Prefacio


El pueblo de Dios es privilegiado por sobre todos los habitantes de la tierra, pues tiene instrucción directa del Señor mismo. Esta instrucción es actualizada para enfrentar las necesidades propias de nuestro tiempo. Hace mucho tiempo existía el interés que ahora existe en la Ecología y antes de que el deterioro de la calidad de los  alimentos ofrecidos para el consumo publico llevara a la necesidad de “alimentos orgánicos” y “métodos orgánicos”, el Señor había iluminado a su pueblo. Pero pocos han prestado atención a las advertencias dadas. Ahora las necesidades se han tornado tan obvias para todos que no es tan fácil obedecer.

El campo, que antes era relativamente económico, es ahora costo debido a la creciente demanda. La iglesia profesa de Dios “habiendo dejado de seguir a Cristo su guía, está retrocediendo constantemente hacia Egipto” (5 Testimonies. 217.)
En vez de seguir el consejo para establecer pequeñas instituciones fuera de las ciudades en todas partes del país la política mundial ha dictado grandes instituciones, en las grandes y perversas ciudades, necesitando centenares de obreros y miembros de iglesias para congregarse en las ciudades en vez de dispersarse fuera de ellas. Las organizaciones de consumo, están alertando al público sobre los preparados químicos, para conservar los alimentos en condiciones apropiadas hasta el momento que llegan  a las grandes ciudades. Otros alimentos carecen de tanta vitalidad que ofrecen riesgo para la salud y contribuyen materialmente al deterioro de la salud e indirectamente al aumento del crimen.

El simple hecho de vivir en ciertas ciudades y de respirar la atmósfera contaminada, equivale a fumar de 15 a 20 paquetes de cigarrillos por día. Y algunos hijos de Dios todavía viven en algunos sitios semejantes cuando podrían estar fuera de ellos.
El aumento del crimen contra personas y propiedades están causando proporciones alarmantes y como ya se mencionará, está empeorando rápidamente. La clemencia de las cortes y las autoridades legales, está contribuyendo a la creciente inseguridad de la vida de ciudad. Al mismo tiempo el surgimiento y propagación de grupos juveniles (maras, gangas) que se dedican al robo, violencia, inmoralidades sexuales, crímenes y drogadicción hacen que la vida en la ciudad sea intranquila y peligrosa. La gente apenas se da cuenta en que medida depende el residente de una ciudad, de la buena voluntad de los sindicatos.
Cualquier sindicato grande que actúa solo, puede dominar una ciudad en pocos días. Imaginen por un momento si los obreros responsables del suministro de electricidad  o de agua, o de transporte o alimentos hicieran huelga y decidieran no proporcionar sus servicios. ¿Nuestra moderna sociedad cuanto tiempo podría continuar?
Pronto habrá gran confusión en las ciudades que será imposible salir de ellas.

“El Señor desea que su pueblo se movilice al campo, donde se puede establecer en la tierra cultivar sus propias frutas y verduras y donde sus hijos puedan estar en contacto directo con la obra de Dios en la naturaleza, lleven a sus familias fuera de las ciudades, es mi mensaje.” Medical Ministry 311.

Hemos sido advertidos, y aquellos con presagios de discernimiento del problema que se acerca ya pueden verlo. Cada uno de los miembros de la escuela sabática debiera estudiar y descubrir cual es el propósito del Señor para ellos y en que medida las instrucciones que se han dado se pueden aplicar a sus propias circunstancias. La advertencia ha sido dada. Está en nosotros considerar estas cosas y demostrar nuestra fe en esta Verdad Presente a través de nuestras acciones.
¡Salid de las ciudades! Es el deseo del autor, editores y del comité Adventista del Séptimo día del Evangelio Eterno, Asociado a la Conferencia de Adventistas Históricos del Séptimo Día.
 



¡Fuera de las Ciudades!
Guía de Estudio de la Biblia para la Escuela Sabatica.
Edición para adultos y jovenes.
Autor: Walter Aguilar



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