdenes
del Capitán de su salvación.Los
ministros, médicos y maestros cristianos tienen una obra más
amplia de lo que muchos se imaginan.No
sólo han de servir al pueblo, sino también enseñarle
a servir.No sólo han
de instruir a sus oyentes en los buenos principios, sino también
educarlos para que sepan comunicar estos principios.La
verdad que no se practica, que no se comunica, pierde su poder vivificante,
su fuerza curativa.Su beneficio
no puede conservarse sino compartiéndolo.” El ministerio de
curación, Págs. 107, 108
“Cada iglesia debe ser escuela práctica de obreros cristianos.Sus
miembros deberían aprender a dar estudios bíblicos,
a dirigir y enseñar clases en las escuelas sabáticas, a auxiliar
al pobre y cuidar al enfermo, y trabajar en pro de los inconversos.Debería
haber escuelas de higiene, clases culinarias y para varios ramos
de la obra caritativa cristiana.Debería
haber no sólo enseñanza teórica, sino también
trabajo práctico bajo la dirección de instructores experimentados.Abran
los maestros el camino trabajando entre el pueblo, y otros, al unirse con
ellos, aprenderán de su ejemplo.Un
ejemplo vale más que muchos preceptos (El ministerio de curación,
Págs. 107, 108)”.
“Todo sincero cristiano se inclina ante Jesús como el verdadero Médico de las almas.Cuando él está al lado de la cama del afligido, habrá muchos que no solamente se convertirán, sino que también sanarán.Si por medio de un ministerio juicioso el paciente es inducido a entregar su alma a Cristo y a poner sus pensamientos en obediencia a la voluntad de Dios, se gana una gran victoria (Review and Herald, mayo 9 de 1912)”.
“En toda ciudad donde tengamos una iglesia, hay necesidad de un
lugar donde puedan darse tratamientos. . . Debe proveerse un lugar donde
puedan darse tratamientos para las enfermedades comunes.El
edificio podrá carecer de elegancia y aun podrá ser tosco,
pero debe ser amueblado con las facilidades necesarias para dar tratamientos
sencillos (Testimonies, tomo 6, pág. 113)”.
¿Cuántos sanatorios hay en nuestras iglesias locales?
¿Qué podríamos hacer para comenzar a combatir las
enfermedades comunes de los vecinos de nuestra comunidad?
El Señor ha animado a aquellos que han empezado bajo su propia responsabilidad
a trabajar por él, teniendo sus corazones llenos de amor por las
almas que están por perecer.Se
impartirá un verdadero espíritu misionero a los que tratan
fervientemente de conocer a Dios y a Jesucristo, a quien él ha enviado.El
Señor vive y reina.Jóvenes,
id a los lugares a donde seáis guiados por el Espíritu del
Señor.Trabajad
con vuestras manos, para sostenernos a vosotros mismos,
y cuando tengáis oportunidad, proclamad el mensaje de amonestación”
(Medical Ministry, págs. 321, 322).
Nota:
“líneas regulares” aparecen con comillas (“”) en el texto.
“El
abrir restaurantes higiénicos es una obra que Dios quiere
que se haga en las ciudades.Si se
los conduce sabiamente, estos restaurantes serán centros misioneros.Los
que trabajan en ellos deben tener a mano publicaciones que versan
sobre salud y temperancia y sobre otras fases de la verdad evangélica, para
poder dar a los que vienen a comer (Manuscrito 114, 1902).”
“La experiencia de los días apostólicos será nuestra si
los hombres son movidos por el Espíritu Santo.El
Señor retirarásu bendición
donde existen intereses egoístas; pero él pondrá a
sus hijos en posesión del bien por todo el mundo, si ellos usan
abnegadamente su capacidad para la elevación de la humanidad.La
obra de Dios ha de ser una señal de su benevolencia, una señal
que gane la confianza del mundo y traiga
recursos para el progreso del Evangelio (Special Testimonies, Serie
B, No. 1, pág. 20).”
“Como un pueblo que está haciendo una obra especial para este tiempo,
debemos manifestar ahora una fe que tenga un poder convincente” (Carta
82, 1907).
Para
meditar:
“Debido
a la instrucción que el Señor me ha dado de tiempo en tiempo,
sé que debe haber obreros que hagan giras médico-evangelísticas
entre las ciudades y aldeas.Los
que realizan esta tarea recogerán una rica cosecha de almas tanto
de las clases más elevadas como de las más humildes.El
fiel colportor puede preparar mejor el camino para esta tarea por sus esfuerzos.
Muchos serán llamados al campo a trabajar de casa en casa, dando estudios bíblicos, y orando con los que están interesados.” Testimonies, tomo 9, pág. 172.
¿Me
está llamando el Señor ya sea para ser médico misionero,
colportor medico, enfermera(o) voluntario(a), a abrir un restaurante higiénico
o a aprender a combatir enfermedades comunes, para ayudar al mundo?¿Quién
irá al llamado del Señor?
Conclusión
Isaías:6:8:Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién nos irá? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame á mí. |