[Indice Lecciones]
SOMOS adventistas del séptimo día. ¿Nos avergonzamos de nuestro nombre?
Contestamos: "¡No, no! No estamos avergonzados de él. Es el nombre que el
Señor nos ha dado. Nos señala la verdad que ha de probar a las iglesias"
(Carta 110, 1902).
Para el 17 de Noviembre 2001
Vea estos videos sobre el pequeño sanatorio que Dios ha levantado en
Honduras.
Baje a su PC el libro Un llamado al
Evangelismo médico y a la educación sanitaria.
Todos los textos Bíblicos son tomados de la versión Reina Valera 1909, a
menos de que se indique lo contrario. Todo énfasis suplido por los
compiladores de las lecciones. |
Introducción.
Cooranbong, Nueva Gales del Sur, 10 de marzo de 1900. “Durante la noche pasada me fueron reveladas muchas
cosas. La fabricación y venta de
productos alimenticios sanos debe ser objeto de consideración cuidadosa y
mucha oración. Hay en muchos lugares personas a
quienes el Señor comunicará ciertamente conocimientos acerca de cómo preparar
alimentos sanos y apetitosos, si ve que están dispuestas a usar rectamente
este conocimiento. Los animales están enfermando cada vez más, y no
transcurrirá mucho tiempo antes que los alimentos de origen animal sean
descartados por muchos además de los adventistas del séptimo día. Se han de
preparar alimentos sanos, capaces de sostener la vida, a fin de que la gente
no necesite comer carne.” Testimonios para la iglesia, tomo 7, Págs. 122-124. |
Estudio
Si
tenemos el mensaje de la Reforma Pro-Salud, pero no enseñamos a la gente a comer
alimentos sanos, nutritivos, apetitosos y baratos, no estamos siguiendo todas las
fases de la reforma pro-salud.
Levantando
pequeñas industrias podemos dar trabajo a los hermanos que no pueden adquirir trabajo debido a que
se les niega el sábado. Esta es la forma que el Señor ha dado para que seamos
de sostén propio, trabajando para Él sin tener ningún jefe de esta tierra.
1. Sabiduría para hacer alimentos que combinen bien en el
estómago y sean apetitosos.
El
Señor enseñará a muchos en todas partes del mundo a combinar las frutas, los
cereales y las verduras en alimentos que sostengan la vida y no comuniquen
enfermedad. Personas que nunca han
visto las recetas para preparar alimentos sanos que ya están en venta,
trabajarán con inteligencia, experimentarán con los productos alimenticios de
la tierra, y recibirán información acerca del uso de estos productos. El Señor les mostrará lo que deben
hacer.
El
que da habilidad y comprensión a su pueblo en una parte del mundo, se la
comunicará también en otras partes.
Es su designio que los tesoros alimenticios de cada país sean preparados de tal manera que puedan
usarse en los países para los cuales son apropiados. Como Dios dio maná del cielo para sostener a los hijos de
Israel, dará a su pueblo en diferentes lugares habilidad y sabiduría para usar
los productos de esos países en la preparación de alimentos que reemplacen la
carne. Estos alimentos deben
fabricarse en los diferentes países; porque el transportarlos de un país al
otro los hace tan costosos que los pobres no pueden comprarlos. Consejos
sobre la salud e instrucciones para los obreros médicos misioneros, Pág. 471
2. Así como se presenta la situación actual en los Estados Unidos, ¿cuál es
el método que Dios ha ideado, para que cada uno de nuestros países obtengan
alimentos saludables?
Nunca
convendrá depender de los Estados Unidos para proporcionar alimentos saludables
a otros países. Se experimentarán
muchas dificultades para vender sin pérdidas financieras las mercaderías
importadas. Todos los que manejan
los alimentos de salud han de trabajar sin egoísmo en beneficio de sus
semejantes. A menos que los
hombres permitan que el Señor dirija sus mentes se suscitarán incontables
dificultades a medida que diferentes personas se emplean en esta obra. Cuando el Señor le concede destreza y
entendimiento a alguien, recuerde esta persona que dicha sabiduría no le ha
sido dada para beneficio propio solamente, sino para que pueda ayudar a otros
por medio de ella.
Consejos sobre la salud e instrucciones para los obreros médicos misioneros,
Pág. 471
3.¿Cómo Dios ha provisto para alimentar a las personas probres, por medio
del ministerio de la alimentación saludable?
Es
prudente que preparemos alimentos
sencillos, baratos y sanos. Muchos de nuestros hermanos son pobres, y
los alimentos sanos deben proveerse a precios que los hagan accesibles. El
Señor quiere que los pobres de cualquier país puedan obtener alimentos sanos y baratos. En muchos lugares se han de
establecer industrias para fabricarlos. Lo que es una bendición para la obra en
un lugar lo será en otros donde es mucho más difícil obtener dinero.
Dios
está obrando en favor de su pueblo.
No desea que esté sin recursos. Lo está haciendo volver al
régimen alimenticio originalmente dado al hombre. Este régimen debe consistir
en alimentos hechos con las materias primas que él proveyó, que son
principalmente las frutas, los cereales y las oleaginosas, aunque también se
usarán diversos tubérculos. Consejos sobre la salud e instrucciones para los
obreros médicos misioneros, Pág. 471-472.
Nota: Para que el pueblo de Dios tenga los suficientes
recursos tanto para el ministerio de alimentación saludable, como para otros
ramos de la obra, se “han de establecer industrias” de alimentos. En cada
iglesia local debiera haber industrias de diversas clases para ayudar a los
hermanos pobres a que trabajen y se agencien una entrada monetaria.
El valor de la fruta fresca
4. ¿Existen en su comunidad frutas frescas de alguna clase, durante alguna
parte del año?
“El
Señor desea que los que viven en los países donde se puede
obtener fruta fresca durante gran parte del año, reconozcan la bendición que tienen en ellas. Cuanto más dependamos de las frutas frescas tal como se
las saca del árbol, tanto mayor será la bendición. Algunos, después de adoptar un
régimen vegetariano, vuelven al consumo de carne. Esto es de veras insensato y revela falta de conocimiento
acerca de cómo proveer los debidos alimentos en lugar de la carne.
En
los Estados Unidos y en otros países deben
dictarse cursos culinarios, dirigidos por instructores prudentes. Debemos hacer todo lo que podamos para
mostrar a la gente el valor de la reforma en la alimentación.” Consejos
sobre la salud e instrucciones para los obreros médicos misioneros, Pág. 471-472.
5. Algunos riegos que hay que
cuidar en esta obra.
Existe el peligro de que nuestros restaurantes sean
dirigidos de tal manera que nuestros ayudantes trabajen muy duramente día tras
día y semana tras semana, y que sin embargo no puedan identificar ningún
resultado positivo. Este asunto demanda una consideración cuidadosa. No tenemos derecho de atar a nuestros
jóvenes a un trabajo que no produce frutos para la gloria de Dios.
También se corre el riesgo de que la obra de los
restaurantes, aunque se la considere como un medio maravilloso para hacer el
bien, sea dirigida de tal manera que sólo promueva el bienestar
físico de las personas a quienes sirve.
Hay trabajos que aparentemente pueden ostentar los rasgos de suprema
excelencia, pero no serán aceptables a la vista de Dios a menos que se lleven a
cabo con el profundo deseo de hacer su voluntad y de cumplir su propósito. Si no reconocemos a Dios como el autor
y el fin de nuestras acciones, al ser pesadas en las balanzas del santuario, se
las encuentra inaceptables.- Testimonios para la iglesia, tomo 7, págs.
122-124. 474
6. Eduquemos a la gente
Santa Elena, California, 20 de agosto de 1902.
“Doquiera se proclame la verdad, debe darse instrucción acerca de cómo preparar alimentos
sanos. Dios desea
que en todo lugar se enseñe a la gente a usar prudentemente los productos que
es fácil obtener. Instructores
hábiles deben mostrar a la gente cómo pueden utilizar ventajosamente los
productos que se pueden cosechar u obtener en su región del país. De esta manera tanto los pobres
como los de circunstancias desahogadas pueden aprender a vivir en forma sana.” Testimonios
para la iglesia, Tomo 7, Págs. 129-133.
7. La selección de alimentos
“En el consumo de los alimentos, debemos ejercer buen
sentido. Cuando descubrimos que
cierto alimento no nos sienta bien, no necesitamos escribir cartas para
averiguar la causa de la molestia.
Cambiemos el régimen; usemos menos de ciertos alimentos; proveamos
otras preparaciones. Pronto
conoceremos el efecto que tienen sobre nosotros ciertas combinaciones. Como
seres humanos inteligentes, estudiemos individualmente los principios, y
hagamos uso de nuestra experiencia y juicio para decidir cuáles son los mejores
alimentos para nosotros.
Los alimentos debieran adaptarse a la ocupación a la cual
nos dedicamos y al clima en el cual vivimos. Algunos alimentos apropiados en un país no lo son en otros.
Algunas personas recibirían más beneficio de abstenerse
de alimentos durante un día o dos por semana que de cualquier tratamiento o
consejo médico. El ayunar un día
por semana les sería de beneficio incalculable.” Testimonios para la iglesia, Tomo
7, Págs. 129-133.
8. El uso de alimentos oleaginosos (aceites naturales:
nueces, cacahuates, almendras, etc.)
“Se me ha indicado que los alimentos a base de oleaginosas
se usan con frecuencia imprudentemente. Se consume una proporción demasiado elevada de oleaginosas y
algunas de ellas no son tan sanas como otras. Las almendras son preferibles al maní; pero
éste puede añadirse en cantidades limitadas a los cereales para constituir un
alimento nutritivo y digestible.
Las aceitunas pueden prepararse de tal manera que
se puedan ingerir con buen resultado en cada comida. Las ventajas que se procuran con el uso de mantequilla
pueden obtenerse con el consumo de aceitunas debidamente preparadas. El aceite de las aceitunas alivia el
estreñimiento, y para los tuberculosos y para los que tienen estómago
inflamado e irritado es mejor que cualquier medicamento. Como alimento, es mejor que cualquier
grasa obtenida de segunda mano de los alimentos de origen animal.
Sería bueno que cocinásemos menos y comiésemos más frutas
al natural. Enseñemos a la gente a hacer consumo copioso de uvas, manzanas,
duraznos y peras en estado fresco, así como de toda clase de fruta que se pueda
obtener. Prepárense dichas frutas
para el consumo invernal poniéndolas en conserva, usando vidrio hasta
donde sea posible, en vez de envases metálicos.
Acerca de la carne, debemos educar a la gente a dejarla. Su consumo contraría el mejor
desarrollo de las facultades físicas, mentales y morales. Y debemos dar un testimonio claro
contra el consumo de té y café.
También es bueno descartar los postres suculentos. La leche, los huevos y la mantequilla no
deben clasificarse con la carne.
En algunos casos el uso de huevos es beneficioso. No ha llegado el tiempo en que debamos
decir que se debe descartar completamente el consumo de leche y huevos. Hay familias pobres cuya alimentación
consiste mayormente en pan y leche. Tienen poca fruta, y no pueden comprar los
alimentos a base de oleaginosas.
Al enseñar la reforma pro salud, como en toda otra obra evangélica,
debemos tener en cuenta la situación de la gente. Hasta que podamos enseñarle a preparar alimentos
saludables, apetitosos, nutritivos, y sin embargo, poco costosos, no estamos
libres para presentar los principios más adelantados de la alimentación
saludable.” Testimonios para la iglesia, Tomo 7, Págs. 129-133.
Nota: Estas citas fueron escritas hace casi 100 años, el “No
ha llegado el tiempo en que debamos decir que se debe descartar completamente
el consumo de leche y huevos..” debe tomarse en cuenta el tiempo en que fue
escrita. Debido a las enfermedades animales este tiempo ha llegado. Pero
debemos de ser juiciosos al presentar a la gente los pasos avanzados de la
Reforma Pro-Salud. Mientras no le enseñemos a la gente como descartar y
sustituir (si es el caso) lo que han desechado, podríamos llevarlos a un tiempo
de angustia innecesario. Por eso al llevar el Evangelio a la gente, debe educársele
en cuanto a la salud, que es la cuña de entrada para otras verdades.
9. Que la reforma sea progresiva
“Sea progresiva la reforma alimenticia. Enséñese a la gente a preparar alimentos sin uso de leche
o mantequilla.
Expliquémosle que llegará pronto el tiempo en que será peligroso usar
huevos, leche, crema o mantequilla, porque las enfermedades aumentan
proporcionalmente a la maldad que reina entre los hombres. Se acerca el tiempo en que, debido a la
iniquidad de la especie caída, toda la creación animal gemirá bajo las
enfermedades que azotan nuestra tierra.
Dios dará a su pueblo capacidad y tacto para
preparar alimentos sanos sin aquellas cosas. Descarte nuestro pueblo todas las
recetas malsanas. Aprenda a vivir en forma saludable y
enseñe a otros lo que aprendió.
Sepa impartir este conocimiento como
impartiría la instrucción bíblica. Enseñe a la gente a conservar la salud y aumentar su vigor,
evitando mucho del arte culinario que ha llenado el mundo con inválidos
crónicos. Por precepto y ejemplo
demuestre claramente que el alimento que Dios dio a Adán en su estado sin
pecado es el mejor para el consumo del hombre que procura recuperar ese estado
sin pecado.”
Testimonios para la iglesia, Tomo 7, Págs. 129-133.
10. Enseñad con sabiduría
“Mantengan en alto los principios de la reforma de la
salud, y permitan que el Señor guíe a los que son de corazón honesto. Presenten los principios de la
temperancia en su forma más atrayente.
Hagan circular los libros que contienen instrucciones relativas a la
vida sana.
La gente sufre por la necesidad de que los alumbre la
luz de las páginas de nuestros libros y revistas que
contienen el mensaje de la salud. Dios desea utilizar tales
publicaciones como faros de donde procedan rayos luminosos que llamen
poderosamente la atención de la gente y les hagan oír la amonestación del
mensaje del tercer ángel. Nuestras
revistas sobre salud son instrumentos en este campo, llamados a realizar una
obra especial en la diseminación de la luz que los habitantes del mundo
necesitan en este día de preparación de Dios. Ejercen una influencia
incalculable en favor de los intereses de la reforma de la salud, la
temperancia y la pureza social, y realizarán una gran cantidad de bien al
presentar adecuadamente estos temas a la gente, en su luz verdadera.
Sobre
estos principios el Señor nos ha estado enviando una línea tras otra y si
desoímos estos principios, no rechazamos al mensajero que los enseña, sino a
Aquel que nos los ha dado.” Testimonios
para la iglesia, Tomo 7, Págs. 129-133.
Para pensar y actuar:
“El mundo se convencerá por lo que la iglesia viva, y no por lo que se
enseñe desde el púlpito. Desde
el púlpito el ministro anuncia la teoría del Evangelio; pero la piedad
práctica de la iglesia demuestra su poder”. -Testimonios para la iglesia, Tomo
7, Pág. 19. |
Lea: Hay
que firmar el voto de temperancia.
Vea estos videos sobre el pequeño sanatorio que Dios ha levantado en
Honduras.
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